Laila sabía que estaba despierta pero no quería abrir los ojos, estaba muy cómoda tendida en su cama cubierta con la sábanas.
Quería volver a dormir, cerrar los ojos y abandonarse en el mundo de los sueños, sueños como ese en el no tenía pesadillas, sueños en los que no soñaba en realidad, esto le había causado cierta paz.
Pero no podía volver a conciliar el sueño, pues este había abandonado su cuerpo, obligándola a estar consciente y su mente ya había empezado a trabajar de nuevo.
Respiró profundo y colocó el peso sobre sus codos, volteó la mirada hacia la pequeña mesa de noche y se encontró con la foto instantánea en la que una más joven Laila usaba un disfraz de ángel, la tomó entre sus manos y la observó.
No recordaba ese disfraz, pero tampoco recordaba gran parte de su niñez antes de los 8 años.
No sabía explicar que había pasado la noche anterior, había escuchado ruidos extraños y había ido a inspeccionar, pero al llegar al despacho de su padre lo único que había encontrado era esa foto junto con su marco hecho añicos.
Encontrar ese pequeño recuerdo que no lograba conectar con los pocos que poseía en su mente la desconcertó y a pesar de que estaba segura de que alguien estaba en la casa junto con ella, no puedo pensar en nada más que no fuera recuperar la historia completa de esa foto.
Se había quedado arrodillada junto a los vidrios rotos del marco y había acariciado la fotografía, la desconcertaba la alegría y comodidad que irradiaba la pequeña chica, como si fuera algo de todos los días.
El ligero temor que había sentido mientras se dirigía hacia aquella habitación ya no estaba, incluso llegó a pensar que de la impresión la foto se le había caído a ella mientras hablaba con Behemoth y echaba un ojo a las cosas de su padre, total no sería la primera vez que entraba a hurtadillas al despacho de su padre sólo para jugar con sus cosas de oficina y rayar algunas de sus agendas mientras fingía ser ella la dueña de una firma importante de abogados, a su padre nunca se le vio molesto por las aventuras de su pequeña hija, pero siempre cambia de lugar la llave del despacho en un intento fallido de ella no entrara en la habitación.
Pero inmediatamente se negó a sí misma esa posibilidad, pues aún tenía la lámpara/ arma mortal que la ayudaría a defenderse de el intruso, recorrió con la mirada la habitación llena de machas borrosa de oscuridad, no podía distinguir ninguna figura sólida que le indicara que allí junto a ella se encontrara alguien.
Quizás al saber que había causado algunos ruidos, ya el intruso/ violador/ ladrón había huido antes de que ella pudiera llegar hasta él o simplemente si había sido un ente del más allá que tenía la habilidad de desvanecerse, quizás se estuviera burlando de ella ahora mismo, por llevar una ridícula lámpara para acabar con él y sin querer se le escapó una carcajada, ¿Dé qué hablas, Laila? Los fantasmas no existen, se dijo y se levantó con la fotografía aún en una mano y la lámpara/arma mortal en la otra, revisó por última vez la habitación con la mirada, pero nada había cambiado aún estaba rodeado de densas nubes de oscuridad que fácilmente podrían ser algo, como no podían ser nada.
Así que salió del despacho y se dirigió hasta su habitación. Bueno mamá, será para la próxima, la lámpara de la abuela seguirá aquí, pensó con gracia y con los ruidos de la lluvia se quedó dormida con la imagen de su pequeña versión usando un disfraz de ángel. Así que ahora estaba más desconcertada que antes y un sentimiento extraño recorrió su estómago, como una ligera electricidad que le gustaba y le asustaba a la vez. Tenia el ligero recuerdo de Evan bromeando con ella diciendo que para Halloween debería disfrazarse de ángel de Victoria Secret o de demonio sexy, pero eso había terminado con un Evan con la nariz rota y en la enfermera de la escuela. Estaba tan absorta en sus pensamientos que no se había dado cuenta que tenía 4 pares de ojos sobre si y no eran nada más y nada menos que las dos somnolientas miradas de sus padres. Claro, la pelirroja había olvidado por completo que a su padre le darían de alta ese día.

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PECCATUM
Teen FictionUn pequeño secreto por años oculto debía estar. Una pequeña niña de cabello rojizo escondida en el mundo humano se quedará. Más a salvo no se encuentra ya. Un ángel y un demonio la han de ayudar a encontrar al ángel y revelar la verdad. Más sin emba...