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N/A: ¡hola! perdonen la demora en actualizar. Debo admitir que la vida y fin de año me pasaron por encima, pero ahora cuento con más tiempo para dedicarle a la historia. Mi recomendación (como ha pasado bastante desde la última vez que actualicé), es que repasen los capítulos anteriores para que no queden tan colgadas con este.

Un abrazote y que tengan un gran 2021.

Mad.

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Capítulo 29

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–Curiosa forma de caminar –me recriminó con una mirada helada, fija en mis ojos–, aunque reconozco que es buena forma de quemar calorías, que era el objetivo, ¿no?

Súbitamente me quedé sin palabras, como si me hubiese tragado la lengua y estuviese atascada en mi garganta. Mi primer instinto fue alejarme de Granger, pero estaba literalmente entre ella y la superficie de la pared, por lo que poco pude moverme para colocar una distancia decente entre ambos. No había forma de que esto pareciera otra cosa de lo que realmente era.

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Joder.

Trágame tierra y escúpeme en mi propio universo.

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Experimentaba sentimientos tan disímiles y confusos que solo podía maldecirme por dentro y lamentar que no existiera Thanos para que me hiciera desaparecer de un chasquido. "Ni siquiera. Acá no existe la franquicia. La fase 1 del MCU recién comienza el 2008, si es que producen las películas en esta realidad...".

–Me sorprendes, Granger. Te felicito.

La voz incisiva de Theodore evitó que siguiera divagando en pensamientos inútiles para evadir mi incomodidad, obligándome a enfrentar la situación. El ambiente estaba tan denso que podía sentir la mezcla de nitrógeno, oxido, dióxido de carbono y otros chocar contra mi piel, aprisionándome por completo. Lo más increíble de todo era que parecía que ni él ni ella tenían necesidad de parpadear, como si estuviesen charlando -o amenazándose- con tan solo mirarse.

¿Por qué estaba tan malditamente nervioso? Me encontraba sudando como un puerco cuando en realidad, no había hecho nada malo, así como tampoco ellos tenían nada que reclamar en mi contra. Yo no había acorralado a Granger para seducirla. Yo no le había mentido a Nott. Entonces, ¿qué mierda era esa opresión de culpabilidad que no se iba de mi pecho? ¿Por qué parecía que estaba dañando a los dos sin proponérmelo?

–¿Te sorprendes realmente? –le escuché replicar, con un tono sarcástico que en mi vida habría imaginado provenir de ella.

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Era desafiante, e incluso, podría pasar por hiriente.

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–La verdad, no –respondió Theo, encogiéndose de hombros–. Me lo esperaba desde esa conversación que tuvimos en los jardines.

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¿Los jardines?

¿De cuál conversación me perdí?

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–Oye, en realidad salí a caminar Theo –aclaré, mientras tomaba suavemente a Granger por los hombros para separarla de mí, pudiendo notar la tensión en sus músculos al tocarla.

Parecía un kneazle erizada por la presencia de él. Maldición. Ahora que lo pienso, la llegada de Theo evitó que Granger volviera a quebrar mi determinación de hacer lo correcto, lo cual agradecía y aborrecía en partes iguales.

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