Interludio 2.1 (HP)

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Prácticamente no comí al desayuno, ya que había perdido miserablemente el apetito, forzando mi vista al plato repleto de comida que Cho armó para mí, pero sin probar más que un par de bocados.  Me sentía incómodo hasta con la túnica que llevaba encima y no podía comprender la razón específica, aunque podía intuirla.

Sí, Malfoy no era mi persona favorita, y podría decirse que era totalmente opuesto a mí, por no decir mi némesis. Sin embargo, en los últimos días, más precisamente desde su accidente en el partido final de Quidditch, había dejado de meterse conmigo y con mis amigos. Lo anterior, por cierto, no quería decir que confiara un ápice en él, pero me colocaba en esa situación incómoda de verlo transitar de nuestro rival a alguien digno de ser besado por Hermione.

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Ugh.

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La imagen jamás la hubiera creído de no haberla presenciado, y se repetía en mi cabeza una y otra vez, generándome un molesto retorcijo en el estómago. Tan metido estaba en mis pensamientos de desagrado, que ni me percaté que el salón ya estaba prácticamente vacío, quedando solo un puñado de alumnos en las mesas.

–Vamos, amor –habló de pronto Cho, tirando de mi brazo.

Solía llevarla a la puerta de la sala cada mañana, incluso cuando no nos tocaba compartir clase, por lo que ella esperaba que me moviera para emprender el rumbo. Sus ojos rasgados me sonrieron para animarme aunque se veían preocupados, ya que era muy evidente mi cara de descomposición. Deposité un beso en sus labios para indicarle que todo estaba bien mientras unos metros más allá me esperaba Ron con cara de circunstancias y con Lavander colgada de su cuello.

Me levantó ambas cejas pidiéndome tácitamente que lo salvara, ya que desde un tiempo hasta esta parte, su novia se le había tornado realmente asfixiante. 

–¿Podrías ir sola por hoy? Ronald necesita mi ayuda.

Cho miró en ambas direcciones y reprimió una mueca divertida, dándome un delicado beso de vuelta antes de desaparecer de ahí. La observé mientras se marchaba admirando cómo sus cabellos negros iban de un lado a otro. Era tan hermosa que solía robarme el aliento, y a veces me sorprendía que estuviésemos juntos.
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¿Saben lo difícil que es que tu primer amor te corresponda? 
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Me acerqué a mi amigo y luego de una breve resistencia de Lavander, logré que camináramos solos, como en los viejos tiempos. Le propuse dar una vuelta antes de ir a Transformaciones, frente a lo cual, él accedió gustoso. Quería estirar las piernas y conversar con él para distraerme, no obstante ahí estábamos por los pasillos, caminando uno al lado del otro, en completo silencio.

–Estás más callado que de costumbre –me soltó Ron, desanimado, mientras andaba con ambas manos en los bolsillos.

–Mira quién habla –repliqué en un bufido–. Parece que Brown te deja la lengua exhausta que ya no hablas tanto como siempre.

Ron suspiró teatralmente pero no me contradijo. Hasta él se había aburrido de lo intensa que era la relación con Lavander, pues solo se dedicaban a eso, a ejercitar la boca. Es más, estaba seguro que Ron buscaba la excusa para dejarla, pero el miedo a su reacción era más potente que su tedio. 

–¿Crees que la dejamos botada? ¿Qué fuimos indolentes con ella? –me preguntó de pronto, mientras se rascaba la cabeza–. Porque de otra forma, no me explico lo que ocurrió en esa fiesta.

Si bien no había mencionado de quién hablaba, yo sabía a quién se estaba refiriendo. Esbocé una sonrisa al notar que estaba preguntándose lo mismo que yo. En oportunidades parecía que pensábamos con la misma neurona. 

–Yo todavía quiero creer que es una pesadilla –confesé, sacándome brevemente las gafas para tallarme los ojos–. Pero no tenemos nada que hacer, ella es grande y no nos debe explicaciones. Solo hay que estar atentos por si hay que matar a ese...

Corté la frase antes de lanzar un improperio, y como si lo hubiese invocado, las hermanas Patil pasaron prácticamente al lado de nosotros gritando su nombre.  

–¡No puedo creerlo! ¿En serio Malfoy hizo eso? –escuché a Padma exclamar. 

Mi cabeza se giró hacia el ruido y alcancé a tomarla del antebrazo para detenerla. Ron en dos segundos se había puesto al lado de ellas, atento a la conversación. 

–¿Hizo qué? –interrogué, un poco preocupado. 

–Acaba de defender a Hermione –explicó Parvati con ojos embobados–. Hannah lo vio en vivo y en directo, recién. ¡Dijo que toda la situación parecía salida de una novela romántica!

–Con ese bombón de protagonista, me compro la novela y los derechos para hacerla una película de inmediato –suspiró Padma, pestañeando exageradamente, ante lo cual su hermana soltó una risotada.

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Pero yo no.

Y Ron, como lo esperaba, tampoco. 

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Con un movimiento de cabeza me alejé de ellas mientras él permanecía a mi lado, meditabundo, probablemente pensando lo mismo en ese instante. ¿Qué significaba todo esto? ¿Ella besándolo frente a todos? ¿Él protegiéndola como nunca? las dudas me tenían ahogado y lo único que recorría mi mente era cómo mi amiga, la sabelotodo, aquella que evitaba que nos lastimáramos, la niña más noble que conocía, se había transformado en una adolescente, casi en una mujer. La idea de que ella pudiera tener un novio, fuera Malfoy o no, me azotó como una realidad incómoda, ya que nunca la vi como algo distinto a Ron. Ambos eran mis confidentes y podía poner mis manos al fuego y mi vida a su disposición, a pesar del alejamiento por nuestros respectivos noviazgos. 
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Pero Hermione no era Ron. 

Y tuve que verla caminando de la mano con él para comprenderlo.
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N/A: este interludio tendrá segunda parte. No alcance a avanzar más :(. Siento las 23:47 pm en Chile, logré actualizar.

N/A 2: estoy exhausta.

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