9- MÍRAME

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Mi cuerpo arde con el contacto de su dibujada piel entre mis dedos. Lleva sus manos a mis muslos y me levanta, haciendo que enrolle las piernas alrededor de sus caderas.

Me pega más hacia sí, y trato de no perder la cordura cuando muerde mi labio con fuerza. Me siento perdida en medio de sus caricias y no se que hacer al respecto, pierdo la razón cuando lo tengo cerca, y lo odio tanto como lo deseo.

Noto como mi piel se eriza.

Camina conmigo en lo alto hasta el sofá y me posa delicadamente mientras se coloca encima.

-Mírame Rose.- Dice con la voz ronca, llevando su mano hasta mi mentón, intentando que lo haga.

-Quiero que tus ojos no se aparten de los míos cada vez que este sobre ti.- Muerde mi cuello y un gemido escapa de mis labios. No puedo evitarlo.

Lo agarro hasta volver a adentrarme en sus labios. Mi respiración se vuelve más pesada cuando se separa de mí y baja cada vez más hasta detenerse en la parte mas noble de mi ser. No puedo evitar desplazar la mirada hasta sus ojos que se han tornado oscuros de deseo, no hay ápice del cielo que se esconde en él. Y es cuando besa la parte interna de mi muslo que pierdo la razón, mi mano tira de su pelo y es la sonrisa que forman sus labios pegados a mí, lo que me avisa de lo que va a pasar.














Me despierto sobresaltada del sofá y no puedo evitar la dura caída contra el suelo. Estoy sudando, como si me fuesen arrojado una botella de agua mientras dormía. El sueño se repite en mi mente una y otra vez haciendo que me duela la cabeza. ¿Qué cojones me pasa?

Me levanto al fin del suelo y me dirijo a por un vaso de agua a la cocina, antes me aseguro de que está bien fría, cuando me lo he bebido todo dejo el vaso descansando sobre el fregadero. Guío mis pasos hasta la habitación y busco el bolso entre la ropa que me quite. Aquí está.

Meto la mano hasta dar con el móvil que daba por perdido, lo desbloqueo. En principio está igual que como lo deje, aunque claro, mucho uso no le di. Entro en mensajes y la que creía ser la única conversación que tuve con Morgan en el aparato había desaparecido, tan solo estaba el contacto de Damon. Valla, parece que tal vez no está como lo dejé y decidió hurgar en él el muy idiota.

Son las seis y el sol empieza a hacer acto de presencia, tengo clase a las siete, tengo que darme prisa o llegaré tarde.


Intento no recordar el estúpido sueño mientras enjabono mi cuerpo, pero a veces resulta y otras no. Cuarenta minutos después entro en el coche, está helado debido al frío que hace en el exterior, yo misma soy víctima de ello cuando expulso un denso vaho a través de mis labios.

Poco rato después estaciono en uno de los parking de la universidad. En la entrada me espera Dyana, como de costumbre. No estamos en la misma carrera, pero ella estudia derecho y compartimos la materia de derecho penal, así que siempre se empeña en esperarme.

Recorremos los pasillos sin ganas, hasta parar en mi taquilla, en su interior meto mi mochila y saco de ella los libros de la próxima clase, junto al móvil que me dio Damon.

-¡Lo sabía! ¡Sabía que me harías caso y te comprarías un móvil al fin! Pero.. espera ¿Tía este es el más nuevo del mercado como lo has..?- Dice arrancándolo de mis manos, pero lo cojo rápidamente.

-La beca- Miento intentando quitar importancia.

-Unas tanto y otras tan poco..- Dice riendo mientras contonea sus caderas y desaparece del pasillo en busca de su primera clase.

Yo hago lo mismo.


Diez minutos después pego la oreja al profesor Hudson, que imparte la materia de Criminología avanzada. En serio, este hombre habla súper rápido, apenas puedo levantar la cabeza de los apuntes o sino perderé el hilo.

Noah se encuentra a mi lado quejándose de no se que cosa, oigo que me llama, pero decido no escuchar.

-Rose, déjame un bolígrafo joder..- Susurra a modo de suplica.

No puedo evitar reírme, se perfectamente como me deben de estar mirando sus ojos suplicantes. Saco un bolígrafo azul que tengo de sobra, bueno, siempre tengo dos o tres de sobra porque siempre se me terminan gastando cuando más falta me hace. Se lo entrego y a cambio me dibuja un corazón en el aire, es igual de encantador desde el primer año que nos conocimos.

Por fin las tres primeras horas han pasado, y es la hora del almuerzo, tengo mucha mas hambre que de costumbre, seguramente sea de no haber desayunado nada. Hago cola en el comedor y elijo que comer esta vez, me decanto por un bocadillo de beicon recién hecho que huele estupendamente y una manzana. A lo lejos veo a Dyana con las chicas sentadas en una de las mesas, y antes de unirme a ellas pido una lata de bebida energética, que me hace bastante falta.

Me siento en la esquina que queda libre entre las chicas y estas me saludan, yo hago lo mismo. Hoy no me he levantado muy habladora, por lo que saco el móvil de la mochila y decido descargarme aplicaciones como Instagram y Facebook entre otras. saboreo lentamente cada bocado. Las chicas llaman mi atención, haciendo que desvié mi vista hacia ellas.

-¿Qué?- Pregunto, no estaba en la conversación.

-Que vas a venir esta noche a la fiesta.- Dice Melissa.

-¿Que fiesta?- Vuelvo a preguntar confusa.

-Solo sabemos que hay una, además no tenemos porque tener excusas para hacer una fiesta, ya mismo nos graduamos y no sabemos cuando nos volveremos a ver.- Se adelanta Nina bastante animada.

-De todos modos no creo que valla, la semana que viene tengo examen de derecho civil.- Vuelvo mi vista al móvil aburrida.

Dyana carraspea la garganta y bufo, hora de escuchar sus quejas.

-Querida, yo también tengo ese mismo examen y sabes que pienso ir, y tu conmigo, no se hable más.- Cruza los brazos dramática.

Hago caso omiso y vuelvo a sumergirme.


Al rato la alarma que informa de que el descanso ha terminado suena, y de nuevo volvemos a clase, espero que esta vez pase más rápido.










Me despido de Dyana cuando entra a su casa, y al fin puedo poner lo que yo quiera, vinculo mediante bluetooth el móvil a la radio, cosa que antes con mi trasto no podía, y dejo que las letras de Evanescence fluyan por el interior del coche.

Me espera un largo y aburrido día de estudio en casa, al menos se que valdrá la pena el esfuerzo, pero es el peor de los planes. Cuando llego a casa me quito los jeans y los cambio por un pantalón de felpa gris muchísimo mas cómodo.

Decido hacer un poco de zapping en la tele, y cuando ha pasado aproximadamente una hora, vuelvo a meter de nuevo las narices en los libros.

Y aquí me encuentro, rodeada de hojas subrayadas con colores llamativos, folios en sucio donde escribo y reescribo y unas ganas tremendas de morirme del aburrimiento.


Universidad, termina ya.










BLACK ROSE🌹©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora