Capítulo 9

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LA TRISTESSE DU DIABLE

"LA MÉTÉO"

Manuel
Últimamente me encuentro en una especie de monotonía a la que le venía huyendo desde hace años, por lo mismo, no puedo dejar de categorizar mis días como iguales y extraños.

Para nada algo agradable.

—Siento haberte pisado tanto —la verdad es que, si sabía que estaba allí, pero pensé que se iría esperando que yo le dijese algo primero, esa ha sido su actitud de hoy.
—¿Por qué siempre eres la última en marcharte, Beatriz?
—Quizá porque estar aquí es lo más interesante que hago en mi vida —se encoge de hombros como si acabase de decir algo que dice siempre, aunque sus ojos dicen otra cosa, o quizá, es idea mía—. Y siempre olvido algo.
—Voy a empezar a sospechar que lo haces apropósito.
—No voy a negar ni confirmar eso.
—Y no importa lo de las pisadas —sonríe— ¿Qué te tiene tan distraída? O no me respondas, es muy entrometido por mi parte.
—La vida en general.
—¿La vida? Eso suena triste.

No estoy del todo seguro de si esa era la palabra que estaba buscando.

—Digo, es que, no sé si estoy haciendo lo que realmente quiero con mi vida ¿Sabes? Después de que me dijiste eso de que aún no es tarde para hacer lo que quiero, no sé, me preguntaba si alguna vez hice lo que realmente quería.
—Suena a una crisis existencial muy profunda —y una que conozco bastante bien.
—Supongo que lo es, de hecho, hice cosas que pensé que nunca haría.
—¿Cómo qué?
—No sé, enfrentarme a las cosas que dicen que no debería hacer y....dejar a mi novio.
—No sé si debería decirte que lo siento.

Primero: sería una mentira, y segundo, no sé qué tan bien este usar esa frase para cosas como estas.

—No, no me importa y eso me confirma que hace tanto hago cosas que no quiero, es decir, ¿Por qué seguía con él si no me importaba?
—¿Por qué seguías con él si no te importaba?
—Porque estaba acostumbrada a su presencia.
—Al menos has podido hacer algo por eso ¿No? Los cambios también pueden ser buenos Beatrice.
—Si, pero es difícil. La vida a la que estaba acostumbrada parece estar desmoronandose y no sé si me encuentro a mí misma entre todo esto.
—Entiendo eso.
—No sé qué hacer, quizá debería volver a Brasil...no sé, realmente, no sé.

Quisiera sentir que soy capaz de darle un discurso motivacional, sobre intentar de nuevo, sobre seguir adelante y toda esa chorada de cosas que dice la gente cuando les plantea alguna de estas situaciones, pero, sinceramente sería hipócrita de mi parte pretender que sé que hacer.
Hui en cuánto pude cuándo mi vida empezó a tambalearse hace años, me alejé y abandoné todo lo que conocía para intentar que todo dejase de importarme.

Dejé las ruinas atrás y traté de salvar lo poco que quedaba, aunque no soy estúpido, sé que todo eso no sirvió de nada, y la devastación te sigue, por todos lados.

Para nada sé si quedarse habría hecho que las cosas fueran mejor, yo solo sé lo que sé, y es que irse, tampoco arregla nada.

—Quizá no deberías presionarte a saber.
—¿Sabes que me sorprende hablar así con vos?
—¿Por qué?
—Pensé que eras como, un arrogante y eso.
—Si, entiendo de donde viene ese pensamiento.
—¿No te molesta?
—Me molesta más lo que yo pienso de mí mismo que lo que la gente piense de mí mismo.
—¿Y qué piensas?
—No cosas buenas, quiero decir, te entiendo un poco en eso de la crisis existencial.

A veces soy incapaz de contenerme antes de soltarle alguna cosa de esas.
Me cuestiono que tan bien esta ser tan sincero, digo, es verdad que no me importa lo que digan por ahí, pero, no sé si quiero que nunca nadie más me conozca.

—Creo que me encantaría estar en tu lugar, digo, viajar por el mundo, ser exitosa...
—Creo que el éxito no sirve de nada si al final no tienes a nadie, ni siquiera a ti mismo.
—Uff, hoy estamos en un día triste, los dos.
—Lo sé —no sé qué tan seriamente lo dice, pero sonríe— ¿Quieres pulir esos pasos faltantes? —le ofrezco mi mano.
—No quisiera que mis compañeros piensen que tengo clases privadas y soy privilegiada.
—Ja.

—Elegiré la música —saca su móvil y le da pley a la canción dejándolo a un lado para volver corriendo a donde estoy. Es dulce como hace eso todo el tiempo.

"Sur ce chemin en ton absence
J'ai beau trimer, sans toi ma vie n'est qu'un décor qui brille, vide de sens

—Me olvide toda la coreografía.
—Pff, por favor, yo nunca la supe —se ríe, pero ella no lo sigue—. Vamos mon ange, tú eres la talentosa de la pareja.
—No me pongas todo ese peso encima —sonríe y él finge estar ofendido.
—Ya, no olvidaste nada.
—Es verdad, solo me deje llevar por un segundo. No dejo de pensar en todo esto.
—Si, esa es tu especialidad.
—¿Crees que nos van a llamar?
—No sé, creo que a ti.
—Somos una pareja.
—Bueno sí, pero solo por ti.
—Okey ya entendí, adulador.
—Solo soy sincero.
—Bueno, sincero, ahora mejor dejemos de hablar y terminemos esa coreografía.
—Lo que usted diga, mon ange.

Je remue le ciel, le jour, la nuit
Je danse avec le vent, la pluie
Un peu d'amour, un brin de miel
Et je danse, danse, danse, danse, danse, danse, danse

Et dans le bruit, je cours et j'ai peur
Est—ce mon tour?
Vient la douleur
Dans tout Paris, je m'abandonne
Et je m'envole, vole, vole, vole, vole, vole, vole"(I)

Sé que sigo la coreografía, pero mi cabeza está un buen rato en otro lado, hasta que Beatriz me pisa tan fuerte que me obliga a poner atención nuevamente a la realidad.
No me alegra.

—Ush, perdón.
—Ya, no hay problema.
—Te preguntaría que tal lo he hecho, pero creo que estabas como en otra atmosfera.
—Un poco.
—Y te sabes la canción.
—Si, vivía en Francia antes del concurso.
—¿En qué parte?
—Por todos lados, pero la mayor parte en Lyon.
—¿Y cuantos años viviste ahí?
—Desde que tenía ocho.
—Es muchísimo.
—¿Tu cuando te mudaste aquí?
—Cuando conocí a, bueno, mi ex. Hace como seis años.
—Es un buen tiempo.
—Si, bueno, fue un poco impulsivo porque ni siquiera sabía hablar español entonces no entendía mucho, aunque los idiomas no son tan diferentes.
—Hablas bien...
—¿Y aprendiste francés?
—Si, no me quedo opción —se ríe, supongo que de su pregunta.
—¿Y te fuiste por el baile?
—En parte.
—¿En parte? ¿No era lo que querías? Digo, estabas en un concurso de talentos ¿No es lo que quiere la gente en esos concursos? ¿Ser conocido?
—Para empezar, ni siquiera quería ir.
—¿Entonces?
—Es como una cosa pendiente.
—¿Y qué quieres hacer entonces? Digo, con tu vida.
—Ese es el problema en realidad.
—¿Por?
—No tengo ni idea.
—Bueno, nunca es tarde para averiguarlo ¿No?

Sé que lo he dicho antes, y sé que por eso me lo ha repetido, pero no me creo tanto ese cuento.
La gente quiere pensar que mientras estés vivo, mientras exista alguna señal de que tienes más tiempo, todo puede esperar, pero no. No para mí.

Hace falta algo más que tiempo para hacer cosas que quieres, no sé bien cuál sea la parte que me falta.
Creo que las ganas, y sin eso, el tiempo no me sirve de nada.


I. Indila - Demiere danse 

La tristesse du Diable [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora