La tristesse du Diable [✓]

Capítulo 41

LTDD

"SEUL"

Beatriz:
Manuel se ha desaparecido los últimos días, y lo entiendo, realmente pensaría que no voy a volver a verlo si no fuese porque en realidad todas las propagandas del concurso final lo mencionan como número de apertura.

En realidad, me asusta más verlo, que bailar frente a tanta gente.

Nuestra última conversación ha sido un bucle constante en mí mente estos días, y no sé, cada día siento más, que él está en lo cierto.

Estaba demasiado ciega de ambición como para ver qué mis acciones eran como prepararme para echar limón en una herida abierta.

Soy de lo peor.

El ascensor se detiene en el piso indicado, me acerco a Laura y antes de que pueda decir cualquier cosa, ella me aborda.

—Beatriz ¡Amé tu artículo! —sonríe— ¿Puedo saber cómo conseguiste las fotos?—menea las cejas y eso me da ganas de gritarle, pero ella no tiene la culpa de nada de lo que he hecho.
—Vine a ver a Paula.
—Ah si, te está esperando.
—Gracias.

Puedo sentir las miradas sobre mí mientras camino hasta la oficina de mí jefa, es todo demasiado horrible.
Nunca lo imaginé así.

Doy un golpe y ella grita que ingrese de inmediato.

—Mi escritora favorita.
—Hola.

¿Cómo puede llamarme así?

—Qué bueno que por fin pudiste venir para que hablemos de tu contrato.
—No hace falta.
—¿Qué?
—Vine a renunciar.
—¿Es un chiste?
—No...
—Pero...pensé que como vas a ser su compañera mañana podrías escribir sobre eso, a la gente le...
—Renuncio igual.
—Beatriz...
—No voy a dar marcha atrás.
—¿No era esto lo que me pediste?
—Ya no lo quiero, ahora quiero renunciar —saco el sobre de mi bolso y lo dejo sobre la mesa— esta es mi carta de renuncia.
—Sabes que no podés arrepentirte de esto ¿No?

«Hay cosas peores de las que ya no tengo tiempo de arrepentirme»

—Lo sé...
—Bueno, es tu decisión.
—Si.
—Okey, me voy a comunicar con vos cuando tengamos los documentos libres.
—Okey.

Me pongo de pie y camino con prisa a la salida.
Odio todo esto.

—Beatriz —la miro—. No hay vuelta atrás.
—Si, lo sé...

Intento contener mis lágrimas hasta que el ascensor me deja sola y lo consigo, pero es difícil, el miedo en mí garganta me ahoga.

Quiero volver al pasado y decirme a mí misma que no debería hacer esas estupideces, pero es muy tarde y eso lo hace peor.

Pensé que quería atención, un ascenso y que la gente amara mi trabajo, pero en realidad, quería dejar de estar tan sola.

Y ahora...estoy más sola que antes.
Mucho más sola.

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