El Traidor que me Enamoró | Fred Weasley | ET#01 | ✔

D I E C I S I E T E

—¡Narcissa, por favor, espera a que despierte! —Escuché la voz de mi padre en la puerta de mi habitación, me senté en la cama y en ese momento abrieron la puerta.

Era mi madre que llevaba en los brazos un pastel con el número 16 en él, sonrió en cuanto me vio y mi padre que iba detrás de ella (ambos aun en pijamas) negaba con la cabeza en dirección a mamá.

—¡Feliz cumpleaños, Gemma! —Dijo mamá sonriente mientras colocaba el pastel en mi cama y corría a abrazarme.

Mamá siempre hacia lo mismo en cada cumpleaños, iba demasiado temprano con el pastel en brazos (el cual ella cocinaba sin utilizar magia), nos daba un abrazo y luego esperaba a que bajáramos para desayunar.

Ella era así, y no me desagradaba.

En cambio, mi padre era un poco más cerrado, sabía que nos quería a los tres, porque las cosas que hacía por nosotros lo demostraba, pero siempre ha sido menos expresivo que mamá.

Tanto Draco como yo, habíamos heredado ese aspecto de él.

Cuando bajé a desayunar, había algunos regalos en el comedor y mi somnoliento hermano tenía sus ojos casi cerrados pero al verme llegar, se levantó de su asiento y me dio un abrazo.

—Feliz cumpleaños, hermana —dijo Draco cuando se separó.

—Gracias —respondí.

Emily me ha dicho que me debería gustar que mi padre me abrace puesto que no lo hace muy seguido.

Y me gusta que lo haga, simplemente es incómodo.

—Felicidades, Gemma —dijo papá cuando me separé de él.

Yo sonreí y asentí con la cabeza para darle las gracias.

—Hoy iremos al callejón Diagon —comentó papá cuando me senté en mi lugar habitual en la mesa.

—¿A qué? —Pregunté quitándole la envoltura a uno de los regalos.

—A hacer las compras para el próximo curso —respondió haciéndome voltear hacia él.

—Creí que pedirías los libros para que nos los trajeran a casa —dije confundida.

—Hemos optado por ir, porque hay que comprar otras cosas...

Cuando le quité la envoltura por completo me di cuenta de que era una caja de color verde, esas en las que usualmente guardan las joyas.

La abrí y vi un broche para el cabello de color plateado con algunas piedras de color azul incrustadas alrededor, me le quedé viendo unos segundos y después levanté la mirada hacia mamá.

—¿Para qué es ésto? —Le pregunté a mamá quien me sonreía del otro lado de la mesa.

—Bueno, se avecina un evento en el que lo podrás utilizar —dijo mamá sonriente.

Noté como papá se ponía tenso y le lanzó una mirada.

Cuando volteé hacia Draco, me di cuenta de que él también me estaba viendo. Si pudiéramos comunicarnos por la mente, sé que nos diríamos lo mismo.

—¿Un evento? —Levanté las cejas y dejé el broche en la mesa—. ¿Qué evento?

—Bueno... —comenzó mamá un tanto nerviosa, me comenzaba a confundir demasiado.

Desde el primer día de vacaciones, mis padres han estado hablando a hurtadillas en su habitación o en el estudio de papá, y comienzo a presentir que tiene que ver conmigo.

—Su madre se refiere a que el próximo curso habrá un evento en el colegio... El Torneo de los Tres Magos —dijo papá haciendo que me tranquilizara—. Una competencia entre tres estudiantes, uno de Hogwarts, otro de Beauxbatons y uno más de Durmstrang —siguió—: antes se llevaba a cabo cada cinco años, pero hace cien años que no lo hacían...

—¿Por qué? —Preguntó Draco.

—Por el aumento de muertes, es por eso que éste año se ha puesto como regla principal, que solo se podrán postular los mayores de 17 años...

Draco y yo nos volteamos a ver, pero yo decidí darle muy poca importancia al asunto. Metí el broche en la caja y la deje sobre la mesa.

—Bueno, eso no respondió mi pregunta —dije volteando a ver a mi madre, se notaba demasiada nerviosa.

—Eso es porque habrá un baile —respondió de nuevo papá, llevé mi mirada hacia él y enarqué una de mis cejas.

—¿Un baile? —Draco y yo preguntamos al mismo tiempo.

—Un baile de Navidad...

—¿Eso quiere decir que no pasaremos Navidad con ustedes? —Preguntó Draco.

—Se supone que es decisión de ustedes si se quieren quedar al baile o regresar a casa —dijo mamá—. Pero, su padre y yo creemos que es buena idea que asistan al baile... cuando estuvimos en Hogwarts, no hubo un baile y queremos que ustedes disfruten el que tendrán...

—El baile de Navidad es algo patético —respondí—. Quiero regresar a casa para las vacaciones...

—Está decidido que se quedaran en Hogwarts —dijo papá haciendo que me quedara callada.

No lo entendía.

Siempre decía que el colegio no era lo suficientemente bueno para que estudiáramos ahí, él decía que nos inscribieron en Hogwarts porque mamá no quería que estuviéramos tan lejos puesto que él quería mandarnos a Durmstrang.

—¿Sabes quién será el nuevo profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras? —Pregunté para cambiar el tema.

—No, aun no hay alguien para el puesto —dijo quitando el tono autoritario en su voz—. Pero me alegro de que Lupin ya no les imparta clase, no puedo creer que Dumbledore contratara a una bestia como él...

Los últimos días del año escolar pasado, el profesor Snape dijo que el profesor Lupin era un hombre lobo.

Nunca lo hubiera sospechado, claramente sus desapariciones mensuales eran un tanto extrañas, pero nunca le di importancia aunque el hombre lucia muy enfermo una vez por mes. Nunca me di cuenta de que siempre eran los días que había luna llena.

—Era un buen profesor...

Y segundos después de haber dicho aquello, me di cuenta del significado de lo que había hecho. Me había puesto en contra de papá.

—Gemma, lo que dijiste es lo que un traidor a la sangre habría dicho —tanto mis padres como Draco me voltearon a ver y sentí un escalofrío recorrer mi espalda.

¿Yo una traidora?

—Sabes que soy muy honesta —respondí—. Solo estoy diciendo la verdad, aprendí muchas cosas con él...

Mi cumpleaños número 16 ha sido el más extraño de todos, desde esa platica acerca del profesor Lupin, he estado pensando demasiadas cosas, eso no es lo extraño puesto que siempre estoy pensando en algo, lo que es completamente nuevo en mis pensamientos, es que eran en contra de mi padre por haber dicho aquello.

Y en cierto punto, eso me asustaba bastante.