Capitulo 5

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Algo precioso

Selena

Mi cabello topaba mi hombro, me veía tan diferente, no miento al decirlo, toda mi vida lo he cuidado y mantenido largo, que ahora me parece mentira como me veo, sonreí antes de meter la llave, le he dicho a Arwen que me deje una cuadra antes de mi casa, no puedo dejar que mi madre me vea montada en su moto, no después de lo que paso. Eran las 10:35, seguro mis padres deben estar tras estas puertas, pueden estar pensando que cometí una locura, siempre lo hacen. Y no estaba equivocada, mi padre estaba sentado frente a la puerta, aún en su traje de terno, un suspiro de alivio salió de sus labios, yo le sonreí, es algo que me salió natural, puede ser que esta sea la primera vez que sonrio, una sonrisa sincera. Podía sentir mi corazón, quería abrazarlo, hoy me siento eufórica, y no sé por dónde comenzar.

― ¿Ahora me parezco más a ti? ―Ya ha sido mucho tiempo desde que no le he dado un abrazo, sin sentir que me va a empujar y a señalar.

― Me ha chocado mucho, pero te vez más linda que cualquiera.

Sonreí, porque quizás sea la segunda chica más linda.

― ¿Alicia es un nombre infantil?

― ¿Alicia? ―Me dejó ver su rostro confundido.

Me reí por la sorpresa de su cara.

― Hay una chica que se llama Alicia y es muy molesta, siempre se la pasa enojada, y apartada del resto ¿crees que deba odiarla por eso?

― ¿Le ocurre algo a esa chica?

― No lo sé, ella me ignora.

― Quizás la esté pasando mal, sabes, no la dejes sola.

Me encogí de hombros, mientras me quitó las botas, los pies me están matando.

― ¡Selena!

Los ojos de mi madre se agrandaron, a ella le gustaba trenzarme el cabello, algo menos por lo que tiene que buscarme.

― Lo he cortado, este corte salió en una revista y quería intentarlo, creo que se ve bien.

― Te has cortado el cabello.

Ha ella le gustaba ese cabello, más que a mí.

― Sorpresa. ―Moví mis manos a un lado de mis hombros en modo de celebración.

― Si te pegaron algún chicle en el cabello pudiste habérmelo dicho Selena.

― No mami.

Termine de ducharme, me cambie en un short negro y una blusa blanca de tiras, es muy fácil secar mi cabello cuando esta así de corto, recogí mis auriculares del suelo y me tiré a mi cama, puse música mientras revisaba mis mensajes, Charlie me había escrito cinco. Quizás ya se le allá pasado el enojo.

― ¿Estoy en casa, y tú?

Respondió al instante.

― Igual.

El seguía escribiendo, espere a que terminara.

― Ya me contó Evelin, lo de tu amigo. Espero y se la hayan pasado genial, después de que te perdiste toda la noche con él.

Odio este tipo de conversaciones.

― Si, me la pase bien. Fuimos a lugares que jamás creí visitar de noche.

― Bien, espero y allá valido la pena.

Esto se está tornando molesto.

― Totalmente. ―Me reí.

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