Interludio 2.2 (HP)

274 45 20
                                    

Una incipiente necesidad de verla había surgido en mí al oír aquella demente historia, y como si el destino hubiera querido darme en el gusto, ella apareció a la vuelta del pasillo. 

.

Precisamente con él.

.

Me costó procesar la imagen, ya que venían conversando animadamente con las manos enlazadas, caminando sin darse cuenta que nosotros nos encontrábamos a escasos metros de ellos. 

.

Parecía que estaban en su propio mundo. 

Uno donde solo se encontraban ellos dos, donde nadie más importaba. 

.

De pronto, ella golpeó su brazo, probablemente por algún comentario inapropiado de parte de él, sin embargo, a continuación, una sonrisa que jamás había visto en su rostro salió a relucir, acompañada con una mirada brillante, como si sus ojos fuesen un par de luciérnagas en plena noche. Una opresión extraña me atacó el pecho al ver ese cuadro, secándome la boca y haciéndome fruncir el ceño.

.

¿Qué me ocurría?

¿Por qué me sentía ahogado?

.

Al notar que tanto Ron como yo nos encontrábamos ahí, Malfoy cambió radicalmente su actitud y avanzó un paso hacia nosotros, desafiante, como si fuésemos un peligro para ella. ¿Quién diablos se creía? El único posible peligro para la integridad de Hermione era precisamente él mismo, ya sea directa o indirectamente. Y no era porque yo lo odiara, sino que se trataba de un hecho indiscutible. Que ellos tuvieran esa complicidad, era un riesgo para ella. No se podía confiar en Malfoy, ni menos en ese grupo de locas que ya la habían atacado, según contaba el rumor. 

Estaba listo para responder su tentativa de ofensiva cuando Hermione lo detuvo, murmurándole algo que lo hizo retroceder y marcharse a contrapelo. Ella miró en su dirección hasta que se perdió de vista y luego fijó su atención en nosotros. Su aspecto al acercarse era amable pero decidido, por lo que mis cejas se fueron descomprimiendo hasta volver a su posición natural, para aparentar tranquilidad. No pasó lo mismo con Ron, pues tragó tan duro por la anticipación que pude escuchar cómo la saliva pasaba por su garganta.

–Harry, Ron –soltó ella mirándonos intercaladamente, con una voz demasiado serena que a la vez, denotaba una solapada advertencia–. ¿Qué tal?

Ella parecía querer restarle importancia al asunto, tal como había sucedido con el infame beso, no hablándonos del tema para no darnos la oportunidad de opinar. Pero no podíamos desentendernos más. Nos miramos con Ron sin saber cómo abordar la situación, por lo que él, como siempre, se largó con lo primero que se le vino a la cabeza.

–Así que Malfoy, ¿eh? –soltó mascullando, con un dejo de decepción que se podía percibir hasta debajo del agua.

.

Hermione levantó una ceja.

Pero decidió ignorarlo.

.

–Algo así, por lo que espero la misma comprensión que yo tuve con sus respectivas...–contestó, mordiendo su labio inferior de forma ¿inconscientemente? traviesa. 

Mi atención se desvió a su boca. ¿Siempre sus labios habían sido así de acolchados? ¿Habría sido Malfoy el primero en probarlos? Sacudí la cabeza y torcí el gesto. No podía estar pensando esas cosas, no ahora, no con Cho ni menos a esta altura. Pero aún así, no pude evitar preguntar.

–¿Estás segura de esto?

Ella me observó analizándome y me quedé quieto, permitiendo su examen visual, aunque por dentro todo parecía estar alterado a causa de la confusión. 

.

No era estúpido, aunque muchas veces prefería pasar por tal. 

.

Conocía a la perfección sus sentimientos por mí y alguna vez creí corresponderle, aunque nunca se lo dije, pues de ningún modo me permitiría sentir algo más por ella. En primer lugar, porque no quería incomodar a Ron, pero la razón más importante era que no estaba dispuesto a arriesgar mi amistad con Hermione. Como dicen algunos, los noviazgos pueden pasar, pero los amigos del alma son escasos y una bendición para quienes los encuentran. Además, siempre mi vida había sido tan solitaria que la idea de perder a uno de los dos me aterraba en demasía. 

.

Hermione y Ron eran esenciales para mí. 

.

Por eso me cerré. Por eso ignoré deliberadamente sus sentimientos. Por eso había enfocado mi atención en Cho, la primera chica que provocó algo en mí. Por eso ahora que estaba de novio con ella, no tenía delicadeza en mostrarme frente a Hermione en su compañía, para ir matando lentamente aquellas mariposas que sabía que se alojaban en el estómago de mi amiga. Quizás me odiaría un poco al principio, pero me perdonaría por la amistad que nos unía.

Creo que logré la estocada final, que maté sus esperanzas conmigo, en la fiesta de celebración de la victoria de Gryffindor. Entre la euforia y el alcohol que lograron meter a la Sala Común, me había dejado llevar y terminé haciendo un pequeño espectáculo subido de tono con Cho, quien se había colado a nuestra celebración gracias a mí. De solo pensar cómo esa noche nos besamos frente a todo el mundo me bajaba una vergüenza inconmensurable, pero también una pena infinita, ya que pude apreciar el dolor que le había causado a Hermione, que prácticamente estaba al frente de nosotros, mirándonos con los ojos inyectados mientras el resto vitoreaba. 

Al verla arrancar del lugar hecha pedazos, recobré mi sentido común y la seguí de forma inconsciente. No obstante, cuando logré pillarla me congelé  y solo logré preguntarle, con mi mejor voz de idiota, qué le pasaba, volviendo a mi actuación de despistado del año. Confieso que en mi vida habría imaginado que me lanzaría una bandada de canarios encima, por lo que mi reacción inmediata fue agacharme para salvaguardar mi integridad física. Cuando me levanté, ella ya había desaparecido y los pájaros también. 

.

En ese momento, me reconforté pensando que había roto su corazón, pero que a la larga, salvaría nuestra amistad.

Sin embargo, lo que nunca planifiqué fue lanzarla a los brazos de ese cretino.

.

–Lo estoy –me respondió finalmente, con una sonrisa que me golpeó y me quitó la respiración.

.

.

.

.

.

N/A: Se me está haciendo muy cuesta arriba publicar por escasez de tiempo, pero en fin, siendo las 23:50 en Chile, ¡he cumplido mi reto!

Alter EgoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora