Capítulo 17:
30 de Abril.
La dirección que me envió Amelia nos llevó a un vecindario no tan lejos al mío.
Detuve el auto en cuanto la vi, estaba abrazándose así misma mientras asentía lento con la cabeza. Noté que se encontraba con una señora quien le hablaba moviendo las manos dramáticamente. Levantó la cabeza, percatándose de nuestra presencia.
Me bajé del auto, y tomándome por sorpresa me abrazó con mucha fuerza, pareciendo que era la única persona que quería ver en ese momento.
Entonces, agradecí en silencio porque sabía que estaba bien. No tenía idea que le había pasado, pero en ese momento lo único que me importó fue verla ahí, conmigo...
—Gracias por venir por mí —me dijo, su voz salió extraña.
—Vamos adentro, hace un poco de frío. —La dirigí hasta el auto y abrí la puerta del copiloto.
Le eché una miradita a Logan para que se cambiará de lugar y lo hizo sin decir nada. Le agradecí a la señora antes de entrar en el auto. Ya dentro escuchamos un gran suspiro de la castaña.
—No quiero hablar de esto ahora, sólo quiero ir a casa —pidió cerrando los ojos. Logan y yo nos lanzamos miradas raras, pero no dijimos nada.
El trayecto a casa se nos hizo en un silencio incómodo. Amelia sorbía su nariz de vez en cuando mientras se encontraba con la cabeza apoyada al vidrio. Aparqué frente a su casa y me giré para encararla.
—No quiero presionarte, pero necesito saber que ocurrió —dije al fin. Apagando el motor del auto, y poniendo toda mi atención en ella.
Segundos después, bajó los hombres y suspiró derrotada.
—Por favor, no me digas te lo dije, pero tenias razón—dijo, con la cabeza abajo—. Creí que Carl era un buen tipo, ¿vale? Pero me equivoqué, es un grandísimo idiota… —Se mordió el labio y evitó mirarme a la cara.
—¿Qué te hizo, Amelia? —pregunté, luchando conmigo mismo para no encender el auto y volver para preguntárselo a él mismo. Amelia evitó mirarme, sus ojos se centraron en mirar su casa. No respondió—. Dime que te hizo o tendré que preguntarle al tal Carl.—advertí.
La castaña me regaló una mirada de suplica para luego echarse a llorar.
—Quiso aprovecharse de mi, ¿feliz? —Soltó, tan rápido que me costó procesarlo.
«¿Qué ese cabrón hizo qué?»
—¿Hizo qué? ¿Te tocó, te hizo daño?—preguntó Logan.
Algo en mi pecho dolía al verla llorar luego de confesar aquello. De pronto, me hirvió la sangre y lo único que podía pensar era en el daño que me gustaría hacerle a ese pedazo de mierda.
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Un corazón para Amelia
Teen FictionLa vida es un completo misterio, suceden cosas que no podemos explicar, algunas buenas y otras desafortunadamente no corren con la misma suerte. ¿Crees en el destino? ¿En las casualidades? ¿Suerte, tal vez? Keelan Harris solo cree en los accid...