C U A T R O

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Había partido de Gryffindor contra Hufflepuff el día de hoy, las vacaciones se habían acabado y ahora estaría preparándome para jugar si ese Potter no hubiera atrapado la snitch antes que Terence. Ahora estaríamos por enfrentarnos a los Hufflepuff.

El partido había empezado, estaba solo a unos asientos de donde estaba Draco con sus amigos, el juego estaba bastante aburrido, no pasaba nada especial. Realmente me gustaba más jugar quidditch que verlo.

—Me pregunto cuánto tiempo durara Potter en su escoba esta vez. —Escuché decir a mi hermano, lo decía porque en el partido anterior, Harry Potter estuvo a punto de caerse—. ¿Alguien quiere apostar? ¿Qué me dices, Weasley?

Volteé hacia donde estaba mi hermano y le lancé una mirada de advertencia. Si se metía en problemas, mi madre me mataría primero a mí por no haberlo evitado y después a él.

—¿Saben porque creo que eligen a la gente para la casa de Gryffindor? —Lo escuché de nuevo, rodeé los ojos, era claro que no se callaría. Pero no lo culpaba, aún seguía molesto porque a Potter lo habían dejado entrar al equipo y a él no—. Es gente a la que le tienen lastima. Por ejemplo, está Potter: que no tiene padres, luego los Weasley; que no tienen dinero... y tu Longbottom, que no tienes cerebro.

Estuve a punto de soltar una carcajada ante lo que mi pequeño hermano había dicho. Pero me interrumpió el tartamudeo de un niño que me recordó a la voz de Quirrell.

—¡Yo valgo por doce como tú, Malfoy!

Entonces solté una risita que se amortiguó con las carcajadas de mi hermano y sus amigos. Entonces me di cuenta de quién era ese niño, era Neville Longbottom, hijo de Alice y Frank Longbottom, por los cuales encerraron a mi tía Bella en Azkaban. No podía negar que lo que la tía Bella les había hecho a esas personas había sido muy cruel, tampoco podía negar que me hubiera gustado conocer a mi madrina, pero también me parecía algo cruel que mi hermano se expresara así de ese niño.

—Longbottom, si tu cerebro fuera de oro serías más pobre que Weasley, y con eso te lo digo todo.

Mas carcajadas de parte de mi hermano y sus amigos, ésta vez se les unió Emily.

—Te prevengo, Malfoy... una palabra más...

—¡Ron! —Chilló de pronto una niña castaña, creo que su nombre (por lo que me ha contado Draco) era Hermione Granger y era una sangre sucia—. ¡Harry!

Volteé hacia el campo de nuevo y pude ver como Potter había salido en un espectacular vuelo, arrancó gritos de asombro a mí alrededor, a decir verdad me había equivocado al sentarme alrededor de los Gryffindor.

La sangre sucia se subió al asiento para ver mejor, todos a mí alrededor se pusieron de pie. Yo aburrida me crucé de brazos. Entonces, entre todos los gritos de emoción, escuché a mi hermano decir:

El Traidor que me Enamoró | Fred Weasley | ET#01 | ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora