LTDD
"MAISON"
Manuel:
No sé qué hago aquí, ni cómo he conseguido llegar sin perder el control en el camino, pero aquí estoy.
La ira me hierve dentro y es casi tan grande como el dolor.¡Pero qué pedazo de imbécil! ¿Cómo no lo pude ver?
Y le dije que la quería ¡Y la quería!
Maldita mierda.Su perfume me llega de repente, y me dan arcadas.
Ni siquiera puedo creer que haya tenido el valor.—Man...—me levanto del suelo y me exijo seriedad.
No debo parecer muy agradable en este estado.
No importa.No importa cuantos pedazos se me caigan por segundo.
No le voy a dar el lujo de regodearse.—¿Estás satisfecha?
—Déjame explicar...
—¿Te parecía divertido? —no quiero escucharla— ¿Tengo cara de payaso?"—¿Qué cosa? ¿Esto? —lo hace otra vez.
—Basta. Ne sois pas un clown, me desconcentras.
—Tu siempre me desconcentras. Me gusta este cambio de roles.
—¿Cual?
—Este donde no soy yo él inseguro.
—Es tu culpa, tú me pegaste la preocupación. No sé cómo estás tan tranquilo.
—Fácil.
—¿Fácil?
—Porque me dejo llevar —se acerca un poco más y susurra en su oído— y tengo la mejor guia de todas. Je t'aime mon ange.
—Et moi, clown."La imagen es como una patada en el medio del pecho y una voz en mi cabeza se ríe de mí.
¡Idiota!Lo sé, soy patético.
—No...yo...
—Eres una persona horrible.
—Por favor —veo como las lágrimas empiezan a mojarle las mejillas, y se me escapa una carcajada.Ha desaparecido dos días.
Ha ido a mi cuarto esa noche, me ha dicho que me amaba, y ha desaparecido dos días después de publicar una nota donde dejaba al descubierto que, en realidad, me estaba usando.Y ahora está llorando.
¿Cómo le da la cara?—No seas hipócrita conmigo, borra tus lágrimas porque no te creo nada.
—Deja que te explique.
—¿Qué? ¿Qué jugabas conmigo? ¿Qué solo querías información para jugar con mí dolor de esa manera?Pienso en las veces que le entregué mis recuerdos. Esos que eran solos de ella y míos, y se los compartí, porque eran algo de lo más preciado que tenía.
Y ella los publicó en una nota con título amarillista.Empiezo a sentir las lágrimas acumularse.
—¡No!
—¡Claro que sí! Confíe en ti, te hablé de ella porque confiaba en ti y creía que eras sincera conmigo. Te dejé entrar Beatriz, y me traicionaste.
—Yo no quería...no era mi intención que la gente leyera eso.Quiero gritarle, quiero gritarle muy fuerte por mentir tanto.
Por mentir tan bien.Por hacerme quererla, y perderla también.
—¿La tristesse du diable? ¿De verdad? —me entran ganas de vomitar—. Eres una cínica.
—Al principio si era por el artículo, pero...
—Pero ¿qué? No inventes más cosas conmigo. Si hubieses querido parar lo habrías hecho antes de escribir todas esas cosas.
—Sé que estuvo mal, lo sé bien pero no iba a enviarlo...Josh lo robó de mí computadora y...
—¡Ay por favor! Dudo de todo lo que me dijiste sobre él ahora...
—Manuel...
—Ojalá no te hubiera conocido Beatriz...Y noto cómo eso le duele, noto como golpea contra algo y lo hace añicos en su interior.
Bien.Se lo merece.
—Ojalá no tuviera que verte nunca más.
—Perdón...
—Las palabras no arreglan nada. Me usaste, me engañaste y jugaste con mí dolor como nadie lo había hecho jamás —ahora yo soy quien tiene la cara empapada.Idiota.
—Ojalá todo te vuelva peor.
—Manuel...
—Vete a la mierda.Me marcho, porque no voy a dejar que me siga viendo llorar y no me voy a quedar lo suficiente para que intente manipularme con sus historias de ese chico que salía con ella antes.
Ha sido ella a quien le conté todo.
Ha sido ella en quien confié.Ha sido ella a quien le permití entrar.
Y me traicionó.
***
Abro la puerta al exterior sin prestarle atención al recepcionista, que siempre ha sido muy amable conmigo, pero no puedo serlo yo con él hoy.
Ger tenía razón, quizá no debería haber tratado de venir.Un flash me golpea sin que pueda preverlo.
—Manuel ¿Qué opinas del artículo? ¿Por qué nunca habías hablado de esto antes?
—Pero que miér...
—¿Cómo se conocieron con Clara?
—¡No menciones su nombre!Me empiezan a temblar las manos y no encuentro un lugar por donde pasar, es mucha gente.
Empiezo a sofocarme de repente, y no sé porqué, pero pienso en el funeral.En cuándo todo el mundo se acercaba a decirme que lo sentía, que me entendían, y que les dolía igual que a mí.
Las náuseas están empezando a ganarme.—Ey, salgan de mí camino.
Encuentro a Gerald con la mirada y creo que entiende porque me arrastra hacia donde está desde la muñeca.
—Dije que se muevan —empuja a un camarógrafo y voltea a mirarme— dijiste que no vendrías.
Dije muchas cosas, por eso estoy en esta situación.
Por hablar demás.—Y tu dijiste que te irías.
—No te voy a dejar solo ahora.—Ey Manuel —gritan en mis oídos como los idiotas que son y tratan de acercarme sus celulares a la cara— ¿No crees que la has traicionado con todas esas chicas? ¿No sé amaban lo suficiente?
—¿Qué dijiste?
No sé quién fue, pero quiero que me lo repita.
—Manuel —Gerald me aprieta los hombros con fuerza.
—¡Repite eso!Ahora me duele la garganta.
—¡Manuel! —lo miro y la ira se esfuma demasiado rápido— no vale la pena, por favor, vámonos —otro flash me ciega por segundos.
—Espèce de fils de pute, mange de la merde.—Ey, nos vamos ¿Okey?
—Vámonos.
—Si, vámonos.Subimos a su taxi con dificultad y el conductor arranca sin decir nada, se lo agradezco.
No quiero que la gente me siga viendo llorar.Solamente quiero ir a casa, no al hotel, a casa.
Y beber, y llorar por horas, pero en casa.—¿Por qué viniste?
—No estoy seguro, solo...supongo que quería gritarle a ella también.
—Okey. No quiero irme y dejarte así.
—Entonces iré contigo.
—¿Qué? ¿Y la presentación final?
—Supongo que no me queda otra más que volver, pero, no quiero estar aquí ahora...—en realidad no sé qué hacer— Mientras desayunaba alguien lo hizo otra vez, se acercó a decirme que lo sentía mucho ¿Creen que está bien hacer eso?
—Son unos idiotas —se ríe, no sé de qué, pero lo acompaño— unos "malditos hijos de puta"
—Me exalté un poco.
—Debería haber dejado que le dieras un buen golpe para que cierre su boca un poco.
—Eres un idiota Gerald.
—Si, por eso me quieres.
—Porque me soportas.
—Siempre amigo.Odio esa palabra ahora.
Todos a los que le jure un para siempre, ya no están, no quiero hacerlo con Germán también.Me fijo en el camino que tengo por delante para pensar menos, pero no lo consigo, en realidad solo veo la cara de Beatriz empapada en mi cabeza.
Y en vez de doler, arde, con una furia que parece aún más grande en comparación a anoche.Pienso en sus ojos.
Sus profundos y perfectos ojos.Y en su boca.
Y en su traición.Y ahora si me duele.
Porque creí que lo nuestro era real.35
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La tristesse du Diable [✓]
FanfictionUn profesor de tango atormentado por una relación pasada, decide darle una nueva oportunidad al sentir cuando conoce a una joven bailarina brasileña en una de sus clases. [borrador]