El Traidor que me Enamoró | Fred Weasley | ET#01 | ✔

V E I N T I D Ó S

Por donde quiera que caminaras escuchabas sobre lo que pasó con el cáliz de fuego. A decir verdad, a mí también me intrigaba. ¿Por qué en lugar de elegir a tres personas, eligió a cuatro? Y lo más sorprendente, la incógnita que más da vuelta en mi cabeza: ¿Por qué eligió a un niño de catorce años?

Di vuelta en el pasillo del tercer piso y me detuve rápidamente antes de chocar contra una persona.

—Ah... ¿tú eres Gemma? —Preguntó.

Me le quedé viendo unos segundos y me di cuenta de que era Fleur Delacour de Beauxbatons, una de los cuatro campeones del torneo.

—Sí, soy yo —respondí asintiendo levemente con la cabeza.

—Yo soy Fleur Delacour —dijo estirando su brazo de forma educada, correspondí el gesto y asentí con la cabeza para indicarle que prosiguiera—. Bueno... en nuestro carruaje tenemos una pequeña biblioteca, pero el profesor Dumbledore nos ha dicho que le pidiéramos que nos muestre la biblioteca de Hogwarts a algún prefecto y Viktor me habló de ti...

Me quedé callada unos segundos para comprender lo que había dicho con su tan marcado acento francés, una vez que mi cerebro reaccionó, asentí de nuevo con la cabeza.

—Claro, podemos ir ahora —respondí dando vuelta para regresar por donde había llegado.

—¿No tenías algo que hacer? —Preguntó siguiendo mi paso.

—Lo puedo hacer más tarde —dije encogiéndome de hombros.

Ella asintió con la cabeza y caminamos en silencio por un largo tramo hasta que ella habló de nuevo.

—¿Tú y Viktor...?

Le lancé una mirada interrogativa para que terminara su pregunta pero al ver la manera en que asentía con la cabeza, comprendí de lo que hablaba y solo pude reír ligeramente.

—No —negué con la cabeza divertidamente—. Entre Viktor y yo no hay nada y no lo habrá... solo somos amigos...

—He visto que hablan demasiado, no he podido evitar pensarlo —dijo encogiéndose de hombros—. Sé que apoyas a Hogwarts, pero... ¿Cómo es Cedric? Quiero saber a qué me enfrento...

Sonrío.

—Bueno, pues es el mejor de su casa —respondí encogiéndome de hombros—. Él y yo somos los mejores promedios de nuestra generación...