Capítulo 6.0

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Melsy estaba en su clase de matemáticas, escuchando al profesor explicar las nuevas fórmulas que utilizarían y tomando apuntes de lo que creía necesario. Detrás de ella se encontraba Nahomi, quien llevaba sus audífonos puestos, mascaba un chicle y se tambaleaba en su silla mirando al techo, completamente desinteresada en aquello.

El timbre sonó, indicando que tenían unos 5 minutos de descanso antes del inicio de la segunda clase del día. Melsy soltó su lápiz y se giró en su pupitre, quedando frente a la peliceleste, quien había apoyado su cabeza sobre su mano mientras esperaba a que la rubia se girase para hablar esos cortos momentos que tenían, como siempre solía hacer desde el primer día que había llegado.

—Esta clase no puede ser más aburrida. Por lo menos ahora se viene lo divertido—. La rubia rodó los ojos al escuchar las palabras de su nueva amiga.

—En serio disfrutas ver el mundo arder—. La mayor levantó sus hombros, quitándole importancia al asunto con una sonrisa adornada en su rostro.

—Es divertido ver como discuten en esa hora. Es "educación sexual integral"—dijo, resaltando las comillas con los dedos, logrando una pequeña carcajada de parte de la rubia—. Todos se pelean cuando una está en desacuerdo con lo que la profesora suelta. Si no es porque la ley dice lo contrario, es porque no es moral. Debería regalarles un diccionario a cada uno, ni siquiera saben el significado de las palabras que usan—. Esta vez, ambas rieron a lo alto, llamando la atención del ojimiel sentado junto a Bee. Por primera vez en las pocas semanas que se encontraba allí, pudo ver que su compañero se quitaba sus audífonos y prestaba atención a la clase.

La profesora ingresó, sin dar el buenos días, y tomó un fibrón, escribiendo en la pizarra el tema a tratar el día de hoy. "Leyes sobre el aborto en países sudamericanos".

Melsy pudo escuchar los suspiros de sus compañeros y algunos festejos personales de parte de las mujeres del salón. Giró su rostro hacia la peliceleste, recibiendo una ceja levantada como respuesta junto a una sonrisa pícara.

La profesora comenzó a contar sobre cómo fue legalizado el aborto en Estados Unidos, provocando que algunos varones del curso se duerman y otros escuchen junto a las mujeres. Para sorpresa de Melsy, su compañero de banco formaba parte del segundo grupo.

Ella escuchaba minuciosamente lo que su profesora narraba, sorprendida y embelesada. Llegó el momento donde el tema fue tocado y varias muchachas saltaron a favor de la ley, dejando a la minoría junto a algunos varones peleando porque no lo creían correcto. Bee no se veía muy afectada por el tema. Sabía perfectamente cómo tomar hechos y conceptos de manera objetiva y, de manera sabia, colocarse en e bando que más lógica poseía a su parecer. Su cabeza estaba tranquila hasta que escuchó la palabra "violación". Su rostro se transformó, escuchando a su profesora hablar sobre el tema.

De repente, el barullo que se había armado en el aula pareció silenciarse en los oídos de Melsy. Su corazón comenzó a latir con más rapidez que la normal, causando que su respiración se entrecorte. Las palabras de su profesora resonaban en su cabeza de una manera preocupante e inusual. Violación, abuso, permitido, juicios, condenas...

—¿Melsy? Hey, Razz...—. El azabache notó lo raro en su compañera, advirtiendo a su amiga sentada detrás.

Por el rostro de Bee comenzaron a caer lágrimas silenciosas mientras su nudo en su estómago incrementaba de manera proporcional al de su garganta, sintiendo como el aire no permitía pasar hasta sus pulmones. En el intento de respirar, tomó la mano de su compañero, aplicando presión de más en esta. 

Nahomi notó esto y advirtió a la profesora, quien acudió de manera inmediata a la rubia. Una de las estudiantes corrió fuera del salón en busca de alguien que pudiera ayudar a su compañera en aquella situación.

Bee sentía como quería gritar y no podía. Sentía el miedo invadir su sistema y consumir su poca cordura. Las manos de aquel muchacho de ojos miel y de la peliceleste eran de un gran apoyo, lo podía sentir, pero no podía hacer nada. Sentía como el aire abandonaba su sistema y perdía lentamente el conocimiento. Se sentía como si estuviera muriendo lentamente...

Adora entró a las corridas al salón, separando a la multitud que asfixiaba a su hija. Tomó el cuerpo de Sweet Bee yacido en el suelo, peleando por respirar, y la ayudó a incorporarse con la ayuda de Nahomi, colocando su cabeza hacia el suelo. Las ventanas habían sido abiertas de par en par y los estudiantes habían tomado espacio de la situación, dejando que la mayor se encargue.

—Tranquila, Bee. Soy mamá. Respira—. La bocanada de aire que tomó la menor fue un suspiró de todos los presentes, quienes sonrieron aliviados por la resolución de tan rara situación en el salón.

—Mamá... P-Papá...—. Melsy tomó la remera de su madre, escondiendo su rostro allí y llorando de manera liberada. Adora sintió como su corazón se rompía. Su hija se había olvidado de aquella situación pasada de pequeña y la había recordado repentinamente, causando el miedo que había sido almacenado en su sistema en ese lapso.

Bee había sufrido un ataque de pánico.

De repente, aquel tacto que no provenía de su madre, le resultaba desconfiable, incómodo, supo decirlo por las manos de su compañero y su amiga. Bajo la mirada de aquellos estudiantes de segundo A, Adora levantó a su hija en brazos y la llevó hasta la enfermería con las indicaciones de la secretaria.

Había ido ese día para averiguar sobre el puesto de trabajo del que Melsy le había comentado, y la entrada de una estudiante alterada, diciendo que necesitaban ayuda médica urgente, había sido un golpe del destino para ella. El tan sólo ingresar al aula y ver a su hija agonizando en el suelo por aire, el corazón se le salió del pecho.

Al menos, recordó los simulacros realizados en la universidad, ayudando a Bee a tiempo.

—Mamá... N-No me su-sueltes...—. Los sollozos de Melsy inundaban la habitación, provocando que los pedazos del corazón de Adora sean aún más pequeños de romperse tanto. Ver a su hija de aquella manera la mató en muchas formas, todas muy dolorosas.

Sabía que ese día iba a llegar, pero no sabía que tanto.

<<Catra, quisiera que estés aquí...>>

(¿Hate?) Love [Catradora]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora