30.

278 33 33
                                    

.

"Siempre puedes echarme la culpa"

Rodé los ojos exasperado. El verdadero Draco adolescente que había logrado "des-pausarse" para comunicarse conmigo, no dejaba de hablarme como un maldito loro dentro de mi cabeza, dejándome mareado y hastiado con tanta cháchara. Bueno, eso luego de pasar minutos insultándome y amenazándome por haber tomado su cuerpo sin permiso, aunque no hubiera sido intencional sino solo producto de mi torpeza, provocando un absurdo accidente.

.

Estúpida borrachera.

Estúpido de mí.

.

Una vez que se hubo agotado su actitud turbo-agresiva, y en un vuelco al borde de la bipolaridad, comenzó a insistir en que debía aprovechar esta última noche, antes de irme en la búsqueda del prostituto armario, para finiquitar los avances que había reprimido con mucha fuerza de voluntad y algo de ayuda del destino. ¿Tan detestable y egocéntrico era de crío? Dioses. Si era un ápice de parecido a este Draco en mi propio universo, con razón me gané a pulso el odio de al menos la mitad de Hogwarts. Ugh, peor. De tan solo pensar que solía proferir con soberbia "mi padre se enterará de esto", me daban arcadas de la vergüenza.

–Ya te dije que no. Menos aún voy a cometer más errores ocupándote de excusa, ¿por quién me tomas? –intenté razonar con aquel adolescente que parecía obrar más en razón de sus pasiones que con su cerebro–. Aunque estoy seguro que algo de culpa tienes. Tú eres el responsable de que no me pudiera resistir con facilidad a la tentación, jodido calentón.

Lo escuché reír de una forma tan despectiva, que me dieron ganas de pegarme un cabezazo contra la baldosa para ver si se callaba. En verdad que sí. Total, no era mi cuerpo. Y aunque estaba seguro que me dolería también, era un precio que estaba casi dispuesto a pagar.

"Yo no apostaría a ese caballo, anciano. Yo nunca te obligué a hacer nada. Era un mero espectador de tus fracasos, aunque debo admitir que los disfrutaba en cierta forma. Mi cuerpo te lo agradece" añadió en tono sugerente.

–No, no, no –insistí molesto, levantándome del suelo y comenzando a caminar alrededor de la bañera, cenando por segunda vez un menú contenía un plato fuerte llamado ansiedad–. En primer lugar, yo me resistía y tú me torpedeabas. Solo estás tratando de convencerme de lo contrario para perturbarme. Yo jamás me dejaría seducir por una chiquilla. Soy un hombre decente.

"¿Lo estoy? ¿Estoy mintiendo? Pruébalo" me desafió.

Sin embargo, lo ignoré, continuando con mi discurso improvisado.

–En segundo lugar, tener cuarenta no es ser un anciano, solo soy un adulto. Y déjame decirte que en mi universo me conservo bastante bien. Parezco de menos.

"Ajá, cuéntame más" me soltó burlonamente "¿Hay un tercer lugar?"

–Sí. Solo para estar seguro y aunque ya te lo dije, te lo repito, porque parece que el cerebro de arriba te funciona más lento que el de abajo –espeté con cizaña–. No voy a involucrarme con Granger, ¿ok? Está mal. Aunque no lo aparente, hay más de veinte años de diferencia y no soy un maldito depravado. Habré sido un imbécil la mayor parte de mi vida, pero algo he madurado a porrazos, niñato malcriado. No puedo, no debo dejarme llevar por Granger. ¿Entendido?

.

Silencio.

Un silencio inesperado.

.

"¿Y con Nott? Él es adulto también. Ahí no hay drama y, además, te acompañará al viaje... o al menos, eso iba a hacer antes del incidente"

.

Draco.exe dejó de funcionar.

.

Alter EgoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora