11.

329 55 49
                                    

Por diez segundos dejé de respirar –los conté, ya les dije, tengo un TOC al respecto, hasta que recordé que había llegado en sexto año de Hogwarts, lo que implicaba que el futuro que había vivido ese Theodore Nott, ese que estaba recostado al lado mío, finalmente no se había concretado, pues ella estaba intacta.

.

Hermione Granger no había muerto.

.

El aire regresó a mis pulmones de sopetón, así que le quité la petaca vacía de las manos para guardarla en el bolsillo interior de mi túnica, un poco molesto por su desfachatez de arrebatarme las últimas gotas sin permiso. 

.

¿Por qué me había descompensado tanto al creer, por diez segundos, que Granger estaba en peligro?

.

–Entonces... ¿volviste para salvarla? ¿eso fue lo que ocurrió? –indagué, quizás, eso explicaría en algo su conducta extraña.

Pero él negó, aún con los ojos cerrados. Aunque su rostro se había relajado, parecía sumido en su propio universo. Tuve que carraspear impaciente para obtener una respuesta.

–No. Solo fue un efecto secundario de lo que cambié al volver al pasado –aclaró, aunque su voz seguía sonando extraña y abatida–. Por tu reacción, asumo que en tu realidad a ella nunca le pasó nada.

.

Emití un suspiro involuntario.

.

Honestamente, no me gustaba recordar todo ese periodo que implicó estar involucrado en los planes de los mortífagos, presenciar muertes innecesarias, además de los conflictos internos que experimentaba al hacer cosas evidentemente cuestionables solo por el temor de perder mi vida y la de mi familia. A diferencia del "trío dorado" -denominado así por la prensa luego de la caída de Voldemort-, nunca tuve espíritu de mártir. Aunque debo admitir que eso cambió cuando formé mi propia familia.

.

Hubiera dado mi vida para que Astoria no muriera.

Y daría lo que fuera por volver con Scorpius.

.

–Cosas le pasaron. Cosas muy lamentables –respondí, tratando de no volver a ese recuerdo de la tortura que sufrió en mi mansión durante la guerra–. Pero no, no murió. En mi mundo tiene familia, es famosa por haber ayudado a derrotar a Voldemort y hace un tiempo asumió como Ministra de Magia. Es feliz por lo que se ve. 

–Vaya... –esbozó él sorprendido, volviendo a sentarse para enfrentarme–. Me imagino que se casó con Potter.

–¿Por qué crees que fue con el rajado?

–Lo asumo –soltó, mientras jugaba arrancando la hierba a su alrededor–, considerando que aquí murió protegiéndolo. No sé. Siempre pensé que de alguna u otra forma los afectos se mantenían no importaba el tiempo o lugar, pero bueno,  veo que no. En el caso de la Hermione de acá, su sacrificio no sirvió de nada. Potter no fue capaz de cumplir la profecía –lo miré estupefacto y el chasqueó la lengua–. Ya te dije, mi realidad fue muy oscura, aunque ya no más. Ahora todo va viento en popa. 

Quizás mis neuronas espejo estaban funcionando por inercia, ya que pronto me vi sacando también hierba, en compás de espera, mientras una brisa me golpeaba la frente. Tenía tantas preguntas por hacerle, tantas dudas por resolver, y no pude evitar pensar que, si hubiera llegado a esta realidad antes de que Theodore la alterara, habría llegado a un mundo sin Hermione Granger.

Alter EgoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora