La tristesse du Diable [✓]

Capítulo 22

LA TRISTESSE DU DIABLE

"STRATÉGIE"

LADO B

"ADRÉNALINE"

Beatriz:
La idea de acercarme más a Manuel me parecía la más difícil del mundo.

Hace tanto no intentaba verme bien para alguien que hacerlo para él, a quien recién conozco, y quien podría ser la pieza ideal para conseguir uno de los cambios que más anhelo en mi vida, es extraño.

"Para vivir

Hay que tener un gran amor
Para vivir

Para vivir"

Él pone una mano en mi cintura e intento disipar mi sonrisa, pero si, su agarre delicado se siente bien.

—Si lo haces con más suavidad y menos miedo entonces saldrá perfecto.

"Para vivir

Por el camino de la vida hay que seguir
Con la esperanza de llegar a ser feliz
Aunque dejemos otro amor
En el pasado"

Su aroma me hace querer tener los ojos cerrados, y le hago caso a ese instinto.
Una cosa es que caiga ante él, que no es el caso, y otra es que él crea que he caído.

Eso me da ventaja, porque entonces será él quien caiga por mí.

—Ah, y me gusta tu perfume.

Acerca su nariz a mi cuello y se me escapa un suspiro.

"Para vivir

Yo necesito de tu amor para vivir

Para vivir
Yo necesito tu calor cerca de mí"

Cada vez entiendo más su gran efecto sobre la gente, sobre las mujeres.
Entiendo, porque, a veces, es bonito sentirse deseada.

Lo empujo y nuestros ojos conectan.
Lo veo, él realmente cree que me tiene en sus manos.

—Cambiaste la coreografía —susurra.
—Me dejo llevar, Manuel.

Dejo de pensar y me acerco a su boca con lentitud.
Todo es muy tentador ahora.

Podría ser un buen trabajo, y mientras no sienta nada profundo hacia él, lo demás está permitido disfrutarlo.

—¡Te dije que le mandes un mensaje, Chiara! —mierda.
—Me olvidé.

"Para vivir

Por el camino de la vida he de seguir
Con la esperanza de llegar a ser feliz
Para vivir hasta morir enamorados"

—Uy —intento disimular mi molestia— creo que me están buscando.
—Si, eso creo —de repente ya no hay música.
—Voy a pensar en lo que dijiste.
—Si, yo también Beatriz.
—Hasta luego.
—Hasta luego.

Corro hasta la puerta y siento mi corazón golpear contra mi pecho.
La idea de esa oportunidad y la adrenalina de lo prohibido me hacen sentir extasiada.

Eso me encanta.

—¡Amiga!
—Chicas...
—¿Dónde te quedaste?
—Es que necesitaba oír unas correcciones.

Chiara se ríe.

—¿Estabas sola con Lucifer?
—No le digas así.
—Ay, me gusta —niega—, pero, no evadas mi pregunta.
—Es mi pareja de baile ¿Qué tiene?
—Que se ve de lejos que él quiere algo con vos —suelta Leah.
—Por favor.
—Se nota la tensión sexual —bueno, no son cosas que puedo negar.
—¡Leah!
—Bueno, mirá, yo no apoyo la infidelidad ni nada, pero Josh se lo merece, es un idiota que te trata horrible.
—No empiecen, por favor —me he olvidado completamente de él por un largo rato.
—Bueno, como quieras.

Antes de salir del hotel me doy media vuelta porque hay una sensación sobre mí que me lo exige. Lo veo, apoyado sobre el marco de la puerta y me sonríe.

No sé bien como, pero sé que este es el camino que me va a llevar a las respuestas que necesito: ¿Qué fue eso en su vida que lo obligo a ponerse una máscara tan oscura? ¿La morena de las fotos?

Eso sí que es oro para mí.
Para mí, y para mi carrera.

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