(¿Hate?) Love [Catradora]

{Special Chapter 1.0}

—Llevas conduciendo un buen rato, Catra. ¿Dónde piensas frenar? ¿Adónde vamos?

—Ya te dije, es una sorpresa...—respondió la morena riendo, llevando una de sus manos hacia la de su novia que posaba en su hombro. Adora sonrió ante el pequeño gesto, volviendo su mirada a la carretera.

—¿Crees que Bee la pase bien estos días?

—Estará con sus amigos y con Glimmer y Bow, no te preocupes—. Movió la mano de su hombro, tomando la de la rubia consigo, dirigiéndola hacia sus labios para plantar un beso allí.

El auto comenzó a frenar, a lo que Adora asomó su cabeza por la ventana observando el lugar. Ambas bajaron del mismo una vez frenó, observando el horizonte, la laguna azul, la cabaña ensamblada en troncos de madera y los animales pequeños rondando en la lejanía.

—Catra... Esto es...

—Feliz aniversario, princesa—. Acto seguido, recibió un beso dulce en los labios. La sonrisa se mezclaba entre sus labios, producto de la felicidad que desbordaba de ellas. Se miraron a los ojos al separarse, embelesadas con el brillo que estos irradiaban.

—Me siento mal ahora. Mi regalo no se compara con el tuyo—. Hizo un puchero observando a la morena. Había sido algo caro, lo admitía. La moto de Catra había caído a pedazos meses antes y había decidido comprarle una nueva, pero esto...

—Princesa, no te mates la cabeza. Estos días son para nosotras, para nuestro amor, para que perdure con el pasar de los días y años, criando a nuestra pequeña—. La rubia rió, chocando su frente con la morena.

—Prometo compensarte cuando volvamos, algo debo hacer...

—¿Y si me lo compensas ahora?—preguntó, mirando a su pareja con una ceja levantada. Adora no pudo evitar morder sus labios ante la repentina propuesta—. El viaje fue algo largo... ¿Estrenamos las sábanas?

—¿No quieres comer algo antes?—rió Adora, juguetona. Palmeó a su pareja en su hombro, algo avergonzada. Sí, no tenía sentido, pero era pleno día y no estaba segura de comenzar el fin de semana de aquella forma.

—Sí, a ti—. Catra plantó un beso en su frente, acariciando sus mejillas y perdiendo su mirada en la de ella—. Aunque entenderé si no quieres. Sólo pensaba en eso porque hacía mucho que no estábamos solas las dos sin trabajo o estudios de por medio...

—A la noche, ¿sí? Ahora podríamos disfrutar de un picnic o algo para almorzar—. La morena sonrió, derrotada por los ojos de la rubia.

—Está bien. Comenzaré a desempacar los bolsos y las cosas que trajimos, ¿bien? Tú puedes merodear por el lugar o-

—Yo prepararé la comida. Si termino antes, te ayudo—plantó un beso en la más alta, ingresando al pequeño pero precioso lugar.

Pasó alrededor de media hora para lo que ambas habían terminado con lo que se habían propuesto. Se encontraron en la sala, paradas una frente a la otra.

—Tengo dos opciones—comentó la rubia con una sonrisa, observando lo embelesada que la mayor se encontraba con aquella pequeña lejanía—. Podemos almorzar afuera al sol, con vista al prado... O en la parte trasera de la cabaña, bajo la sombra y los árboles. ¿Cuál prefieres?

—Hace calor para el sol ¿no? Además, el prado se vería mejor en un atardecer, ¿no crees?—. Tomó cercanía, acariciando los brazos de la rubia.

Adora, con el paso de su relación con Catra, había notado lo exigente que era en cuanto contacto físico. Por más pequeño que sea, expresaba su amor mediante aquellos toques. Ya sea las manos cruzadas cuando caminaban o iban en el auto, o cómo los toques a su cabello y abrazos inesperados.