Serendipity [✔]

Capitulo 8

  Revelación

<< Sus defectos eran mis defectos, sus mejillas manchadas y sonrisa falsa confirmaban mis sospechas, él jugaba con la muerte, y la muerte no se anda con juegos. Deduje que morirá por él, incluso si él se negaba a aceptarlo >>

Selena

Ninguno de los dos nos dirigimos la palabra, le dediqué una última mirada minuciosa antes de entrar a mi casa.

― ¿No me vas a invitar a entrar?

Ya eran las 8:30 de la mañana, mis padres ya deben de haberse ido al trabajo por lo que no debería preocuparme darle una afirmación, pero la situación en la que estábamos era muy mala.

― Es mejor que vayas a tu casa, tu mamá seguro debe estar preocupada.

― Sobre lo de anoche...

No quería seguir hablando de eso.

― No pasa nada, ese problema te lo búscate tú.

Introduje la llave en la cerradura, esperando a que su moto encendiera y se marchase. La puerta se abrió, y él aún seguía detrás de mí.

― Prepararé algo para los dos.

Eso no se lo había pedido.

Él se estaba sacando los zapatos en la entrada, cosa que no era necesaria. Fui en busca de ropa cómoda, pero el mundo me odia tanto. Apreté mis labios, mi madre aún seguía aquí y no estaba sola del todo.

― Llegaste, Selena.

¿¡Que hace él aquí!?

― Tu amigo vino a verte, al parecer hay algo que tienen que arreglar los dos.

― Charlie. ―Espete.

― Por cierto, Evelin dice que vendrá más tarde. ―Dijo emocionada, jamás había traído amigos a casa.

Mi mirada se paralizo en Charlie, como puede venir como si nada a mi casa a hablar con mis padres después de ser un maldito idiota conmigo.

― Selena.

Debería arrastrarlo, y tirarlo a la calle. Así me sentiría mejor.

― ¿Él es tu amigo?

― ¿Qué?

Arwen estaba a lado de mi madre, dándole una reverencia mostrándole respeto, yo aún seguía en mi trance ¿quién es Arwen en mi vida?

― Si.

La cara de mi madre se iluminó.

― ¡Oh, es un chico tan apuesto!

Que las apariencias no te engañen madre.

― ¿No tienes que ir a trabajar mamá?

Me sonrió, buscando su portafolio cuando este se encontraba frente a ella, se lo pasé con una ligera mueca en mi cara.

― Hay que ir por unos tacos.

Le dije a Arwen, no quiero tener que lidiar con Charlie. La sonrisa de mi madre se enmarcó, si ella supiera que su casa toda la semana fue invadida por un ratero, no estaría sonriendo de esa manera sobrenatural.

― Fue un placer conocerlos, chicos.

Ningún placer.

Voltee a mirar a Charlie y luego a Arwen. No dije nada, pero por algo debería comenzar, no demore mucho en cambiarme y ponerme unos jeans y buzo azul cielo, corrí bajando las escaleras mientras pensaba en las millones de cosas que tenía para decirles, pero al llegar a la sala me topé con un solo chico, Charlie seguía como si nada en el sillón de papá, y maldije por lo bajo que Arwen se haya ido.