Cap 69

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Cuando el carruaje en el que se encontraban ingresó en la ya semi-diluida niebla, todo el paisaje se desvaneció o volvió borroso. Ahora nada los podía distraer salvo una conversación que posiblemente no habría ya que estaban en un tranquilo vaivén.

El sonido del exterior era relajante. Fue lo suficiente para que casi la mitad de los presentes cerrara los ojos y disfrutara de la melodia exterior que brindaban las aves y el viento.

—Una vez lleguemos Chagama-san, los gemelos y yo buscaremos una audiencia con el alto mando de la ciudad. —Llamó la atención Ainz minutos después— Flatfoot-san te encargarás de infiltrarte en oficinas, departamentos o bóbedas para conseguir toda información posible que nos de una ventaja en la negociación de vasallaje o conquista. 

—Será interesante descubrir cosas. —Le respondió el Supremo con clase de asesino— Y sé que pronto tendremos una conexión con este Reino de elfos pero si encuentro algo ya sea ítems, libros, pergaminos o joyas que valgan la pena los tomaré sin dudar.

Las risas inundaron por segundos el carruaje. Si los guardias y los gemelos tuvieron dudas no intervinieron a pesar de la curiosidad.

—No esperaba menos de ti. —Negó con la cabeza el Supremo de la Muerte. Volvió la mirada a otro par— Mekongawa-san y Peroroncino-san, ustedes esperarán afuera o cerca de las carrozas para distraer las acciones de Flatfoot-san.

—Y supongo que yo soy el encargado de contactar a esos dos cuando tengamos la ubicación de la ciudad que está cerca de la asediada por los fanáticos, ¿correcto? —Finalizo Whitebrim.

—Es asi. —Concordó Ainz con un corto y rápido asentimiento— Puedes estar paseando o quedarte en un solo lugar, ya sería tu elección. Y recuerden, todo por medio del hechizo [Mensaje].

Varios minutos más y tuvieron otro informe de Aura. Al parecer estando mas cerca de la ciudad había pares de guardias élficos cada decena de metro y sería imposible esquivarlos a todos si no querían hacer contacto todavía.

La decisión unánime fue hacerse notar. De ahora en adelante dejarían de ser infiltrados y se comportarían como una delegación de la Realeza vecina.

No se pudo saber si fue gracias a sus entrenados ojos u oídos, los elfos que hacían guardia en la dirección a la que iban los notaron rápido. Ellos se agruparon, tensaron sus arcos con flechas imbuidas en magia y gritaron una advertencia para que los carruajes se detuvieran.

Notaron tarde a los guardias y caballos no-muertos cuando la niebla restante se disipó; pero nunca vacilaron a pesar del sudor que recorría por sus espaldas a cuesta del miedo.

Al detenerse todos los carruajes, un no-muerto creado recientemente para este propósito, bajó del primer carruaje y se acercó con las manos en alto y la cara bien cubierta en intención de no asustarlos.

—Saludos estimados. Por favor no teman; somos una delegación proveniente del Imperio Hechicero en busca de una audiencia con la máxima autoridad de esta ciudad.

Un elfo dio un paso, levantó la cabeza y preguntó a cambio. En ningún momento bajó su arma o vaciló.

—... ¿Cómo sabemos que dices la verdad no-muerto? Se sabe que ustedes no simpatizan con nosotros los vivos.

—Las banderas en los carruajes deberían de ser motivo suficiente para creer en mis palabras. Sin embargo, estoy dispuesto a traer personas de mayor rango que pueda hablar con ustedes si desconfían tanto de mi.

—¿Qué será? —Preguntó otro elfo. El disgusto y la precaución escrito en su rostro— ¿Otro no-muerto?

—No. Ellos son elfos oscuros, gemelos. Sirven bajo el mando directo del Emperador y los Reyes del Imperio Hechicero.

Overlord: Never AloneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora