Cap 72

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No era diferente a la Capital y única ciudad -por el momento- del Imperio Hechicero. Una alta muralla rodeaba todo el área exterior y del otro lado las casas abundaban de diferentes tamaños.

Una rigurosa revisión fue apenas llegaron. Los soldados en otra ocasión hubieran alzado sus armas contra el paladín y el semi-humano; sin embargo, el capitán de la guardia notó que estaban acompañados por una de las escrituras, lo cual fue suficiente para no hacer preguntas y dejarlos entrar, no sin antes darle una túnica con capucha para cubrir a Ulbert de patas a cuernos.

Las calles estaban concurridas por ser de día, a un punto cercano del almuerzo. Los ciudadanos caminaban sin preocupación por las calles y miraban de vez en cuando a los llegados. Ellos sabían que el grupo era una unidad élite de su Nación, no obstante, no sabían de quiénes se trataban. Los dos Supremos con títulos Mundiales eran mirados con curiosidad.

El líder de la Escritura Negra decidió comenzar una breve descripción para no dejar el ambiente en un incómodo silencio.

—Nuestra Capital está compuesta por diferentes distritos que conforman una red de estatus equilibrada. Por supuesto, todos los ciudadanos aquí son tratados como iguales y es solo la jerarquía religiosa, los cardenales, el juzgado y el pontífice máximus quienes mantienen un puesto alto con el deber de coordinar y mantener a flote nuestra Nación.

—Es sorprendente. —Elogió el paladín, pero no por la autoridad de las personas, sino por lo similar que eran algunos de los puestos a los de la antigua Tierra.

—Muchas gracias, significa mucho viniendo de usted, un Rey.

—Estoy seguro que cualquier persona extranjera que mantenga un conocimiento básico sobre estatus jerárquicos estará de acuerdo con mis palabras; por ende, no debe agradecer.

El joven se quedó con las palabras en la boca cuando un grupo de ciudadanos teocráticos comenzaron a murmurar sin discreción sobre Ulbert. Algunos más valientes se acercaban con tal de ver mejor quién estaba cubierto y cuando lograron ver un atisbo de su pelaje, las exclamaciones no se hicieron esperar.

¡Es un semi-humano! ¿Qué hace dentro de la Teocracia?

¡Guardias! ¡Llamen a los guardias!

¿Quiénes los llevan? ¿Son guardias o alguna escritura?

Ese paladín tiene una armadura increíble, debe de ser una reliquia... ¿será un enviado honorario del Reino Santo?

Debe ser quien lo capturó o quizás es una ofrenda de ese Reino para obtener nuestra ayuda.

Los murmullos continuaron, cada vez más gente se detenía y unía para ver al causante del alboroto. Ulbert se sintió como animal en exposición, no le gustaba para nada y con toda la fuerza de voluntad que tenía impidió saltar sobre los ciudadanos para atacarlos.

Touch-me también estaba molesto por la forma en la que su amigo era tratado. La Escritura Negra a pesar de oír las palabras agresivas solo apresuraron el paso para alejarse, esa era su única solución para no tener que hablar con sus compatriotas y relevar sus identidades.

No obstante, todo se detuvo cuando un joven no mayor a los diecisiete años lanzó con fuerza algo rojo hacia Ulbert, dándole muy cerca entre el hombro derecho y su cara encapuchada. Los miembros de la Escritura Negra sintieron algo parecido a sentir sus almas abandonar su cuerpo por un segundo.

Los títulos Mundiales dejaron de caminar. El paladín miró incrédulo la escena mientras el catástrofe con la cabeza levemente inclinada al lado contrario del golpe procesaba lo ocurrido.

Overlord: Never AloneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora