Capítulo 28

73 7 19
                                    

LA TRISTESSE DU DIABLE

"POUR TOUTE LE VIE I"

LADO B

"CULPABILITÉ"

Beatriz:
Todo se ha puesto raro ahora, quiero decir, iba todo encaminado: charlábamos, bailábamos, nos deseábamos buenas noches.

Pensé que lo estaba consiguiendo, y así como si nada, Manuel me ha bloqueado.

¿Pero qué le pasa?

No he podido disimular mi molestia durante nuestra pieza y él ha rechazado mis miradas.
No entiendo nada, de verdad.

Primero confía en mí y después me ignora.

¿Qué es lo que le pasa?

Ni siquiera me gusta que esto me moleste tanto.
Como si alguien lo necesitara.

Idiota.

Se para en frente de la clase y da un par de aplausos para que la gente lo mire.

—Bueno, primero quiero hacer un énfasis especial en el progreso que he notado a lo largo de estas semanas en ustedes, creo que es necesario que les diga que se nota que muchos realmente trabajan en mejorar y me alegra.

Me molesta hasta el tono de su voz ahora.

—Ahora sí, lo que tenía que comunicarles es que esta es nuestra última semana juntos.

¿Qué?
No puede ser.

—Perdón profesor —alguien alza la mano— ¿Adelantaron la presentación final?

La adrenalina hace que el corazón me lata con prisa.
Algo tengo que hacer, no puedo dejarlo ir sin conseguir toda la información que necesito.

Si lo dejo ir así entonces nada habrá valido la pena.
Algo se me tiene que ocurrir.

—No, no puedo quedarme a la presentación final, pero no sé preocupen que su certificado y las clases van a estar, yo no.
—Pero eso no tiene gracia.
—¿No vienen a tomar clases? —alza una ceja, casi desafiante.

Oh, ahí está su máscara, otra vez.

—Pero pagamos por clases con usted.
—Siento mucho tener que abandonarlos antes, pero, aunque quisiera, no puedo quedarme.
—¿Y qué si no queremos otro profesor?
—El curso tiene una duración y si no hacen todas las clases se supone que no deberían tener el certificado de finalización, y si se trata del dinero, las clases restantes se van a dictar así que no van a perder nada.

Eso es marketing engañoso, si las condiciones dicen que las clases las dará él, él debería darlas.
Se lo diría, pero, estoy intentando disipar mi molestia para tratar de conseguir los últimos datos para ese maldito artículo.

—Entonces...excelente clase —aplaude—. Nos vemos la próxima.
—Hasta la próxima...

Espero que todos se vayan, y supongo que él asume que también lo haré porque no me presta atención.
Quisiera reclamarle por eso y eso me hace sentir idiota.

Se supone que soy yo la que está jugando con él.

—¿Así que te vas?

—Ay Beatriz, casi me matas.
—Ya veo, te pusiste blanco como un papel.

Otra vez me siento una tonta por notar eso.

—Pero ¿Estás bien? —se me escapa la pregunta, y lo agradezco, al menos él seguirá pensando que soy una niña ingenua, creo que le gusta esa imagen de mi porque eso es lo que ha hecho que me hable de su inconformidad con su vida.
—Si, estoy bien, no he dormido demasiado hoy —medio sonríe.
—Eso es muy malo para el rendimiento —alzo una ceja y se ríe un poco.
—¿Así me oigo?
—Mmm pero con un acento más raro.
—¿Raro?
—Si.

La tristesse du Diable [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora