Capítulo 08

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Capítulo 08:

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04 de Abril.

Estaba tan molesto que estuve conduciendo por dos horas sin ningún sentido. No quería volver a casa y tampoco ir a clases. Sabía que vería a Annie o a Lucas y podía enloquecer. Lo único que lograría relajarme era entrar a la piscina.

—Hey, llegó mi chico estrella.

Sonreí.

—Hola, entrenador. ¿Me extrañó?

—Desde luego, este equipo no es lo mismo sin ti, Harris —dijo, dándome una palmada en la espalda más fuerte de lo normal. Dejó de mirarme para pasar su ojos sobre el grupo de chicos que estaban sentados en las gradas mientras hablaban unos a los otros—. Muy bien, bolas de inútiles, ¡A nadar!

El entrenador usaba gritos e insultos como incentivos. Lo único que le importaba era ganar el campeonato, amaba esos pocos minutos de fama que tenía cuando ganábamos y fanfarronear todo el año.

Cuando me suspendieron creo que se sorprendió más que yo y entró en pánico ya que su nadador estrella no estaría en el campeonato este año si no subía sus calificaciones. Ahora podía ver su expresión de alivio en cuanto pisé ese lugar, todo gracias a Amelia. Sí no hubiera sido por ella, no estaría ahí. Seguiría arrastrando una pila de tareas y escuchando los sermones de Lee junto con miradas de decepción de mi mamá.

—Amigo, ¿dónde estabas esta mañana? Tu papá me preguntó mucho por ti. —Escuché a Logan.

Rodé los ojos.

—Es una larga historia. —Suspiré

—¿Tiene que ver con Annie? —preguntó.

—¿Qué? —Lo miré con una ceja alzada, Logan hizo un gesto extraño y supe de inmediato de que se trataba—. Habla —exigí.

—Ann ha estado diciéndole a todos que la engañaste —confesó.

Volví a rodar los ojos y una pizca d rabia cruzó mi rostro.

—Apenas han pasado unas cuatro horas y, ¿ya está inventado cosas? —Bufé.

Ya no estaba seguro si conocía a Annie como creía hace unas horas.

—Lo siento, viejo.

Negué con la cabeza.

—Ya no importa, amigo —le aseguré, pero la verdad es que dolía—. Ahora estamos solteros y podemos divertirnos —bromeé para aligerar el ambiente.

Me coloqué el gorro y los lentes para nadar. Todos se iban poniendo en sus posiciones mientras que el entrenador se desgarraba la garganta indicándonos que empezaríamos con el entrenamiento.

—Este fin de semana podemos divertirnos —dijo mi mejor amigo, caminando hasta su posición.

—Ya he tenido suficiente —le dije.

Soltó un suspiro.

—Vamos, hermano. Necesitamos celebrar tu regreso al equipo y también puedes lloriquear con un tequila y quejarte de las mujeres.

Me reí, negando con la cabeza.

—También puedes invitar a tu linda amiga —insistió.

El silbato sonó y no pude responder. Recordé la lista de Amelia y recordé que gracias a ella estaba nadando otra vez. Lo menos que podía hacer por ella era ayudarla con su estúpida lista.

Eso era lo que haría.

Después del entrenamiento, me sentía muy relajado y ya casi no pensaba en la traición de Annie—o eso era lo que quería creer—. Llegué a casa y Lee me recibió con una de sus miradas interrogativas. Entonces, dándole una escusa barata que sabía que no creería subí a mi cuarto y le envié un mensaje a Amelia.

¿Qué harás este fin de semana?

Su mensaje llegó de inmediato.

Nada, ¿por?

Logan quiere mostrarnos algo este sábado.

¿Será una fiesta dónde termines con la nariz rota?

Ja ja, juro que no soy así.

Creo eso ya lo habías dicho antes.

Bien.

¿Bien, qué?

Iré con ustedes, pero llevaré a mi mejor amiga.

Sonreí al ver su respuesta. Esperando a que el fin de semana no fuera un desastre.



 Esperando a que el fin de semana no fuera un desastre

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Un corazón para Amelia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora