(¿Hate?) Love [Catradora]

Epílogo

Sus pasos resonaban en la habitación que, de no ser por su presencia allí, se encontraría vacía.

Estaba nerviosa, alterada por cada movimiento que hacían sus amigos, los que entraban y salían para desearle suerte.

Tomó asiento frente al espejo, observando su melena atada en una alta coleta.

<<Tranquilízate, Catra. Puedes con esto, sólo... respira...>>

Inhaló y exhaló, observando sus ojos bicolor en el espejo.

—¿Gatita? Ya es hora de salir a recibirlos a todos—. Scorpia entró a la habitación, lanzando ese anuncio al aire.

—Bien, enseguida voy—. Revisó en el espejo su conjunto y sonrió, no podía creer que estaba pasando. Al fin iba a suceder, luego de tantos años...

Se dirigió hacia el salón, recibiendo las felicitaciones de muchas personas.

Una persona en medio de la multitud llamó su atención, a lo que se acercó.

—¿Tara?—. La mencionada giró en su eje, encontrándose con una sonrisa de parte de la morena, a lo que ambas se abrazaron.

—¡La garra filosa! Hace tanto no nos veíamos—exclamó con una gran sonrisa.

—Viniste, no lo puedo creer—dijo, soltándose del abrazo.

—Pues claro que sí, no me perdería su boda por nada del mundo. Después de todo lo que pasamos juntas, somos como una pequeña familia, ¿verdad?

—Claro que sí. Pasamos por muchas cosas, hahaha...—. No pudo evitar llevar su mano a la nuca, sin ganas de recordar aquellos momentos en ese día tan especial.

Notó una persona de baja estatura acercándose hacia la albina, a lo que no disimuló la curiosidad de preguntar.

—Oh... uhm, no sabía que venías acompañada.

—Ella es mi pareja—dijo, tomando su mano, a lo que la más bajita se sobresaltó por no haber prestado atención, pero al notar que se trataba de Huntara, simplemente sonrió aliviada.

—Un gusto en conocerte, Catra—. La morena sonrió ante la amabilidad de la más bajita, sintiendo cómo sus nervios se disipaban lentamente.

—Igualmente, uhm...

—Alexa.

—Alexa—repitió, estrechando sus manos.

—¡Allí estás! Ven a saludar a tu cuñada que está como loca buscándote para darte o decirte algo—. Glimmer parecía aún más nerviosa que ella, tironeándola para que se dirija donde le indicaba. A lo lejos, saludó con la mano a la pareja, despidiéndose hasta más tarde.

Llegaron casi a la entrada, donde se encontraba la pareja mencionada.

—¿Dónde está Flu-?

—Jacob—corrigió en seguida Mara, sonriendo levemente. Catra quedó atónita por unos segundos, pero simplemente sonrió y se corrigió.

—¿Dónde está Jacob?

—En la casa de uno de sus amigos. ¿Emocionada?

—Sí...—sonrió—. Nerviosa, también.

La música comenzó a cambiar. Pasaron de canciones populares a música instrumental, lenta y tranquila. La morena de ojos bicolor comenzó a acomodarse las mangas de su camisa, sintiendo los nervios recorrerle el sistema.

Su prometida no había querido consultar su vestido más que con su hija. Las únicas que lo habían visto eran ellas dos, por lo que se imaginaba la cantidad que podría usar.