Capítulo 32

87 11 5
                                    

LA TRISTESSE DU DIABLE

"PIÉGE"

Beatriz:
Coloco las fotografías en su sitio y contemplo por última vez el artículo antes de guardarlo.

Me gusta, siento que es interesante, que es algo que yo leería, pero...me hace sentir mal.
No sé, la mirada de Manuel cuando hablaba de esa chica está dando vueltas en mi cabeza mientras veo las imágenes que robé de su habitación.

¿Cómo puede la gente vivir después de algo así?

Siento que él en realidad está tan solo, aunque de su boca nunca he oído una queja al respecto, pero sus padres murieron, su esposa y...
Me duele la idea.

Y es mi carrera, sí, pero... ¿Por qué la culpa me hace tan mal ahora?
Pensé que podía con eso, y podía...realmente, hasta ahora.

No debería haber oído todas sus palabras cautivantes, me hacen sentir una basura.

"Gracias por escucharme"

Estúpido.

¿Por qué Julián nunca me decía esas cosas dulces?
Joder, soy tan ridícula.

—Hola —parpadeo con un poco de prisa y cierro la compu— ¿Qué hacías?
—Nada, escuchaba algo de música.
—¿Estás bien?

No, en realidad me siento culpable porque eres un maldito adulador.

—Mhm.
—¿Segura? Está bien si no quieres hablar...
—Es que, me rechazaron en un trabajo.
—Lo siento —toma mi mano—. No te preocupes, seguro pronto consigues algo.
—No puedes saberlo, nunca has leído nada de lo que escribo.

Lo suelto con una molestia que me nace de la nada.
¿Por qué me consuela? ¿Por qué estamos aquí? ¿Se supone que estamos saliendo?

¿Qué cosa somos?

—Es uno el que tiene que creer en su talento Beatriz.
—¿Vos crees en tu talento?
—No al principio.
—¿Y qué cambió?
—Clara creía en mí, mi madre creía en mí, algo tengo que tener de bueno para que ellas vieran algo.
—Sos bueno.
—Gracias —sonríe—. Seguro que tú también.

Si fuese buena no tendría un trabajo tan mediocre.

—¿Y qué pasó con tu vuelo?
—No sé, odio los papeleos, mi representante se encargaba de eso.
—¿Qué pasó con él?
—Se va a casar así que, pues, se fue.
—¿Y te dejó?
—No, si hay alguien que no me dejaría, es él. Ahora necesita tiempo para su boda, y yo, voy a tomarme un tiempo de la danza, así que, es bueno para ambos.
—Eso suena comprensivo de tu parte.
—¿Después de todo lo que me ha aguantado?
—¿Todo lo que te ha aguantado?
—Cosas Beatriz, no quiero que te espantes...
—Si tú no te espantaste entonces no creo que yo lo haga.

Bueno, pero él en realidad no me conoce.
Si me conociera pensaría que soy horrible.

—Ay, no digas eso, eres una linda chica.
—No sabes lo que dices.
—¿En serio? Porque creo que te conozco.

No.

—Bueno, al menos quiero creerlo, yo...no le había hablado de Clara a nadie antes.

Creo que nota mi gesto de tristeza porque se levanta de su lugar y se acerca más a mí.

—¿Qué?
—Es que, eso es muy triste —miento un poco— digo, lo de ustedes y...
—Pero no te pongas así porque entonces voy a ponerme así también —medio sonríe para tranquilizarme, y quiero abrazarlo.
—¿Por qué nunca habías hablado con nadie de ella?
—Yo...no sé si no estaba listo o, no había encontrado a alguien en quien confiar lo suficiente ¿Entiendes? Además, le prometí a sus padres que no dejaría que hicieran de nuestro romance un circo mediático, quiero que respeten lo que tuvimos.
—¿Un circo mediático?
—Por eso lo de lucifer —confiesa— así al menos nadie me pregunta por relaciones amorosas verdaderas.
—¿Nunca nadie ha vuelto a preguntar por ella?
—No aquí, seguro que en casa la habrían mencionado más —admite —. Además, armé un contrato para que no la mencionen.

¿Qué?

—¿No volverías?
—No sé...
—Es lindo, quisiera ir alguna vez —solo quiero cambiar de tema porque hablar de esto me hace sentir mal.
—Cuando quieras soy tu guía turístico.
—Bueno, te tomo la palabra.

Mi teléfono interrumpe y me alivia.
Qué difícil es mirarlo a los ojos por tanto tiempo sin dejarme caer.

—Permiso.
—Si.

Me alejo y respondo.

—Paula.
—Sigo esperando...
—Lo sé, es que, no tengo internet.
—La excusa barata —se ríe— Beatriz, quiero esa nota.
—Lo haré, en la tarde.
—Sabía que no tenía que darte una oportunidad.

Cuelga sin dejarme decir más.
Mierda.

Creo que estoy atrapada.
Y lo que es peor.

En mi propia trampa.

29 

La tristesse du Diable [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora