Capítulo 20

862 130 31
                                    

Capítulo 20:

Capítulo 20:

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

05 de Mayo.

No sé cuánto tiempo pasó, pero no me quejaba. Creí que Amelia me rechazaría, sin embargo, no lo hizo. Sus labios se movían al compás de los míos, era un momento perfecto y no quería que acabara.

Aunque... lamentablemente el hechizo se rompió.

—No. —La castaña me apartó de un empujón y me dedicó una mirada de furia.

Fruncí el ceño.

—¿Qué pasa? —pregunté, haciéndome el inocente.

—No debemos seguir poniendo las cosas más difíciles —dijo, para luego señalarme con una mirada acusadora—. Tú sólo lo has hecho por lastima o para manipularme.

—¿De qué hablas? Lo hice porque quise —dije, con seguridad.

Sí, lo dije en serio.

Desde que conocía a Amelia me había vuelto impulsivo, ya ni siquiera podía pensar con claridad cuando estaba con ella. Tal vez me volvería loco. Pero admito que fue una idea que tomé de último momento ya que, me sentí acorralado, sí no volvería a ver a la castaña por lo menos la besaría por última vez.

Por un instante percibí en sus ojos un rastro de alivio, pero se desvaneció antes de poder confirmar sí fue real o producto de mi imaginación.

—Nunca sentiría lastima por ti —le dije.

—Bien, porque no la necesito —respondió, sin mirarme.

Tomé una gran bocanada de aire y me senté en la cama, permitiéndome pensar con claridad para no meter la pata.

—Escucha, Amelia. —Tomándola de la mano la arrastré para que se sentara a mi lado—. No estoy muy seguro de que es lo que estoy sintiendo por ti y me está volviendo loco. No puedo dejar de pensar en ti, sé que dije que no estaba listo para volver a sentirme asi, pero tú no dejas de ser tú y yo no puedo dejar de ver todo de ti como lo veo. Es confuso... —Solté una pequeña y absurda carcajada—. Pero estoy muy seguro que no quiero alejarme de ti, y no lo hago por lastima, ¿de acuerdo? Ese beso fue porque quise hacerlo.

Estaba siendo sincero, desde el día que nos besamos en el establo no había podido dejar de pensar en ello. Aunque no mencionara el tema, no podía dejar de preguntarme cómo se sentiría volver a repetirlo. Pero trataba de negarme a toda costa sentir algo por Amelia. Después del engaño de Annie no sabía cómo actuar en esa situación y mi seguridad se había ido de viaje, un viaje muy largo.

No podía dejar de hacerme preguntas, ¿qué pasaría sí empiezo a sentir cosas por Amelia? ¿Me hará lo mismo que Annie? ¿Si me vuelvo a enamorar, me harán lo mismo que me hizo Annie?

Después de negarme a sentir cosas por Amelia y después besarla mi cerebro se convirtió en una ensalada, con pensamientos mezclados y millones de preguntas que no sabía cómo responder.

Un corazón para Amelia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora