Una vez Adora despidió a Melsy en la entrada de su casa, Catra se acercó a ella.
—¿Amor? ¿Podemos hablar?—. La rubia giró en su eje con el ceño fruncido en confusión, pero asintió de todas formas, dirigiéndose hacia el sillón para escuchar a su pareja—. ¿Sabes? No estoy segura de poder conseguir un trabajo aquí... O por lo menos no en estos meses—. Adora se preocupó. En cuanto a estos temas, ella solía ser positiva. ¿Qué tanto habrá estrujado su cabeza esas semanas de entrevistas?
—¿Y qué podemos hacer? Los ahorros de mi madre no durarán por mucho tiempo...
—Anoche me llamó Huntara. Dijo que habían varios clientes frecuentes del club que querían y pagarían por verme en el ring otra vez—. Adora frunció el ceño con mayor profundidad, sin gustarle la dirección de la conversación.
—¿Y eso tiene que ver con esto porque...?
—En el año que estuve en Londres, recibí muy buenas pagas por sólo algunas peleas, Adora.
—Olvídalo. Prefiero recibir un plato sólo para Melsy y matarme laburando a que recibas dinero por pelear, Catra—. La morena miró el suelo, frustrada, intentando convencer a su pareja.
—Vamos, amor. A mí tampoco me agrada la idea de volver a Londres, pero será sólo por un tiempo—. Adora se puso de pie, comenzando a caminar en vueltas frente a su novia—. Comenzarán las peleas para las clasificaciones de Inglaterra y... Podría hacer mucho dinero, el suficiente como para volver a casa y mantenernos hasta que me establezca en un empleo fijo con un buen salario.
—No lo sé, Catra. Muchas personas han muerto por peleas exhaustivas... No estoy segura de dejarte ir allí por eso... Serás golpeada de muchas formas y-
—Estaré bien, amor—. Catra se levantó del sillón, frenando la caminata de su pareja, tomando sus manos entre las suyas—. Sólo serán un par de meses, lo prometo.
—No quiero que vayas... Me niego.
—Adora...
—¡Me niego!—. Dicho esto, la rubia subió escaleras arriba y cerró su habitación de un portazo.
Pasando el día, llegaron las 2 pm, siendo hora de que Melsy salga de su primer día en el secundario. Catra se asomó a la puerta de su habitación, esperando escuchar algún sonido o alguna señal de vida de su novia, pero nada.
—¿Amor?—. Tocó la puerta dos veces, sin recibir respuesta. Suspiró, derrotada—. Tengo que hacerle mantenimiento a la moto...—. Nada—. Pasaré a buscar a Melsy al colegio y la dejaré en algún taller cercano, ya vuelvo—. Dicho esto, salió de su casa, no sin antes enviarle el mensaje a su hija de que la iría a buscar.
Llegando al colegio, pudo ver que se encontraba sola en la entrada, a pesar de haber varios estudiantes afuera. Miraba las calles, esperando por ver la moto de su madre. Se acercó al borde del pavimento, frenando y teniéndole el casco a Bee. Pudo notar la mirada de los adolescentes sobre ella, pero no estaba de humor como para prestarles más atención de la necesaria.
Partió, así, hacia el taller que se ubicaba a unas cuadras de su nueva casa.
—¿Y, linda? ¿Cómo estuvo el primer día?—dijo apenas se quitó el casco frente al taller.
—Bien, digamos. Hice un amigo de otro curso. Su nombre es Zeka y es un año menor que yo—. Melsy sonrió, pensando en lo tímido y tierno que era el colorado—. Es bajito, colorado y tímido.
—Que tierno—. Catra rió entre esas palabras, imaginando al nuevo amigo de su pequeña—. ¿Algún chico o chica que te haya llamado la atención?—. Miró a su hija de manera insinuante, a lo que la rubia se sonrojó, mirando hacia otro lado.
—No...
—Entonces sí, ¿eh?
—Sólo me dio curiosidad...—. Melsy miró a su madre con un puchero, avergonzándose de ser tan legible para sus ojos—. No sé su nombre, pero es... bastante bonita.
—Ahh—. Catra habría seguido torturando a Bee con preguntas sobre esta nueva chica que llamó su atención, pero habían llegado a casa. Antes de siquiera pisar el porche, Melsy tomó el brazo de su madre.
—¿Podemos ir a por un helado? ¿Por favor?—. Catra sonrió, pasando su brazo izquierdo por sobre los hombros de la rubia, caminando hacia la heladería cercana.
—Compraremos un pote para llevar a casa, ¿estamos? No quiero dejar a tu madre fuera.
—Pelearon, ¿verdad?—. La morena se estremeció de pies a cabeza, pero no dejó que su hija lo note.
—¿A qué te refieres?
—Discutieron. Si hubiese preguntado para comprar un helado hace unos días, hubieras dicho que sí, pero que vayamos con ella—. Catra cerró sus ojos, suspirando en derrota. Esta niña leía tan bien a las personas que daba miedo. Le recordaba a ella cuando quería leer cada expresión y movimiento de su, entonces, amiga.
—Pues... No estoy segura de si debería decirte esto, pero sí. Discutimos—. Le tendió el dinero a la cajera y le dijo los gustos, prosiguiendo con la conversación—. En estas dos semanas que estuvimos aquí, en Virginia, lo único que logramos fue encontrarte un colegio. Yo, por lo menos, estuve pasando varias entrevistas, sin quedar del todo en alguna. El título no me aseguró mucho el trabajo.
—¿Por eso pelearon?—. Catra soltó una media sonrisa, recibiendo la bolsa con el pote y girando en su eje, dispuesta a seguir el camino vuelta a su casa.
—No. Tu tía Huntara de Londres me ofreció un trabajo, uno muy bien pagado.
—¡Eso es genial!—gritó Melsy, emocionada. A los segundos, volvió a procesar las palabras de la morena, dirigiendo su asustada mirada hacia ella—. ¿Londres?
—Si... Sólo serían unos meses, pero tu madre no quiere que vaya.
—¡Pues claro que no! Si hablamos de que irás con la tía Huntara, seguro volverás al ring. Es obvio que mamá no querrá eso...
—No será permanente. No entraré en el campo profesional... Sólo necesito ganar algunas peleas y volveré con lo necesario—. La morena seguía excusándose, mientras que su hija la miraba aterrada, pensando en la simple opción de perder a otro miembro de su familia.
—¿Sólo unos meses...? ¿Cuántos?
—5 meses, tal vez. Serán los campeonatos nacionales de Inglaterra y los premios serán grandes.
—No me gustaría que pelees otra vez... No sabes cómo sufrió mamá en tu ausencia ese año—. Catra se atragantó con la saliva, manteniendo mentalmente su paciencia para no saltar frente a su hija.
—Lo sé, yo también sufrí la distancia cuando ella se fue de Nueva York. Pero esto lo hago para que podamos seguir aquí. Para que podamos seguir con la casa que tenemos ahora y aún más. Podríamos hacer tu fiesta en grande, viajar en las vacaciones...
—Mamá no está de acuerdo, ¿cierto?
—No...
—Puedo conseguir un empleo a la tarde. Podría trabajar en negro en alguna cafetería. Soy alta y lo suficientemente madura como para hacerlo—. Catra se rompió por dentro al escuchar las palabras de su ángel. No quería que llegue a esos puntos de su vida. Ella merecía vivir su infancia y adolescencia con normalidad, aún cuando no podría remediar sus primeros años.
—No es necesario, hija. Viajaré a Londres, conseguiré el dinero necesario y volveré, te lo prometo.
Sin decir más palabras, ambas entraron a su nueva casa, con el aire preso de la tensión.
![](https://img.wattpad.com/cover/233864724-288-k341269.jpg)
ESTÁS LEYENDO
(¿Hate?) Love [Catradora]
FanfictionAdora, Catra y Melsy viven juntas como una familia ♥ Melsy comienza a llevar por delante los problemas de una adolescente, mientras que Catra y Adora se esfuerzan por establecerse de manera fija en Virginia, la ciudad donde la rubia se crió desde pe...