Capitulo 1

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Corazones en el mar

Selena

Mis manos eran un asco, mis ojos no expresan nada desde hace mucho tiempo y el motivo de que este respirando no tiene nada que ver con que siga viva, la postura de la doctora volvió a cambiar, trata de utilizar la típica sonrisa amistosa con la que envuelve a todos los que pisan su hospital, se sienta frente a mí después de correr las cortinas amarillas que por alguna razón siempre son del mismo color.

— lindas botas.

Me lo ha dicho siete veces desde que empecé a tomar el tratamiento con ella.

Afirme sin ninguna expresión en mi rostro.

— ¿Y qué tal vas en la escuela? —pregunto.

— No es tan genial, ni tan malo como dicen en las películas, es normal, solo debes hacer tus tareas, almorzar algo, y tomar las clases.

— ¿Y qué hay de los amigos?

— No los necesito. —respondí.

— Todos necesitamos compartir nuestros intereses, y tener a alguien con quien enojarse a veces.

No necesariamente debo llamar a alguien de esa manera.

— ¿Habla de mis compañeros? —personas con las que no formalizó, y menos considero verlos fuera de la escuela.

— ¿Y qué tan bien te llevas con ellos? —Todo lo va escribiendo en su libreta, soy como un libro abierto del cual puede copiar— Hablo de sí que con ellos eres más sociable.

— Supongo. —mire por décima vez la puerta por la que quiero arrojarme— Vamos al cine, escuchamos música, y hablamos de cosas de adolescente. —mentí.

La hora ya mismo llega al tope, abra otro chico sentado en mi lugar deseando lo mismo que anhelo yo en estos momentos.

— Eres una gran chica, que tiene muchos motivos por los cuales seguir de pie, no debes dejar que el ruido te despiste.

¿Y qué tal si soy un incendio? Devastando todo a su paso, dañando todo lo que quiere, una persona que ya no desea sentir nada... Una persona que no siente nada.

— Tiene razón doctora Park.

Agarré mi maleta negra poniéndola sobre mis hombros, mientras corría algunos mechones de cabello que me estorbaban, la última vez me dejó claro que no era necesario hablarnos con formalidades, ella ya sabía que se había acabado nuestro tiempo, sonreí desde mis adentros por eso.

— Selena.

Me detuve ante su exigencia.

— La próxima vez no recurras a las mentiras, así no llegaremos a nada.

Vivir se trata de eso.

— Claro.

...

Pase mi atención a la próxima página, Sherlock Holmes se ha vuelto mi nueva obsesión, no necesita de nadie para saber que está bien. Al igual que todos los marginados del mundo, no es malo querer ser diferente de los demás. El mal comienza cuando lastimas a alguien que ya está sobre la calzada, lo terminas de matar.

— Un americano, gracias. —Dije sin apartar la mirada del libro.

— ¿Algo más? —Pregunto una voz femenina.

— No, así está bien.

Acaban de dañar mi récord de no pestañear cuando estoy leyendo, al ver lo insistente que es la persona que tengo al frente.

Serendipity [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora