LA TRISTESSE DU DIABLE
"RUINES"
Escucha la puerta de la habitación y eso hace que su dolor de cabeza se intensifique, bueno, al menos no tanto como cuando Gerald enciende la luz.
—¿Qué haces?
—¿Estas tomado? —lo mira mal.
—¿Por qué no te ocupas de tus asuntos?
—Manuel...
—No eres mi padre Gerald, ni mi madre, ni nadie para mandarme, vete y déjame solo.
—No voy a hacer eso, te lo he dicho ya —parece enojado— tenés una clase en dos horas, no podés seguir bebiendo.
—Me importa un carajo la clase.
—No podés faltar.
—Falto si quiero...
—¿Qué pasa? —se sienta en la esquina de la cama— ¿Es por esa chica?
—¿Qué?
—Te vi con la morena esta mañana.
—No pasa nada con esa chica —miente porque no quiere admitir la verdad—. Déjame en paz.
—¿Puedes decirme que te pasa?
—¡No! Además, no sé qué haces aquí, deberías estar buscando mi anillo, para eso te pago.
—No creo que lo encontremos.
—Encuéntralo —amenaza—. Tienes que encontrarlo.
—Manuel, sé que es importante para ti, pero quizá sea una señal para que...no sé, intentes...
—No voy a intentar nada.
—Ya han pasado seis años, ella no quería que hicieras esto.
—Pueden pasar cien años, no me interesa, yo me casé con ella, me entregué a ella porque la amaba, y no voy a volver a amar a nadie.
—No puedes controlar eso.
—No me vengas con sermones, me duele la cabeza y estoy cansado. Mejor vete y busca ese anillo.
—No lo voy a hacer, ya llamaron, la policía no encontró nada, ni en las cámaras ni en ningún lado.
—Es imposible, yo sé que lo dejé sobre esa mesa y..."—Digo ¿No conociste a nadie?
—Yo no tengo tiempo para esas cosas, y no me preguntes, lo voy a poner en tus condiciones también —voltea y se quita el anillo— ya sabes bien como son las cosas.
—Si, pero...
—No hay peros ¿Okey?
—Si."—Eres un idiota Gerald —se acerca y le da un golpe en la mandíbula— ¿Dónde está?
—Déjame que te explique.
—¿Qué me expliques qué?
—Solamente quiero que avances Manuel.
—No quiero avanzar —está llorando otra vez— dame mi alianza.
—No.
—Dámela, por favor... —toma nuevamente la botella y el otro chico lo frena.
—Perdóname, no era mi intención que la pasaras mal, pero...
—Pero ¿Qué?
—Creo que sientes algo por esa chica.
—¿Me estás espiando?
—No, solo fue coincidencia, pero...tu no tratas así a cualquiera.
—Estás enloqueciendo a estas alturas, no tiene nada de malo que no quiera estar con nadie.
—No, eso no está mal, lo que está mal es que dejes que lo que pasó controle lo que hagas ahora.
—¿Por qué no me dejas en paz, Ger?
—Porque no quiero seguir viéndote así.
—Quiero que me des mi anillo y que me dejes solo.
—Manuel.
—Por favor Ger, por favor.
—En serio solamente me preocupo por ti —saca la joya de su bolsillo y se la entrega— no quiero que te resignes a estar solo toda la vida solo porque estás asustado a qué te vuelva a pasar lo mismo.
—Estoy bien, ahora quiero que me dejes solo. Iré a la clase más tarde y....lo siento por golpearte ¿Okey?
—¿Podes al menos tratar?
—No quiero seguir hablando, por favor, déjame solo.
—Bien, pero no me voy a rendir así de fácil ¿Sabes?Su última frase es ignorada por el español y lo comprende, así que simplemente se marcha para darle un poco de espacio.
No sabe cómo reaccionaría él en su situación, quizá igual, pero es su amigo y sabe que merece algo más que esto toda la vida.Quizá hasta Manuel mismo lo sepa también, por eso mismo tiene que hacer algo para que abra los ojos de una vez por todas.
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La tristesse du Diable [✓]
FanfictionUn profesor de tango atormentado por una relación pasada, decide darle una nueva oportunidad al sentir cuando conoce a una joven bailarina brasileña en una de sus clases. [borrador]