La pelirroja no podía creer lo que veía, Zhatfiel se estaba levantando con dificultad del suelo, Behemoth la había soltado, el viento le pegaba el cabello al rostro y le agitaba el orillo de la falda, pero no podía hacer más que observar como el rubio se acercaba a ellos con pasó lento y el ceño fruncido. ¿Cómo era eso posible? Acababa de ser impactado por la espalda por un auto y estaba completamente consiente ¿Habría visto mal? Tal vez Behemoth solo lo había empujado y Zhatfiel había caído a la carrera, tal vez realmente no había sido impactado por el auto.
— Calma preciosa, el niño ángel está mejor que nunca, bueno tal vez no mejor que nunca. Pero está bien— le dijo el peligro al oído y Laila seguía aturdida por todo lo ocurrido. — ¿Cierto que te encuentras de maravilla, niño ángel? — le gritó al rubio, cuando este ya se encontraba más cerca, caminaba un poco encorvado y con pasó lento hacia ellos.
— No me digas así Behemoth— le murmuró furioso, mientras veía a Laila con preocupación.
— Pero eso es lo que eres. Un pequeño y tierno niño ángel. — le habló nuevamente el pelinegro con diversión, mientras que Laila miraba detalladamente a Zhatfiel ¿Cómo era eso posible? Sus movimientos eran más lentos y se le veía un poco incómodo mientras se presionaba con cuidado un punto en la espalda baja, pero no parecía tener mayor daño, como si tan solo se hubiera golpeado con una puerta o una pared.
— Cállate Behemoth, ya basta — le reprochó el rubio, su voz era suave y lenta.
— ¿Si no qué? — le contestó el pelinegro con rapidez.
Laila los había estado escuchando discutir mientras trataba de procesar lo que acaba de ocurrir, mientras la brisa le azotaba el cabello y algunos autos pasaban por la calle en donde Zhatfiel había estado tendido hacia unos momentos.
— Ya basta— les dijo por fin y se posicionó para que ambos pudieran verla a la cara, ambos se quedaron callados y la miraron con atención.— ¿Cómo es posible que estés bien? — les preguntó débilmente y con pánico, mientras veía al rubio a los ojos.
— Si, Zhatfiel ¿Cómo es posible que estés bien? — preguntó Behemoth divertido a lo que el rubio lo miró con rabia y Behemoth le sonrió con autosuficiencia, la pelirroja los miró a ambos expectante y con el pulso latiendole en los oídos. En lo único que podía pensar era en como el automóvil había impactado en la espalda del rubio, elevandolo por los aires, para luego quedar tirado boca abajo en el pavimento y en como luego se había levantado lentamente.
— Laila yo... — le empezó a decir e intentó acercarse a ella y colocar su mano en la mejilla, pero la pelirroja se alejó un poco así que el rubio bajo la mano lentamente.— Déjame que te explique.— le dijo con suavidad.
— Está bien, explicanos— le contestó Behemoth mientras se cruzaba de brazos.
— ¿Tú no piensas ayudarme?— le preguntó Zhatfiel alterado. — Después de todo esto es tu culpa.
—No, la verdad es más entretenido ver cómo intentas explicarle todo esto sin decirle la verdad. Muy mal niño ángel, eso no es lo que hacen los niños buenos — le contestó Behemoth mordaz— me quedaré aquí disfrutando del show— concluyó mientras tomaba un pedazo de césped del piso y se lo ponía en la boca como un mondadientes.
La cabeza de Laila empezó a dar vueltas, decirle la verdad ¿Qué verdad? Ahora todas las personas a su alrededor le ocultaba cosas, sus padres, Evan, ellos. Hasta unos desconocidos le ocultaban cosas.
— Esto es lo que querías desde un principio ¿No es cierto? Soñabas con esto — le reprochó el rubio indignado.
— Ahí es donde te equivocas, mí querido angelito. Lo que yo quiero y con lo que yo sueño es despertar una mañana y que Scarleth Johansson esté dormida a mí lado — le contestó con un sonrisa.

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PECCATUM
Teen FictionUn pequeño secreto por años oculto debía estar. Una pequeña niña de cabello rojizo escondida en el mundo humano se quedará. Más a salvo no se encuentra ya. Un ángel y un demonio la han de ayudar a encontrar al ángel y revelar la verdad. Más sin emba...