Capítulo 32:
13 de Junio.
Le eché otra mirada de reproche al hombre con barba pelirroja, pero este ni se inmutó y siguió con su trabajo. Cerré los ojos con fuerza cuando la aguja hizo contacto con mi piel. Jack hizo un trabajo impresionate con el diseño que le di, el tatuaje de Keelan había quedado increíble.
Sin poder evitarlo, miré al chico con rizos que estaba tirado en el suelo junto a su mejor amigo. Me sorprendió al verlo tan tranquilo y decidido por tatuarse al final. Creí que después que Jack terminara con él, se atrepentiria y haría una especie de drama por hacerse un tatuaje o algo parecido como lo poco profesional que se le vería en unos años, pero recordé que estaba bajo los efectos de los brownies locos de Jack, tal vez por esa razón. Keelan tenía las mejillas sonrojas y los ojos cerrados, su respiración era calmada y arrastraba las palabras.
Estaba molesta con el hombre junto a mí por drogar a los chicos. Jack se disculpó muchas veces y dijo que no nos cobraría los tatuajes, pero seguía muy enojada.
—No les pasa que... —Keelan se tomó una pausa—, están solo existiendo y de repente, ¡Wow, somos humanos! —Abrió mucho los ojos, parecía estar muy sorprendido.
Rodé los ojos. Giré mi cabeza un poco a Jack y estaba muy concentrado trazando líneas y cosas sobre mí costilla. Estaba en una posición un poco incómoda, intenté relajarme lo más que pude para no moverme.
Keelan, al contrario de mi había escogido hacerse el tatuaje en la muñeca, y se le veía muy bien. Y no tan llamativo como para arrepentirse luego, según él.
—Algunas veces me pregunto cómo llegué a aquí, ¿qué clase de cosa mística pasó para que estuviera hoy en este mundo? —dijo Logan, con los ojos iguales de abiertos que los de Keelan.
—Tus padres cogieron, bro —respondió Keelan, con obviedad.
Reprimí una risa.
—¿En serio? —Logan se sentó en un movimiento rápido, esperando una respuesta de alguno de nosotros. Parecía una chiquillo cuando se entera de algo que no quería saber.
—Todos los padres lo hacen, cielo —le respondí.
—¿También el director Lee? —preguntó, viendo a Keelan. Este se encogió de hombros.
—Supongo.
El pelinegro soltó una carcajada de pronto.
—Bueno, quién no quisiera hacer el sin respeto con ese Dios griego —dijo. Fruncí el ceño ante sus palabras.
Pero tenía que darle la razón a Logan. Lee sí parecía un Dios griego.
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Un corazón para Amelia
Teen FictionLa vida es un completo misterio, suceden cosas que no podemos explicar, algunas buenas y otras desafortunadamente no corren con la misma suerte. ¿Crees en el destino? ¿En las casualidades? ¿Suerte, tal vez? Keelan Harris solo cree en los accid...