Capítulo 07

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Capítulo 07:

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30 de Marzo.

—¿Estás bien? Estás sangrando mucho. —Escuché a Amelia decir.

Me giré para encararla y mi vista se dirigió a la chica con rizos durmiendo en la otra esquina. Se veía tan tierna, esa sí era la Ann que conocía. Entonces, me volvió el cabreo al recordar que el imbécil de Lucas la drogó por alguna razón que no quería ni pensar.

Asentí tiempo después.

—Amigo, le diste una tremenda paliza al idiota de Lucas. —Noté el entusiasmo en los ojos de Logan.

Como a mí, a él nunca le agradó Lucas, siempre creyendo que era el mejor de todos y lanzándole miradas descaradas a mi novia en mi presencia. Annie siempre me decía que no le diera importancia y no le pegaba la cabeza contra la pared por ella.

Y me hice una pregunta, ¿por qué seguíamos yendo a sus fiestas después de todo? Claramente él era un idiota, pero yo lo era más por hacer lo mismo que hacían todos.

Llegamos a la casa de Annie y debo decir que no fue nada fácil explicarle a su madre por qué ella estaba inconsciente, Logan con una expresión de que se la estaba pasando de maravilla, una chica pálida y con cara asustada y yo, cubierto de sangre con la nariz torcida.

Genial.

Luego de disculparme más de veinte veces con aquella mujer, dejamos a Logan en su casa y tomé el volante para conducir hasta la de Amelia.

—¿Quieres ir al hospital? — preguntó, no muy segura, girándose para detallarme bien.

Con sus manos frías tomó mi cara examinándome con el ceño fruncido como si tuviera alguna idea sobre cómo curar narices rotas.

—Mi mamá es doctora, seguro me ayudará —le dije, y no pude dejar de pensar en lo cerca que estábamos. No pareció muy convencida, así que trató de forzar una sonrisa—Estoy bien, tranquila. Deja de preocuparte.

Asintió y permaneció mirándome por unos segundos, luego sin decir nada más, se alejó con la mirada fija en su casa.

—No sabía que tenías novia —dijo, y percibí algo raro en su voz.

Era verdad, sin querer no le había mencionado a Annie. No dije nada, limitandome a fijar mi vista en sus ojos café.

—Es muy bonita y amable, lamento lo que pasó —dicho esto tomó su bolso y salió del auto como las últimas veces.

Genial.

Fruncí el ceño mientras la veía alejarse a toda prisa.

(...)

4 de Abril.

La semana había sido un asco, luego de llegar a mi casa aquella noche con la nariz rota, mi madre armo un completo escándalo y tuve que escuchar sus sermones por más de tres horas después de confesarle lo que había pasado y jurarle que no fumé ni bebí ese día.

Un corazón para Amelia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora