Spin-off 1

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Melsy

Salí del edificio, más deliberada. Me sentía mucho más tranquila y feliz.

Nunca me había atrevido a hablar de él con alguien más, pero con mi psicóloga era distinto.

Era una conocida de mi mamá, por lo que me sentía en confianza. Después de todo, tenía algunas ideas de lo que había pasado y lo que pasaba hoy en día en mi casa.

Caminé hasta mi auto. Entré y me coloqué el cinturón, observando en el espejo retrovisor mis ojos rojizos.

Sí, había llorado, pero era algo que en verdad necesitaba. Hoy, finalmente, pude liberar el sufrimiento que mantuve en mi interior como un secreto, aquel acontecimiento que destruyó mi salud mental de niña.

Estoy y voy a estar agradecida con mi madre por toda mi eternidad por haberse involucrado en la que solía ser mi familia.

De no ser por ella, él habría estado suelto. Y sí, tal vez habría muerto de la misma manera, pero quién sabe cuántas jovencitas habrían sufrido por eso.

Sacudí mi cabeza, despeinando mi cabello levemente.

—No deberías pensar así, Miel. Mantén tu cabeza enfocada. Ya pasó, no volverá a pasar. Hay muchas personas que te aman y te cuidan, y darían todo para que te encuentres bien. Respira profundo...—. Inhalé y exhalé—... y sigue adelante con tu vida.

Arranqué el motor, tomando rumbo hacia mi casa.

Llegando a ésta, saludé a mi madre, quién estaba cocinando el almuerzo.

—¿Quieren almorzar con nosotros?—preguntó con una sonrisa. No pude evitar sentirme tan cálida y tranquila, los aires hogareños eran inmensos en esa casa y no podía estar más agradecida.

—Seguro que sí, pero primero déjame consultarlo con Riri—. Ella asintió, y de repente escuchamos juguetes caer de manera estrepitosa en la que solía ser mi habitación.

—¡Finn!—gritó algo enojada, a lo que corrió escaleras arriba. No pude evitar reír levemente, podía ser una personita muy traviesa y revoltosa, lo que complicaba un poco la vida de ambas, pero yo hacía mi parte siempre que podía.

—¡Yo no hice nada! ¡Fue Melog!—. Escuché, a lo que no pude evitar soltar una carcajada.

Salí hacia el patio, tomando las llaves de mi bolsillo e ingresando a mi casa.

Había comprado esta pequeña parte del terreno, negociando con mi familia por ésta. Construí una pequeña casa, sin necesidad de que sea demasiado grande.

Estaban la cocina y el living apenas ingresabas, las cuáles se encontraban separadas por una barra, para que se vea más espacioso, y había una puerta en un rincón que dirigía hacia el baño. Luego te encontrabas con una escalera ceñida a la pared, la cuál subías y encontrabas un pequeño nivel donde estaba mi cama y un closet, petiso pero ancho, que ocupaba todo un lado de la pared.

Era simple y pequeña, perfecta para ser mi primera propiedad.

—¿Amor?—llamé, a lo que pude escuchar una respuesta provenir de la que era nuestra actual habitación.

—Aquí arriba—. Subí la escalera luego de liberarme de mis cosas y me encontré con una imagen tan... tierna ante mis ojos.

Saori se encontraba prácticamente en pijama. Llevaba sus lentes puestos, aquellos que comenzó a usar para leer hace unos meses, y la cama se encontraba regada de papeles con resaltadores de colores, mientras ella tomaba notas en su cuaderno.

(¿Hate?) Love [Catradora]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora