Capítulo 5.1

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Catra había llegado al Reino Unido, finalmente. Habían sido unas desconcertantes 9 horas de viaje y de cambio de horario. El vuelo había salido a las 10 y 30 pm en Estados Unidos, y había llegado a las 12 y 30 am a Inglaterra. El cambio de horas la había mareado, por lo que el cansancio se había apoderado de su sistema, siendo tirarse en su cama y dormir lo primero que hizo al llegar al club.

Fue despertada por un estruendo en la calle. Se asomó a su ventana, notando que ya era de noche y que debía comer algo antes de comenzar a entrenar. Le sería complicado acostumbrarse otra vez al algoritmo de Londres. Miró hacia la calle de abajo, viendo como el padre y el hermano de Huntara peleaban contra la tan obsesiva fan de Catra, Lix.

<< Juro por mi familia que jamás me volveré a acostar con una desconocida>>

Girando sus ojos, agradeciendo mentalmente a los familiares de Huntara por pasar por tremenda situación, se dirigió hacia la cocina en busca de la albina. La encontró observando por fuera de la ventana en dirección a la calle. Sus ojos eran presos de una mirada reprobatoria, a lo que sonrió, sabiendo que pensaba lo mismo que ella.

—Esa mujer tiene que conseguirse una vida...

—Lo sé—respondió, abriendo la nevera y sacando la botella de agua.

—¿Me explicas para qué te acostaste con ella?

—Estaba ebria, ¿ok? Ni yo sé porqué lo hice. Me pareció buena chica y mira dónde estamos ahora...

—No hay que juzgar un libro por su portada... Y deja de usar la excusa del alcohol.

—No me culpes, tengo razón—. La más alta rodó los ojos y se asomó a las alacenas, dispuesta a preparar la cena.

—El entrenamiento comenzará mañana temprano. ¿Qué quieres hacer?—. Lavó el vaso que había usado y lo guardó donde correspondía.

—Si me dejas, puede que esté una o dos horas en el club abajo, luego subiré a dormir y empezaré contigo—. Huntara asintió concorde a su pequeño plan.

Llamaron a uno de los guardias para que se quede el tiempo necesario en la puerta del club. Esta muchacha era incesante. El padre y hermano de la albina subieron escaleras arriba a cenar, aprovechando el silencio de la noche en las calles internas de Londres, donde no había alma que interrumpa el sueño.

La morena ayudó a secar los platos, mientras el padre de Huntara bajaba a hablar con el guardia y su hermano juntaba la mesa. Una vez terminó, fue a su habitación a prepararse, pensando en un pequeño descanso antes de comenzar a recordar con su cuerpo lo que era trabajar los músculos las 20 horas del día. 

Comenzó a calcular el cambio de horario, por lo que no estaría mal llamar a su familia a estas horas. Si bien eran las 9 pm allí, eran las 4 de la tarde en Estados Unidos, a lo que sabía que ambas se encontraban desocupadas y dispuestas a una llamada.

Tomó su celular y se sentó en la ventana, esperando a la respuesta. Una sonriente Adora apareció en pantalla, vestida casual. Por el fondo, supo decir que estaba sentada en la sala de su casa.

¡Hola, Catra!—. Siquiera la dejó responder que una cabellera rubia se asomó por detrás, sonriendo de la misma manera que su madre.

¡Mamá! ¿Qué tal el viaje?—. Catra sonrió, pensando en que no había pasado ni un día que ya extrañaba verlas.

—Agotador. Llegué hace unas horas y caí dormida en la cama. Ni siquiera llegué a desempacar.

Debe ser difícil acostumbrarse al cambio de horario. Procura dormir bien—dijo la mayor, soltando sus aires de preocupación en su tono de voz.

(¿Hate?) Love [Catradora]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora