Capítulo 05:
27 de Marzo.
Annie seguía enojada conmigo, tuve que prometerle más de diez veces que sólo podía fijarme en ella y en nadie más.
La semana estuvo algo pesada, casi terminaba los trabajos pendientes gracias a la ayuda de Amelia que me invitó un par de veces a su casa. Me incomodaba estar cerca de su hermano, pero podía soportarlo ya que, me parecía que Amelia era sorprendentemente divertida.
—Harris, necesitamos ir a la fiesta de este fin de semana. —Escuché a Logan decir. Rodé los ojos resoplando con cansancio.
—Te he dicho mil veces que no iré, déjalo.
—Cariño, deberíamos ir. Mis amigas han dicho que estará buenísima —apoyó Annie.
—Tal vez esa noche se te de con ella —me susurró Logan, tirando de mi chaqueta de jeans para quedar frente a frente con él.
Miré con los ojos muy abiertos a mi amigo, regalandole una miraba cargada de horror, pero mi cara se relajó cuando soltó una risa y me llamó mojigato. Entonces, observé a Annie desde el otro lado de la mesa, ella parecía no estar al tanto de lo hablabamos mientras se probaba los filtros de Instagram.
La verdad es que esa idea pareció un poco tentadora, pero prometí ser responsable.
—No. —Luché conmigo mismo—. No solo estoy con ella para tirármela.
Logan me lanzó una mirada divertida, para luego seguir hablando con Annie sobre la fiesta.
Antes que Annie fuera mi novia, era mi amiga, podía decirle lo que fuera y ella me apoyaba. La quería mucho y estar con ella me hacía feliz, aunque algunas veces no teníamos nada en común o me preguntara si verdaderamente funcionaba esta relación.
Los miré en silencio sin prestarles mucho atención mientras se emocionaban con su tonta fiesta.
(...)
Después de mi turno en el restaurante, ofrecí llevar a Amelia a su casa, tuvimos una jornada pesada y terminamos muy tarde, así que me pareció que ella no debía estar a esas horas de la noche sola. Era lo menos podía hacer luego de que ella me ayudara mucho con mis deberes.
—¿Te gusta estudiar en casa? —le pregunté.
—Sí, la verdad que no está tan mal. Pero algunas veces me gustaría saber como es la normalidad.
Fruncí el ceño.
—¿Por qué no estudias en la escuela?
Amelia me miró por unos segundos y luego miró al frente, diciendo:
—Creo que ya debería irme —dicho esto, tomó sus cosas, se bajó del auto y entró a su casa.
Volví a fruncir el ceño, sintiendo mucha confusión. No hablaba mucho de ella y cuando se sentía incómoda simplemente se marchaba a paso apresurado. ¿Por qué todas las mujeres eran tan raras? Pensé en medio de un susurro.
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Un corazón para Amelia
Teen FictionLa vida es un completo misterio, suceden cosas que no podemos explicar, algunas buenas y otras desafortunadamente no corren con la misma suerte. ¿Crees en el destino? ¿En las casualidades? ¿Suerte, tal vez? Keelan Harris solo cree en los accid...