Capítulo 24

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LA TRISTESSE DU DIABLE

"INTERDIT"

LADO B

"CHEMIN"

Beatriz:

—Te he dicho que voy a hacerlo Paula.
—¿Sí? No veo el primer borrador en mi escritorio.
—Aún no lo termino.
—¿Y así quieres que confié en que vas a traer una nota buena? Ya veo que fue una pérdida de tiempo...
—Por favor, te juro que esta tarde te entrego al menos un párrafo.
—Solo te doy hasta esta tarde Beatriz.
—No te vas a arrepentir.
—Si, eso espero.

Cuelga y me siento algo aliviada de que no estuviera tan de mal humor, me ha costado demasiado convencerla de darme una pequeña chance.
Necesito pasar a otra fase con Manuel, como sea.

Vuelvo a la sala y lo veo en el suelo con la cabeza sobre sus rodillas.

—Disculpa yo... —me mira y finjo incomodidad— olvide mí cartera.
—No, no pasa nada.
—Hoy no he sido yo la de los malos pasos —ha estado olvidando los pasos constantemente.
—Yo, la verdad que no he tenido un buen día.
—¿Puedo ayudarte?
—No lo creo.
—Hoy ha sido casi como si no estuvieras.
—Porque no estoy, yo ya nunca estoy.
—¿Y eso por qué?

Me acerco un poco y puedo notar como suelta un suspiro triste.
Este es el camino.

—Porque la vida es así.

—No parece que tu vida sea algo malo.
—No todo es lo que parece Beatriz, a veces, las cosas son más que simples rumores.

Me agrada que no evada tan directamente mis cuestionamientos, eso quiere decir que le interesa charlar conmigo y me atrevería a decir, casi, que hasta confía en mi.

—Obviamente, pero ¿Puedo decirte lo que creo?

—Mhm.
—Creo que esos rumores te ayudan.
—¿A qué me ayudarían?
—A disfrazar tu tristeza, quiero decir, ¿Quién pensaría en tu tristeza con esa reputación?
—Eres una chica profunda —eso quiere decir que tengo razón— y...me recuerdas a alguien.
—¿Es algo bueno?
—Si, realmente sí.

Aparta los ojos de mí y noto como no deja de toquetear su dedo anular.
Tenía un anillo allí ¿Será que es casado?

Eso si sería una bomba mediática.

—Pero no te hace feliz.
—A veces tienes que pagar un precio muy alto por la felicidad, así que, estoy bien así.
—Siento eso.

Me acerco y lo abrazo de golpe, necesito que él piense que soy así de ingenua en general, no desconfiaría de mi si le parezco inocente.
Se queda estático unos segundos y después, corresponde.

SI.

—No sientas nada, estoy bien.
—Okey, dejaré que sigas con tu máscara si querés.

Termino nuestro abrazo y dejo mi rostro cerca del suyo esperando que me bese, pero no lo hace, solo me mira con seriedad, entonces, lo beso yo.

Otra vez corresponde y casi quiero saltar.

Lo he conseguido. Él cree en mi papel, eso va a abrir las puertas que necesito para conocer sus secretos.

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La tristesse du Diable [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora