Cap 37

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Azuth oyó dos voces conocidas un poco distantes. Le dolía el cuerpo, los ojos y la cabeza en general; como si lo hubiera embestido una gran bestia sin haberse puesto su traje especial que le daba una gran resistencia.

... ¡Su traje! Respiró hondo y abrió los ojos al instante. Su cuerpo estaba vestido con su ropa habitual aunque manchada y con huecos en algunas partes. Miró a su alrededor pero lo único que miró fue paredes de roca, estaba en una cueva.

—Está despierto. —Fue una afirmación y, aunque no estaba tan seguro, Azuth sospechó que podría ser el Verdadero Lord Dragón de Platino, Tsaindorcus Vaision.

—Ya lo sé, mueve ese trasero de metal y acompáñame, estamos seguros aquí. —Ella era Rigrit Bers Caurau, quien alguna vez fue parte de los Trece Héroes y el equipo adamantita Blue Rose.

Azuth se acomodó lo mejor que pudo. Su espalda chocó con suavidad la piedra donde lo habían apoyado para descansar y los esperó unos segundos.

—Es bueno ver que estás bien, Azuth. —Comentó amigable Rigrit. Tsaindorcus, en su calidad de Riku Agneía ya que estaba con su armadura, lo miró en silencio.

—... ¿Dónde estamos?

—Esta es una cueva al norte del Bosque de Tob*, hace unos meses la encontré y estaba vacía así que decidí utilizarla como un refugio temporal.

(Hamsuke residía aquí antes de conocer a Ainz-sama*)

—¿Y mi traje? —La mirada alegre de Rigrit se desvaneció por un momento. Azuth lo supo de inmediato.

—... Solo estabas tú cuando te encontramos inconsciente en una pequeña zona destruida. Tenías varias heridas por todo tu cuerpo y encontré un rastro de magia pero hasta ahora no he identificado su función u origen.

Tsaindorcus se movió, fue un movimiento leve pero lo hizo para llamar la atención del herido líder de Red Drop.

—¿Qué es lo que recuerdas? —Su voz plana y casi robótica le interrogó al instante. Azuth respondió por instinto.

—Fui superado rápidamente, la Primera Ministro Albedo y el insecto azulado de cuatro brazos jugaron conmigo. Utilicé todo el poder que el Power Suit tenía y aún así no fue suficiente para asestar solo un golpe crítico en alguno de esos dos... eran rápidos, fuertes, y aunque no estaban tan coordinados supieron derrotarme en menos de media hora.

—¿Quién era más fuerte? —Fue su siguiente pregunta. Esta vez, Azuth no respondió de manera inmediata, se tomó un tiempo mirándolo con ojos de sospecha y molestia.

—... No lo sé, todo es tan confuso después de que se acercaron demasiado, rompieron algunas partes de mi traje y me utilizaron como pelota humana. Pero lo que si sé, es que ambos son monstruos, seres poderosos que no deberían de existir en este Mundo. ¿Lo sabías, verdad? y aún así me mandaste a detenerlos sin decirme a lo que me enfrentaba.

—No. Estás equivocado. —Se defendió Riku Agneía pero incluso su antigua compañera Rigrit le hizo una mueca extraña— Sólo de Albedo y Ainz, ambos eran sospechosos y quería verificar si realmente tenían un gran poder como para calificarlos Jugadores. Mientras tú te enfrentabas a esos dos, yo luché contra Ainz y Momon. Los elfos oscuros se encargaron de proteger la capital de nuestra dura pelea.

—¡No estabas en peligro! —Reclamó Azuth enojado sin querer escuchar mas, quien como pudo se levantó con las piernas temblorosas— Incluso ahora estás utilizando tu armadura remota, tú estás bien tranquilo y sin preocupaciones de ataque en ese Castillo que custodias. Los únicos que peligramos en estos momentos somos Rigrit y yo.

Overlord: Never AloneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora