Capítulo 20 | Lado B

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LA TRISTESSE DU DIABLE

"RECONNAISSANCE"

LADO B

"CHANCE"

Beatriz:
La clase ha sido interesante al final, casi me hace olvidar la larga discusión que he tenido con Julián por estar aquí.

Intenté convencerlo de que solo lo hacía por el trabajo, pero, por más que él odie muchas cosas que le digo, las oye, y sabe que en realidad el baile también es uno de mis tantos sueños frustrados.

Me encantaría ser una persona que no solo tiene una pareja, sino, alguien que también tiene una carrera, y aspiraciones.

Pero no, apenas he conseguido un trabajo pequeño como editora en una revista porque jamás pude rendir mis últimos exámenes en la carrera.

Quisiera volver el tiempo atrás y decirle a esa Beatrice más joven que a veces, hay cosas más importantes que el amor, o lo que crees amor.

Cada día siento que lo mío con Josh es menos amor y más costumbre.

Por eso trato de no pensarlo, creo.

Entro al salón nuevamente a buscar las cosas que he dejado olvidadas y lo encuentro vacío.

Otra vez la idea de estar aquí me da cosquillas en el vientre sin razón alguna, como si estuviera haciendo algo loco.

Me gusta un poco el sabor de esa idea.

Encuentro mis cosas y también visualizo una cartera tirada en medio de la sala, me acerco y la levanto para ver si consigo averiguar cuál de mis compañeros es su propietario, en lugar de ver un rostro no muy conocido, encuentro al profesor Müller.

Él es alguien muy conocido internacionalmente, lo reconozco de inmediato en una foto que hay al interior de la billetera.

Junto a él hay una muchacha castaña, muy bonita, que besa su mejilla mientras él le enseña una sonrisa radiante a la cámara, me pregunto si ellos dos eran más que solo compañeros de danza.

Si yo fuese una periodista de verdad, de hecho, escribiría sobre ello.

Aunque diga que no me gusta la farándula.

¿Quién no querría saber cómo es la vida oculta de alguien tan codiciado?

De pronto puedo verme presentando un artículo interesante y siendo leída por mucha gente, eso es lo que quiero... ¿Qué me impide ir por ello?

—Ey —volteo— ¿Qué haces aún aquí?

Su voz me espanta un poco y medio sonrío cuando encuentro su rostro otra vez.

La idea de ese artículo empieza a invadir cada parte de mi cuerpo.

Yo, periodista, exitosa.
Si, sería feliz entonces.

¿No?

—Es que, olvidé mi botella y encontré esto, creo que es suyo.
—Oh si, gracias, hubiese sido terrible perder todos mis documentos aquí.
—No es nada.
—Permíteme decirte otra vez que eres muy buena en el baile.

Oh sí, me ha mencionado eso cuando hemos terminado la primera pieza y he sonreído como una niña tonta.

Eso me va a costar unas cuantas burlas de Casey en un rato.

—Gracias.
—¿Solo tomaste clases o hiciste algún grado?
—Clases espontáneas y uno que otro tutorial en YouTube —no sé porque me da vergüenza admitir eso.
—Pues entonces se nota que esto te gusta. Hay algunos fallos en algunas técnicas, pero realmente pensaría que estudias esto hace tiempo.
—Eso es muy lindo, gracias.

La tristesse du Diable [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora