Capítulo 26

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Cariño tienes que parar

Selena

Mi cabello despeinado y la sangre seca en mis mejillas me daban un aspecto desagradable y descuidado, nada comparado con las personas que están en esta celda, que si tienen una historia tras esas cicatrices. Ahora que puedo verme con más detalle, veo como mis manos están talladas y como en mis rodillas resalta el color rojo de una manera que no lo odio del todo, porque me he lastimado por alguien a quien amo, y deseo que se recupere lo más pronto posible, porque no podría continuar sin él.

Se supone que Park no es un mentiroso.

Se supone que él debía cuidar de lo que sea que me pasara, pero... ¿Cuándo me fallo?... jamás dudo en hacerlo, él siempre estuvo ahí para mí, aun cuando le era imposible, él es como el maldito mosquetero que ve por todos, pero menos por él.

Si tan solo hubieras pensado más en ti.

Y, lo siento Park.

Porque para mí eres más que el héroe en mi historia, y no quiero escribir ninguna otra en la que no estés. Me duele tanto estar aquí, y no poder hacer nada, me tienen con las manos atadas. Los uniformados se paseaban de un lado a otro, acatando mi atención, mi madre debe estar lamentándose, esta no es la vida que ella quiere para mí, y yo estoy haciéndole pasar por todo esto.

Ya han pasado cuatro horas, y nadie viene por mí.

― ¿Pelea callejera?

Me hablo una chica de tez oscura, con una ropa provocativa, al igual que yo estaba golpeada, con algunos rasguños en su cara.

― Un amigo mío está en el hospital, mientras yo estoy aquí.

Mi voz no podía salir de mi garganta. Al igual que los gestos extraños que hacía mi cara, la tomé entre mis manos ocultándola, no podía sostenerme, ni a la tormenta que amenazaba en mis ojos.

― Tranquila. ―Sobo mi espalda cuidadosamente― Seguro y no es tan grave.

Desearía que así fuera.

Asentí conteniéndome por completo la guerra que le hacía mi estabilidad mental a mi cerebro.

― Nadie me da noticias de él, estoy aquí desde la madrugada y nada, nadie viene por mí, nadie me dice como esta, estoy en una encrucijada en donde no sé qué hacer, quiero que todo esto sea una mentira, quiero despertarme y que nada de esto fuese real.

No quiero aceptar esto que me está matando.

Yo fui quien eligió esto, al final él va a terminar en ese lugar, en donde todo lo que algún día viviste se convierte en nada. Y, es que nunca quise que él conociera de pronto a mi hermano y le fuera hacer compañía, se supone que tendría que soportar por siempre esas jodidas exigencias que me hace cada vez que me quejo, porque jamás en mi vida conocí a alguien tan bueno como él, que quiere lo mejor para mí, Park siempre está allí empujándome, como lo hace un padre que me pone como prioridad, a pesar de que él esté desangrándose y muriendo, él es lo único que me ata en este mundo.

Pasos aproximándose, el rechinar de una puerta abriéndose, y la imagen de mi madre hicieron que agradeciera a los cuatro vientos como una completa loca.

Lo último que hice fue despedirme de alguien allí.

― Tienes que darme una explicación, Selena.

No tengo tiempo para ello.

― ¡Selena!

Un grito desgarrador me hizo parar a raya.

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