El Traidor que me Enamoró | Fred Weasley | ET#01 | ✔

CUARENTA Y SIETE

Un sábado por la mañana que había decidido levantarme un poco más tarde, cuando llegué al comedor para desayunar, el silencio reinó en cuanto entré al lugar. Volteé a la mesa de Slytherin y ahí ya estaba Alfie terminando su desayuno, así que caminé hasta llegar con él y me senté a su lado.

—¿Por qué todos me miran? —Le pregunté en un murmullo, ya la mayoría habían regresado a sus conversaciones, pero aun así pude notar una que otra mirada que se dirigía a mi sospechosamente.

—Tú no recibes El Profeta —me dijo en el mismo tono que yo empleé, sacó un periódico que tenía sobre su regazo y me lo tendió.

El solo leer el encabezado hizo que me comenzara a dar vueltas la cabeza y el estómago se me revolvió de inmediato. Alfie colocó una mano en mi hombro en signo de apoyo, pero no me sirvió de nada.

FUGA EN MASA DE AZKABAN.

"Hemos confirmado que diez prisioneros de alta seguridad de , a primeras horas de la noche de ayer, escaparon. Por supuesto, el ha sido advertido del peligro. Tenemos la fuerte sospecha de que la fuga fue planeada por un hombre con experiencia en escapar de Azkaban: el conocido asesino en masa , primo de la fugitiva " esto es lo que ha dicho el primer ministro, Cornelius Fudge ante la catástrofe...

Dejé de leer porque mi vista se comenzó a desenfocar, así que bajé el periódico y se lo entregué a Alfie. No sabía cómo reaccionar, por eso es que todos me miraban sospechosamente, porque mis tíos se habían fugado de Azkaban. Ahora todos me miraban como si tuviera la marca tenebrosa en la frente.

Así que subí mis mangas para que mis antebrazos quedaran al descubierto y todos supieran que no era ni pensaba ser una mortifaga. No sabía si mis padres me iban a involucrar en algo así sin mi consentimiento, pero de algo estaba segura. No lo iba a aceptar. Nunca.

—Tranquila —me dijo Alfie quitándole importancia.

—¿Cómo quieres que me tranquilice? —Pregunté al bordo de la locura—. Mi casa ha de estar llena de esas personas...

—No —respondió echando un vistazo por encima de su hombro para ver si alguien había escuchado—. Tienes un gran cerebro, úsalo —me dijo tocando su sien—. No creo que estén en tu casa, porque la tienen catalogada como refugio de primera opción...

Entonces me di cuenta de que tenía razón, al menos en ese momento ellos no podrían estar en mi casa. Pero no estaba segura que para cuando saliera del colegio siguieran escondidos a algún otro lugar.

Con todo lo que estaba pasando, estaba frita en los exámenes.