(¿Hate?) Love [Catradora]

Capítulo 10.0

—¿Empezó?—. Adora corría por la cocina, guardando los utensilios en su lugar, observando a su hija en la sala frente al televisor.

—No, aún no, sigue en comerciales—. Bee miraba a su madre sonriendo, notando los nervios que la recorrían de pies a cabeza. Estaba preparando botellas de agua para ambas cuando el logo del canal saltó en pantalla, anunciando el inicio del programa—. ¡Mamá! ¡Está por empezar!—. La mayor se quitó el delantal y los guantes, corriendo hacia la sala con el corazón en la boca. Llevó las botellas como había prometido, sentándose al lado de la menor.

—"Y comenzamos con un nuevo programa del canal Sports. Hoy nos encontramos con una pelea en el ring donde una novata conocida como "Catra, La Garra Filosa" se enfrenta ante la campeona del año anterior, ¡Lizard Girl!"—. Ambas rubias comenzaron a alentar a la morena cuando hizo aparición en la pantalla, alzando sus brazos con una mirada llena de determinación.

El encuentro fuera del ring inició, ambas participantes se presentaron, ingresando al mismo. La cantidad de personas sorprendieron a las familiares de Catra, quienes no creían el público sobresaliendo de gente.

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—"¡La Garra Filosa cae! ¿Se podrá levantar? ¿Habrá sido un golpe fatal? ¡Los puños de Lizard Girl defienden su cinturón de campeona!"—. Adora sintió su mundo caer abajo cuando vio a su novia caer al suelo del ring, sangrando por la boca y la nariz. Miró a su hija ¿Era correcto que Bee vea eso? Aún si no lo fuera, ya era tarde para pensar en eso—. "¡Se está levantando! ¡Catra si que es resistente!"—. El asalto continuó, marcando el final de los minutos. La morena bajó su cabeza cansada, dirigiéndose a la esquina del ring donde su equipo la esperaba.

—¿Qué haces, Catra? ¡Concéntrate! No puedes caer ahora—gritó Lashor entre el barullo del público. La morena sentía como su respiración era imprecisa, nublando su lógica—. Es el último, tu puedes. Sólo debes dar un golpe preciso y ganarás. ¡Concéntrate!—. Anunciaron el inicio del último asalto, el decisivo para ambas participantes.

—Vamos, mamá... Tu puedes salir de ésta...—. Adora observó a Melsy, notando la concentración en sus ojos.

Si ella era sincera, no quería que ganara. Si Catra ganaba, significaba que volvería al ring en cualquier momento por alguna boxeadora que exija el cinturón de campeón. No habían otras maneras en el campo de boxeo, lo sabía. Si ganaba aquel encuentro, era probable que pasaría por otra pelea antes de retirarse por completo. Adora no quería eso para su pareja, en absoluto.

—"¡Lizard Girl fue derribada por un jab de la Garra Filosa!"—. Bee y su mamá sintieron su respiración detenerse ante aquella exclamación—. "¡No se levanta! ¡El árbitro cuenta los segundos!"—. Se podía escuchar a la multitud volviéndose loca por los micrófonos, contando a la par—. "¡Tres! ¡Dos! ¡Uno! ¡Fuera!"—. Catra sintió su mundo detenerse. Su cuerpo dolía como los mil demonios, pero su familia lo valía. El árbitro levantó su brazo, declarando a la ganadora.

No duró mucho tiempo parada en sus pies, tal vez un minuto en el centro del ring, escuchando la ovación del público, antes de caer inconsciente.

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—¿Y el colegio? ¿Y tu trabajo?

—Bee, debemos llegar. Ya envié la justificación de parte de ambas, tenemos que ir al aeropuerto. ¿Estás lista?—. Partieron hacia el lugar, subiendo al avión con sólo una mochila grande cada una. Adora había sentido su mundo caer en el momento en que la morena se había derribado en el ring. Según los anuncios luego del encuentro, había tenido una fractura en las costillas, lo que había dificultado su respiración por el momento. Había sido trasladada al hospital más cercano. 

Según la llamada a Huntara se encontraba bien, había sido atendida a tiempo y estaba descansando; pero, aún así, decidieron visitarla a Londres, sin importar mucho la situación en Virginia.

Llegaron luego de largas 9 horas de viaje, notando que era de noche.

—Amor, ¿quieres ir a descansar con la tía Huntara? Iré a buscarte por la mañana y visitaremos a mamá—. Una risueña Melsy asintió, apoyando el peso de su cuerpo en el brazo izquierdo de Adora, cerrando sus ojos. Caminaron así hasta el auto donde la albina se encontraba, esperando al dueto—. Entra, puedes dormir en el asiento de atrás. Te despertaré cuando lleguemos—. Aquellos ojos esmeralda se abrieron por unos segundos, observando el lugar donde se iba a recostar hasta llegar a la casa de su tía. Soltó a la mayor y se estrelló contra el asiento, acurrucándose para seguir dormitando.

—¿Cómo está mi Adorada?—preguntó Huntara bajando del asiento de piloto, ayudando a la rubia a colocar las mochilas en el baúl. Adora no pudo evitar lanzar una pequeña carcajada ante el tan conocido apodo que no escuchaba hace más de 6 años.

—Hace tiempo que no me llamabas así—respondió, ingresando al asiento delantero.

—Hace tiempo no nos veíamos, por eso—. Cerró la puerta del auto, arrancando el motor—. Nunca he venido tan seguido al aeropuerto de Londres, es nuevo—susurró, tomando camino hacia el club donde vivía con su familia.

—Vengo bien. Trabajo como doctora en el colegio de Melsy. Se acercan sus 15 y no me dijo palabra sobre lo que quiere hacer—dijo, acomodando su cabello corto suelto en un moño bajo, masajeando sus hombros por las horas de viaje.

—¿No te dijo nada?—. A la albina ese detalle le extrañó. ¿Que no Catra había hablado casi todas las noches con su hija para celebrar su cumpleaños? Prefirió no decir detalles, tal vez era un asunto entre ellas dos y no querían que Adora se entere.

—No, en absoluto.

—Tal vez sólo quiere hacer algo pequeño y está esperando unos días antes.

—Puede ser...—. Adora cambió el tema, notando como su hija se removía en los asientos traseros—. ¿Y tú? ¿Qué cuentas?—. Notó como sus mejillas se sonrojaban, frunciendo su ceño. La conocía demasiado bien y sabía perfectamente que estaba poniendo su entero esfuerzo en seguir concentrada en el camino por donde conducía.

—P-Pues... Tengo pareja...—. Frenaron en un semáforo, a lo que hizo aquel movimiento tan característico suyo de rascar su nuca cuando estaba nerviosa.

—¿Y cómo es ella?

—Poderosa—respondió sin pensarlo dos veces, lo que sorprendió a la rubia—. Es muy valiente y consigue todo lo que quiere. Es autoritaria y temperamental, hay veces en que me asusta, incluso—rió a lo alto, recibiendo una risa de parte de Adora como acompañamiento—. Pero es dulce como el chocolate mismo.

—Suenas enamorada—. Le propinó un pequeño codazo en su brazo, riendo con ella.

—Lo estoy.

La charla continuó, presa de varias risas y anécdotas de parte del par de amigas. Llegaron al club Crimson Waste, ingresando por la puerta trasera.

—¿Tienen guardias aquí por-?

—Sí, por ella—. Adora pasó saliva en el momento en que Huntara respondió sin terminar la pregunta, pensando en qué límites de cordura había pasado aquella persona.

Melsy tomó lugar en la cama de su madre, durmiendo a los segundos. Adora le quitó las zapatillas y el pantalón de jean, colocándole el de su pijama para que descanse más cómoda. Se recostó junto a ella, notando el característico olor de su pareja invadir las sábanas.

Respiró profundamente, invadiendo su sistema con su fragancia, pensando que todo estaría bien.