EPÍLOGO

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Descubrir la verdad nunca es fácil y es aún más difícil cuando toda tu vida sentiste que algo estaba mal contigo por no encajar en el mundo que te hicieron creer que era el tuyo. Ahora logras entender que en realidad, no encajas porque no perteneces, porque eres una pieza de un rompecabezas distinto.

Incluso eres una pieza de un rompecabezas que no debería de existir, no hay más como tú y sin embargo al encontrar tu verdadero camino te sientes en casa, como si de esa manera hubiera sido siempre.

Cómo si no pudieras imaginar una vida diferente a esa, pero aún hay pesadillas que te persiguen, aún hay recuerdos que te atormentan por las noches y personas que extrañas.

Perder a Evan no fue fácil, aún lloro en silencio cuando nadie me ve, aún me pregunto que fue lo que realmente lo motivo a hacer esas cosas tan horribles y no encuentro respuestas.

Después de que Él y Zhatfiel cayeran por ese acantilado, corrí hacia el, pensé que tal vez lograrían salvarse, que quizás...

Que quizás Zhatfiel había sacado sus alas y ellos estarían flotando en el aire como en un buen final de alguna de esas estúpidas películas para adolescentes.

Pero esto no era una película.

Todo parecía estar en calma luego de que logramos huir del bosque. Papá logró curar a mamá, hizo una especie de medicina ancestral con muchas hierbas que le hacía tomar cada día.

No la dejó levantar ni un dedo por 3 semanas, serían más si mamá no hubiera puesto resistencia.

Y en cuanto a Behemoth y a mí, pues, podría decirse que las cosas van bien entre nosotros. Ya no vive aquí en la cabaña del bosques, volvió a casa de su madre y su padrastro.

Pero aún así se escabullia casi cada noche por mi ventana para darme las buenas noches y ver las estrellas juntos, dejó de hacerlo luego de que en un almuerzo, papá hiciera un chiste sobre cómo había un gran animal que no lo dejaba dormir de noche mientras se escabullia por la ventana.

Recuerdo claramente la formar en qué Behemoth casi se ahoga con el pure de papas, así que ahora entra por la puerta como una persona ordinaria.

Él y yo no hemos hablado de que somos exactamente o que sentíamos el uno por el otro, solo sé que después de lo que pasó y el pesar que casi que lo pierdo para siempre y que él pensara lo mismo no ha unido.

No he querido darle vueltas al asunto, dejando que todo fluya de manera natural.

Porque estando aquí en esta pequeña burbuja me siento a salvo, me siento libre por primera vez.

Le leyó Laila a la tumba improvisada de Jeff. Se había vuelto un hábito para ella hablar con la tumba de su antiguo psicólogo y era algo que todos respetaban dandole privacidad a la pelirroja para que pudiera expresar sus pensamientos.

Mientras la pelirroja se encontraba en el patio, Dis y Ariel se encontraba en la sala.

Ariel miraba por la venta a su adorada hija sentada en el suelo, mientras sentía un gran preocupación en el pecho. Lo peor había pasado o al menos eso le hicieron creer a Laila.

Behemoth entró a la habitación con rapidez, su rostro mostraba gran alarma y su pecho subía y bajaba con rapidez.

Lo que causó que Ariel se apartara de la venta y se acercara hasta el pelinegro. A los ojos del angel, el semi demonio era un buen chico que adoraba a su hija con toda el alma y siempre le estará eternamente agradecida por las cosas que había hecho por ella.

Por lo que la expresión de su rostro le hizo saber que lo que habían estado teniendo estaba a punto de cumplirse.

Behemoth observó la habitación con cautela, en busca que Laila, pero Dis le contesto con rapidez.

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