Capítulo 9.2

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—¿Qué pasó? ¿Por qué terminaste así, Nami?—. La rubia expresaba la preocupación en sus palabras, no se esperaba ver a su amiga con tan drástico cambio luego de unos meses de conocerse. Sí, eran pocos, pero se sentían como hermanas de la vida.

—Mi papá se metió con la persona equivocada... Sólo me escondí, es todo Mel. De veras. Ahora que cambié mi aspecto, no me encontrarán. Tendré mucho cuidado al salir y-

—Dios, Nahomi—. La ojiceleste se sorprendió, era raro que su amiga la llame por su nombre completo. Sólo lo hacía cuando la regañaba o se enojaba—. Te llevaré a casa, ¿sí? Puedes usar mi bicicleta por todo el mes, si quieres. Podrás hacer las compras más rápido, ida y vuelta.

—Mel, no es necesario. Es tu bicicleta, yo no podría-

—Te la regalaré si no quieres que te la preste.

—Está bien. Acepto que me la prestes, pero no me la regales. No puedo aceptarla—. Bee sonrió satisfecha. Su amiga solía ser muy modesta en aquellos aspectos, no aceptaba tan fácilmente los regalos y siempre la trucaba de esa manera, ganando las pequeñas discusiones.

Una vez se aseguró de que su amiga esté en su casa segura, entró a la suya, notando a su madre en la sala.

—¿Todo bien?

—Sí, me dijo que ya había comprado todo lo que necesitaba ayer, así que no saldrá en varios días. Le presté mi bicicleta...

—Oh, está bien. Espero que sepa que puede estar aquí cuando desee, es bienvenida.

—Espera—. Sacó el celular de su bolsillo, entregándolo a la mayor con el chat abierto—. Dile tú, a mí no me creerá—. Adora presionó el botón de grabar audio, comenzando a hablar.

—Nahomi, cariño, soy Adora. Sabes que cualquier cosa eres bienvenida aquí, ¿verdad? Cuando quieras, solo llama a casa para avisar y vienes—. Envió la grabación, recibiendo una sonrisa agradecida de parte de la menor.

Melsy subió a su habitación, dispuesta a seguir pensando en lo que podría preparar para el 6 de julio. Quería algo memorable, pero barato.

Estuvo alrededor de una hora pensando sobre la situación, analizando algunos detalles y descartando opciones, hasta que recibió una llamada.

—¿Diga?

¡Hola, hermosa~!—. Sonrió hacia el celular, observando el nombre en pantalla.

—Hey, Til. ¿Qué cuentas?—. No había mencionado palabra alguna sobre el video que Ethan le había enviado, tampoco sabía de la interacción de ambos al respecto. El tema había quedado suspendido en el aire, esperando a ser atendido cuando sea necesario.

Nada nuevo. Estoy pensando seriamente en ingresar a un colegio de mujeres el próximo año. Ethan terminará la secundaria y no quiero quedarme rodeada de aquellos idiotas—. Bee tuvo un impulso inmenso, una idea que amaría cumplir desde el fondo de su corazón.

—¿Y si- —"vienes a Virginia a terminar los estudios conmigo?". Cortó la oración antes de terminar, pensando en la situación dos veces.

Conociendo a sus madres y a los padres de su amiga, estaba la posibilidad de que accedan, puesto a que ambas eran muy unidas y nadie tendría problemas con aquello, pero... El miedo la detuvo. Miedo a las consecuencias que sucedan bajo la presencia de su amiga del alma en su ciudad, miedo a que no sepa integrarse con sus amigos de la manera que ella hacía, o incluso de integrarse tan bien que la olviden... Si el destino era correcto en frenar su propuesta antes de pensarla, pues no la seguiría. No estaría en sus manos.

¿Qué?

—Nada, nada. Te iba a comentar de los planes que vengo haciendo para mis quince—. Sonrió al aire, escuchando la emoción de su amiga al mencionar el tema.

¡Tus quince, Mel! ¿Qué piensas hacer? ¿Harás algo a lo grande? ¿O sólo una reunión entretenida? ¿Harás algún viaje? ¿Qué dijeron tus mamás?

—Aún no estoy segura, pero tengo claro que quiero hacer una pequeña juntada con mis amigos más cercanos y algunos familiares.

Obvio, estamos en tus planes.

—Obvio—. Rió a lo alto la rubia, escuchando la risa de su amiga por el parlante.

Cortaron la conversación en el momento en que Teela fue interrumpida por su madre para salir. Melsy continuó con su lista, imaginando las posibles escenas, los lugares y a las personas que asistirían. El sonido de llamada de su celular interrumpió, por segunda vez, su momento de imaginación. Extrañada, observó la pantalla, notando que se trataba de su madre.

—Mamá, hola—. Sonrió. Amaba escuchar la voz de su madre, aunque prefería aquellos momentos juntas.

Hola, pequeña—. Catra sonaba feliz, lo que fue suficiente para iluminar los ojos esmeralda de su hija—. ¿Todo bien?

—Si, algo así.

¿Pensaste en tu fiesta?

—Mucho, siendo sincera.

¿Prefieres algo pequeño o grande?

—No, sólo una juntada con amigos y familiares... No quiero algo grande.

¿Sabes? En el tiempo libre que tuve estos días, estuve averiguando y encontré este lugar. Te enviaré el link. Es lo suficientemente grande como para la familia y los amigos que quieras llevar—. Melsy colocó la llamada en altavoz, chequeando la página que la morena le había enviado.

Sus ojos se iluminaron al ver el lugar. Era un pequeño conjunto de cabañas, una ubicada junto a la otra en un semicírculo, encontrando a una enorme en el centro. Las fotos de los interiores demostraban aquel lugar como un centro de alojamiento y de preparación de fiestas, a lo que saltó en su sitio de emoción.

—Es enorme esto...

Podemos celebrar en la gran cabaña las primeras horas y luego cada quién puede dirigirse hacia su cabaña con sus cosas. Si eliges este por sobre los otros, será un fin de semana completo.

—¡Sí! Lo quiero. Está junto a la playa, ¿verdad?

Claro que sí. Tu cumpleaños es en pleno verano, hay que aprovechar.

La charla continuó. Bee supo que, con aquel lugar, podría cumplir sus expectativas de pasar un día (o unos días) inolvidables en sus especiales quince.

(¿Hate?) Love [Catradora]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora