La tristesse du Diable [✓]

Capítulo 1

LA TRISTESSE DU DIABLE

"LÂCHER"

Las tres chicas se acomodan en medio del salón para tener una mejor vista hacía el instructor y esperan a que el tan famoso Manuel aparezca por la puerta.
Él se hizo conocido después de ganar un concurso de talentos junto a su compañera de danzas en ese momento, se perdió por un tiempo y después reapareció solo y con esa imagen de rompecorazones que hizo su negocio tan rentable.

No se sabe más que eso de su vida privada, él es solo eso, una imagen armada, nada más y eso es lo que lo ha llevado al punto de hoy, donde la gente hace filas largas por verlo criticar a sus propios estudiantes en las presentaciones finales de cada uno de sus talleres.
Además de la obvia novela que arman las chicas con las que suele dormir, porque antes ellas sufrían en TV porque él las dejaba, pero ahora, en realidad es como un premio ser la que llame la atención del tan deseado español.

Beatriz analiza al resto de los participantes de esta clase y encuentra un rango de edad bastante extraño.
Hay algunas parejas y eso la entristece un poco, a ella le gustaría que Julián la acompañara a estas cosas que tanto le entusiasman, pero él realmente odia muchas de sus actividades favoritas y la deja sola.

Deja de pensar en eso y casi se ríe cuando ve un grupo de amigas bastante jóvenes en un lado de la sala, sabe que seguro ellas si están acá por los rumores y le generan un poco de ternura, a ver, Manuel tampoco es una persona tan grande (por lo que sabe tiene casi su edad) pero prefiere pensar que no es una especie de tipo raro que ilusiona jovencitas.

El bullicio de la gente es interrumpido por un par de palmadas y todos prestan atención al frente encontrándose con la persona que estaban esperando.

—Buenos días clase —frena justo en el centro y les dedica una sonrisa de lado—. Espero que hayan venido dispuestos a aprender porque eso es lo que espero que hagan. Creo que ya todos saben quién soy, pero por si acaso permítanme presentarme, yo soy Manuel Müller, su profesor y espero que esto sea una relación cómoda para todos ¿Estamos?

Todos los presentes responden con un sí que se escucha extraño y él vuelve a sonreír.

—Lo primero que hay que hacer, siempre, es calentar y nada de risas porque esta es una clase sería —señala a alguien, pero es imperceptible desde el punto de vista de las chicas—. Ahora sí. El tango es una danza pasional, no se trata de copiar pasos sin más, hay que sentirlo y apropiarse de él ¿Entienden lo que digo? No importa si conocemos o no a nuestro compañero, la conexión a través del baile ya es suficiente para poder fluir y dar una pieza impecable ¿Okey? Ahora quiero que formen parejas para que empecemos con el calentamiento —algunos empiezan a intercambiar miradas incomodas— ¡Sin miedo! —aplaude— ¡Sin vergüenza! Aprovechen ahora que estamos todos para aprender, dejen el miedo para la presentación final.

No parece tan cruel como dicen que es.

Ella observa a los alumnos desplazarse por la pista para juntarse con alguien y después de unos cuantos segundos en silencio suelta un suspiro ruidoso para volver a frenar los murmullos.

—Tu —señala— la chica del vestido con florcitas.
—¿Yo?
—Si, acércate.

La morena camina a paso lento hasta él y se para a unos cuantos metros esperando para saber lo que pasa.

—Hoy vas a ser mi compañera —parece sorprendida y él vuelve a sonreír de lado—. Tranquila, no creas todo lo que dicen por ahí, ya lo he dicho, acá estamos todos para aprender.
—Si, entiendo.
—Decime tu nombre.
—Beatriz.
—Bueno Beatriz, acércate un poco más, no muerdo —le ofrece su mano y ella la toma dudosa— gracias. Ahora quiero que todos sigan mi ejemplo, ya lo he dicho antes, ahora ustedes y sus compañeros están conectados, aunque esta sea la primera vez que se vean y esa conexión es la que tienen que usar para trasmitir en su baile ¿Se entiende? Permíteme —pone su mano en la cintura de la chica y la atrae un poco más hacía el suyo—. Comúnmente la mujer es quien guía, pero empezamos desde cero...tu déjate llevar Beatriz ¿Okey?
—Okey.