58- RATAS

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Mucha veces pienso, ¿Cuánto debe sufrir una persona hasta llegar al colapso? ¿Cuándo esa persona dice basta y se enfrenta a los demonios que la merodean?

Algunos tienen más limite, otros menos... ¿Pero en que punto una persona estalla y decide acabar con el mundo?


Aguantamos, caída tras caída.

Cada golpe duele menos que el anterior, el cuerpo se enmudece ante las heridas y ya no queda nada que pueda hacernos sufrir. Nos volvemos fuertes, peligrosos, temidos por cualquiera que ose cuestionarnos.

Es en ese punto donde la balanza del debo y el quiero se resquebraja, dando paso al "necesito".

Necesito vivir, necesito volver a respirar.




¿Mi verdadero yo es el que soy ahora mismo? ¿O es el que me han obligado a ser?

¿Podré librarme alguna vez de este odio que emana por cada poro de mi piel?

Necesito abandonarlo, necesito sentir de nuevo cada ápice que forma el mundo a mi alrededor, dejar de ser una persona insensible que solo bombea más sangre cuando escucha el nombre de su amor.

Necesito sentir el aire golpear mi cara, el tacto de una buena seda, emocionarme al escuchar una canción, degustar el mejor champán, recordar el olor de una rosa y ver que hay vida más allá de todo lo que intento alejar.

Para una persona deprimida todas estas cosas no tienen valor alguno. No les importa ninguna cosa de las anteriores, pero, cuando el pecho se te oprime y tu mente grita "escapa", es cuando echas de menos cada pequeño gesto de la vida

Luego están los perdidos como yo.

El demonio de mi hombro susurra que destruya, y el ángel, que escucha paciente y sin molestar, ruega la liberación de mi alma de una vez por todas.
















Observo detalladamente el rostro de la chica que hay frente a mi. Sus ojos flamean llameantes en busca de propiciar mi miedo, por desgracia para ella, unos ojos que claman venganza no me dan miedo, porque los míos propios buscan lo mismo.

-Has sido tan estúpida..- Suelto haciendo que se revuelva en la silla.

Sus uñas rojas están mordidas, se puede ver a leguas que tiene un grave problema de nervios.

-No tenéis ni idea de donde os habéis metido... Esos dos..- Se queda un momento en silencio, una sonrisa sádica aparece en su boca.- Si, esos dos compañeros tuyos serán los primeros en probar la fina hoja de los Bolluti. ¡Seré yo misma quien arranqué sus lenguas!- Grita estampando la mano contra la mesa de acero.

No puedo evitar reírme, se refiere a los falsos Connor y Rebekah.

-Ten cuidado, no creo que además de estar presa te apetezca romperte la mano.- Digo cruzando una pierna sobre otra tranquila.

Alessandra se levanta de golpe, haciendo que la silla caiga hacía atrás y su mano se quede atrapada en las esposas de la mesa.

-¿Te gusta este juego verdad zorra? Espero que te haga la misma gracia el día que me supliques por tu vida.- Dice enfrentándome desde el otro lado.

-Será mejor que te sientes o la que suplicarás serás tú .- Contesto como un trueno de vuelta. Esta me mira con odio y se vuelve a sentar.

Paso la mano por los papeles que tengo frente a nosotras, los desplego dejando ver claramente imágenes del prostíbulo, de camionetas transportando chicas, sicarios y todo tipo de empresarios vinculados a los Bolluti, además de pruebas donde se incautaron enormes alijos de drogas y armas con su marca. En la cabeza de todas las fotos está Francesco Bolluti.

BLACK ROSE🌹©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora