CUARENTA Y CUATRO

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Ese día ni siquiera había podido dormir como me hubiese gustado, me desperté casi cada hora esperando poder ver en el reloj que ya era hora de acabar con el estrés del primer partido de quidditch del año

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Ese día ni siquiera había podido dormir como me hubiese gustado, me desperté casi cada hora esperando poder ver en el reloj que ya era hora de acabar con el estrés del primer partido de quidditch del año. Cuando dieron las siete de la mañana, decidí que ya no tenía caso seguir acostada en la cama, así que arreglé mis cosas y fui a la sala común para terminar de hacer la tarea que había dejado Umbridge.

Cuando Alfie y yo entramos al comedor más tarde, ya se notaba el ambiente de que habría partido esa mañana. Todos estaban vestidos con los colores del equipo al que le iban. No me sorprendía ni me ofendía que la mayoría llevaran los colores de Gryffindor, me habría sorprendido si llevaran verde y plata.

Cuando nos sentamos en la mesa, me di cuenta de que todos llevaban una insignia en el pecho. Esa insignia tomaba forma de una corona color plata y también tenía unas letras grabadas en la base de ésta.

—Tomen —dijo mi hermano llegando a donde estábamos y dejando dos insignias iguales a las que los demás Slytherin llevaban. Antes de irse, agregó—: Son perfectas, ¿no?

Alfie y yo tomamos al mismo tiempo la insignia que nos correspondía, y fue ahí que pude ver qué era lo que decía.

"Weasley es nuestro rey"

—Nadie va a usarlas —dije cuando nos encontrábamos en los vestidores, todos en el equipo se me quedaron viendo incrédulamente—. No me importa lo que piensen, las reglas dicen que no podemos usar nada ofensivo hacia el otro equipo.

—Higgs nos hubiera dejado usarlas —dijo Pucey lo suficientemente alto para que yo lo escuchara.

—Te tengo una sorpresa, Pucey —dije viéndolo directamente a los ojos—. Higgs ya no está, así que olvida lo que él haría o no... ahora se hace lo que yo diga y si no te gusta, estás en tu derecho de salirte del equipo.

Tal vez no era el mejor momento para decir algo como eso, pero sabía que no se iría del equipo por el hecho de que Pucey era un maldito engreído en cuanto al quidditch se trataba. Además ya me tenía harta.

—Y eso va para todos –dije observándolos a todos por unos segundos—. Quítense eso de las túnicas y salgamos.

Aunque de mala gana, ellos lo hicieron y cuando salimos al campo, el equipo de Gryffindor aún no estaba así que tuvimos que esperar a que aparecieran. No tardaron mucho cuando comenzaron a salir en formación de los vestidores.

—Capitanas, dense la mano —dijo Madame Hooch.

Pude notar que Angelina no estaba de lo más contenta por hacerlo, a mí me daba completamente igual y por menos de un segundo, fui la primera en levantar la mano para estrecharla, aunque el gesto solo duró lo suficiente como para complacer a Madame Hooch.

—Monten sus escobas.

Todos acatamos lo que pidió y cuando sonó el silbato, todos subimos y Alfie se adelantó a tomar la quaffle siguiendo lo que se había establecido como una estrategia de distracción, sabía que todos creerían que yo sería la primera en ir por la pelota porque eso era lo que hacíamos los años anteriores, pero ahora que estaba Alfie y el hecho de que fuese tímido y el que nadie lo conociera, era una ventaja porque nadie imaginaría que él sería el primero en hacer un movimiento.

El Traidor que me Enamoró | Fred Weasley | ET#01 | ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora