Mientras caminábamos los cuatro hacia un McDonald's que quedaba cerca, no podía quitarme de la cabeza la imagen de Aiden en el hospital: su torso desnudo, pálido, plagado de marcas y moretones de todo color y tamaño. Sus músculos no estaban exageradamente marcados, sólo lo suficiente para distinguirlos. Recordaba su mirada penetrante, bajo sus gruesas cejas, oscuras y pobladas, y los mechones empapados de pelo que le goteaban en el rostro. Me había impactado especialmente su mejilla, de un color rojizo, que tan solo verlo me provocaba dolor: no podía imaginar cómo se debía estar sintiendo. Probablemente como la mierda.
Volví a la realidad cuando llegamos al local de comida rápida. Nos sentamos en un apartado que tenía dos sillones enfrentados con la mesa de por medio: en cuanto me acomodé, Ben corrió a ubicarse a mi lado. Jace y Aiden se sentaron frente a nosotros.
—¿Qué quieres comer, Emily?— dijo Aiden dirigiéndome la palabra por primera vez luego de la broma horrible que me había hecho antes respecto al dinero. Aquello me había hecho sentir realmente incómoda.
—Lo que sea que coman ustedes, no me disgusta nada— resolví tratando de que la situación embarazosa pasara lo más rápido posible.
—Pues con el hambre que tengo, creo que me comería una hamburguesa cuádruple, ¿quieres eso?— me desafió. Abrí los ojos inevitablemente.
—¿Cuádruple?— repetí casi exaltada— Por supuesto que no, no acabaría de comerla jamás. Una simple para mí.
—¿Simple?— esta vez fue él el que puso una mueca desconcertada— No bromees, eso es lo que come Ben. ¿Una doble está bien?
—De acuerdo— concedí.
Los hombres debatieron sobre qué ordenar para ellos, concluyeron que no se comerían una cuádruple, sino una triple, y luego de unos minutos Jace se puso de pie.
—Bueno, iré a pedir— me dedicó una mirada— ¿Me ayudas a traer las cosas? Aiden está lisiado— dijo con una sonrisa. No pude evitar reírme.
—Tu culo quedará lisiado— respondió él con una sonrisa. Era una sonrisa genuina, real, no como sus típicas sonrisas engreídas.
—Dijiste culo— dijo Ben con un tono avergonzado mientras se reía y se tapaba la boca con las manos. La cara de Aiden se transformó.
—No debes repetir eso— trataba de contener la risa, lo que le daba un aspecto tan diferente a su rostro y a sus ojos, relajados, distendidos. Parecía otro hombre.—Yo lo dije porque soy grande, pero también está mal.
Entre risas, salí del cubículo y me dirigí al mostrador con Jace para realizar nuestro pedido. Mientras aguardábamos, a lo lejos podía ver como Ben no cesaba de hablarle a Aiden. Me generó ternura la situación. Luego de esperar, nos entregaron dos bandejas llenas de comida, bebidas, servilletas, y aderezos. Las llevamos con cuidado hasta la mesa donde aguardaban los hermanos Hawk, y nos acomodamos nuevamente en los asientos. De repente, sentí que el clima había cambiado, la mirada de Aiden no era la misma, me puse un poco tensa sin entender bien por qué.
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Olvida el mundo
Teen FictionEmily es una talentosa dibujante que está por descubrir que la vida es mucho más que sólo sueños. Aiden es un joven problemático y desinteresado que debe aprender que la vida no vale nada sin ellos. La historia ha probado que definitivamente no se...