CUARENTA Y UNO

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Ya habíamos traspasado la barrera a la estación 9 y 3/4, todos los años había mucha gente y éste no era la excepción

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Ya habíamos traspasado la barrera a la estación 9 y 3/4, todos los años había mucha gente y éste no era la excepción.

Mis padres caminaban por delante de nosotros mientras el nuevo elfo doméstico que mi padre había llevado a casa, llevaba nuestras cosas al interior del tren.

Éste año no llevaba prisa por encontrarme con nadie, por lo tanto no me importaba subirme al tren con la última llamada, pero al parecer mis padres llevaban prisa pues sus pasos apresurados lo decían todo.

Cuando íbamos muy ocupados intentando seguir los pasos de nuestros padres, Draco me sujetó para que no cayera ante un repentino empujón.

Ambos volteamos para ver quien había sido el responsable, pero no había ninguna persona lo suficientemente cerca de nosotros. En su lugar, un perro negro que me resultó bastante familiar, pasó corriendo junto a nosotros hacia un grupo de personas bastante grande.

—¿Cómo es que dejan que los perros entren? —Preguntó Draco viendo con asco al perro que parecía muy feliz junto a aquellas personas—. Tenía que ser de ellos...

Cuando le puse más atención a las personas a las que el perro alcanzó, me di cuenta que eran los Weasley con Harry y Hermione. Pero no solo ellos, sino que el verdadero Alastor Moody se encontraba con ellos, y junto a él se encontraba la cabellera rosa de Nymphadora.

Moody le dijo algo al perro, al parecer él no estaba contento con la presencia del animal, pero el que si lo estaba por completo era Harry, quien le acarició la cabeza en signo de despedida.

—Suban al tren, hijos —dijo mamá y parecía nerviosa.

Draco y yo aparentábamos que no nos dábamos cuenta de lo que pasaba, no queríamos poner a mamá más nerviosa de lo que estaba, pero sabíamos que papá tenía que reunirse de vez en cuando con Voldemort, probablemente hoy era uno de esos días.

—No dejen de mandar cartas —dijo mamá con una pequeña sonrisa mientras nos daba un abrazo rápido.

—De acuerdo —dije despidiéndome de papá con un pequeño y súper rápido abrazo.

Draco y yo subimos juntos al tren, aún había poca gente abordo, los amigos de mi hermano aún no llegaban y cuando volteé hacia el exterior del tren, pude ver a mis padres caminando de vuelta a la salida de la estación.

—¡Eh, Potter! —La voz de mi hermano me hizo dirigir mi atención hacia él, noté que su mirada estaba en la puerta continua a la de nosotros—. Deberías de cuidar a tu pulgoso perro, por poco y tira a mi hermana...

—Draco —murmulle incómoda pues las miradas de todo el grupo de amigos de Potter (que eran bastantes) estaban en nosotros—. No vale la pena, vamos...

Lo empujé por sus hombros e hice que caminara conmigo hacia el compartimiento de los prefectos, su sonrisa triunfadora ante el hecho de que Harry no había respondido algo probablemente no se le quitaría en días.

El Traidor que me Enamoró | Fred Weasley | ET#01 | ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora