Capítulo 4.0

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Ese día en el colegio, Melsy se había llevado una gran sorpresa.

Apenas ingresó a su salón, se encontró con una nueva joven. Su cabello estaba teñido de celeste en las puntas, llevaba piercings en los labios y maquillaje gótico, lo que llamó la atención de la rubia.

—Chicos, presten atención, por favor. Tenemos una nueva estudiante. Vienes de Australia, ¿verdad?—. Ella asintió.

—Hola, mi nombre es Nahomi. Tengo 15 años y vengo de Australia—. Ni siquiera dejó que la profesora siga hablando que se adelantó y sentó en el pupitre vacío detrás de Melsy. Se podía escuchar que mascaba un chicle. Estrelló su mochila contra el suelo y se cruzó de brazos, a lo que todos decidieron volver la mirada hacia el frente, observando a una nerviosa profesora continuar con la clase.

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—Oye. ¿Puedes prestarme tus apuntes de la primera semana?—. La rubia levantó la mirada, encontrándose con su nueva compañera. Mantuvo su rostro neutro, observando sus llamativos ojos celestes. Se levantó con sus carpetas, amagando a salir del salón a lo que la peliceleste se tildó en su lugar, pero frenó en la entrada.

—¿Vienes, o no?—. Nahomi comenzó a seguir a la rubia por los pasillos, llegando a su casillero, donde dejó sus carpetas y sacó los apuntes de la primera semana, tendiendo el cuaderno hacia ella.

—Gracias... Uhm..

—Melsy. Un gusto, Nahomi—. Dicho esto, la rubia cerró su casillero y se dirigió a la cafetería con la nueva estudiante, encontrándose al colorado en el camino—. ¡Hey, Zek! ¿Por qué el apuro?—. Se veía cansado y agitado, como si hubiera corrido una maratón, a lo que Bee se preocupó.

—Yo... uhm... —. Pegó un salto al escuchar un grito del otro lado del pasillo, tomando lugar detrás de la rubia para esconderse.

—¿Qué crees que estás haciendo?—lo frenó Melsy, defendiendo al pequeño.

—Sólo quiero hablar con él, no es nada que te incumba—. El moreno intentaba cruzar miradas con el pecoso, pero éste se escondía detrás de la rubia, evadiendolo.

—Si no me incumbe, ¿por qué se esconde detrás mío? ¿De tí, precisamente?—. Melsy no iba a ceder tan fácilmente. Ya había visto a su amigo siendo abusado por unos idiotas del curso vecino y había prometido que no volvería a pasar.

—Sólo quiero hablar con él—. El colorado se escondió un poco más, tomando la remera de la rubia temblando—. Zek, lo siento, ¿bien? Sólo era eso... Quería que habláramos sobre el tema, pero parece que no quieres... Intentaré otro día, ¿sí?—. Bee se suavizó un poco al escuchar tales palabras. No sonaba como un bravucón en nada. Nahomi observaba todo desde atrás, analizando la situación.

—Ni lo intentes...—. Melsy se petrificó cuando escuchó tales palabras provenir de su pequeño amigo, las que causaron que el moreno se retire desilusionado.

—Zeka...

—Gracias, Melsy. Iré a la biblioteca, ¿sí?—. La rubia no pudo decir más que ver cómo el pequeñín se dirigía hacia dicho lugar.

—Tienen o tuvieron algo, estos dos—dijo Nahomi, siguiendo el camino por el que iban hacia la cafetería.

—¿A qué te refieres?

—Que fueron o son pareja, tonta—. Bee se retorció un poco al escuchar tal palabra. No estaba acostumbrada a los insultos, pero pudo notar que lo había dicho de manera juguetona, lo que dejó pasar.

Entrando a la cafetería, pudo sentir muchas miradas puestas en ella, a lo que Nahomi se incomodó mientras que la rubia sólo las ignoró.

Una vez compraron la comida de media mañana, se dirigieron hacia el patio trasero.

Bee fue detenida a medio camino por una mano en su brazo. Se giró, encontrándose con una sonriente Saori.

—Hey...

—¿Cómo va el día?—preguntó, parándose frente a ella para entablar una conversación, a lo que Melsy sonrió por primera vez en el día.

—Mejor ahora...—. La pelinegra frunció el ceño, pero no dejó de tener esa sonrisa en su rostro. La peliceleste giró en su eje cuando notó la ausencia de la menor, observándola hablar con Saori.

—Uhm... Tengo una pregunta respecto a lo de ayer...—Bee frunció el ceño, algo perdida, pero accedió de todas formas—. Recuerdo que hablaste de Jaden en la cena con tus madres, y lo que una de ellas te recomendó... Fue una mentira lo de que tenías novia, ¿verdad?—. Melsy se sonrojó de sobremanera, recordando que lo había gritado en pleno pasillo.

—Sí... Quería quitarme al pesado de Jaden de encima lo más pronto posible... Lo siento, no suelo mentir—. La peliceleste se acercó a ellas, escuchando la conversación con una ceja levantada.

—No hay problema, sólo quería saber eso... Debo ir a la entrada a encontrarme con mi hermano... ¡Hablamos luego!—. Dicho esto, salió corriendo hacia la entrada del colegio, dejando a Melsy mirándola de detrás.

—Eres demasiado obvia—. Bee saltó en su lugar por el susto. Aún no estaba acostumbrada a la presencia de su nueva amiga.

—¿Qué dices?

—Es la primera vez que sonríes en todo el bendito día, y es sólo porque ella se apareció frente a tí—. Melsy comenzó a cuestionar la facilidad de sus madres al leer sus emociones—. ¿Eres lesbiana?—. La peliceleste se colocó frente a la rubia, observando sus ojos, lo que causó que se sienta nerviosa ante la invasión de su espacio.

—No exactamente... No estoy segura.

—¿Alguna vez te gustó un chico?—. Nahomi tiró el chicle de su boca en un cesto de basura cercano y tomó otro de su bolsillo.

—Sí, cuando era más chica...—. Nahomi la miró fulminante, queriendo descifrar sus emociones, pero se rindió a los segundos, caminando hacia uno de los árboles del patio.

—Si tú no sabes, yo menos.

El día pasó y comenzaron a conocerse a mayor profundidad, charlando sobre cosas triviales y no triviales, siempre bajo la mira de una niña de primer año, quien llevaba una pulsera con distintos tonos rosados en su muñeca izquierda.

(¿Hate?) Love [Catradora]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora