Se podría decir que el desayuno a pesar de ser humilde era un manjar para quienes no habrían comido en días, en el caso de Ainz fue años. Lo disfrutó en cada cucharada y toma de agua pero sin dejar de mantener sus expresiones suaves.
Ainzach pagó la cuenta como quedaron y se despidió segundos después porque al parecer tenía cosas que hacer a último momento. Por la parte de Ainz, él se quedó un rato más, pidió otro tarro de agua para pasar el rato. Yamaiko le había enviado un [Mensaje] diciendo que estaría libre en unos instantes.
Cuando llegó tomó asiento en el antiguo lugar de Ainzach. Los pocos consumidores vieron la escena intrigados pero apartaron la mirada al darse cuenta que estaban entrometiéndose en los asuntos del Héroe Oscuro.
—Momon-sama. —Ella saludó primero, su voz era baja lo suficiente para que nadie más aparte de Ainz escuchara su conversación. El contrario lo entendió e hizo lo mismo.
—Yamko-san sabes que no necesitas llamarme así, somos amigos.
—Bueno, es por si alguien está escuchando jaja. De todas formas, ¿qué haces por acá?
—Revisando un poco el alrededor, fui invitado a desayunar por el Maestro de Gremio de los Aventureros, Ainzach. Y no pude decir que no, mi estómago apoyó la idea.
—¿Ese hombre era importante? No lo sabía, mucho menos me lo dijeron.
—Lo es pero no tanto como crees. En fin, sé que acabas de iniciar junto a Anko-san pero ¿cómo les está yendo?
—Es tranquilo por ahora, mejor que ser profesora y atender niños rebeldes.
—¿Pensé que te agradaba?
—Lo hace, me gustan los niños y sus cosas tiernas, pero cuando tienes años haciendo lo mismo... Tú me entiendes, aunque todavía no sé cómo lo hacía Shijuuten-san, después de todo enseñó a jóvenes que son mucho peor por más tiempo que yo.
—Me pregunto lo mismo.
—Mmh, mi tiempo se acaba, tengo que ir a atender a los nuevos ¿vas a pedir algo más que agua?
—Uh, no. Entiendo, por mi parte tengo que hacer patrullas y otras cosas, también haré una corta visita a los demás. Dale mi saludo a Anko-san. Nos vemos en la tarde.
—Está bien, nos vemos.
Una despedida de manos fue suficiente. Al salir el sol comenzaba ya a subir, probablemente eran las 9, todavía temprano en su opinión. El viento era fresco, le gustó el poder sentir de nuevo pero sabía que no debía estar mucho tiempo sin su yelmo o causaría esos "problemas".
Lanzó un suspiro antes de colocar el yelmo en su lugar, las personas tanto humanos como demi-humanos sólo lograron verlo unos segundos, lo suficiente para comprobar ese rumor.
Luego de eso caminó por la misma calle en busca del trabajo más cercano que tenían sus amigos. Dio saludos con la cabeza y de vez en cuando con las manos, casi nunca se detuvo a charlar ya que no quería interrumpirlos.
Excepto cuando se encontró a cierto amigo recién saliendo de un lugar, este lo vio y se acercó con una sonrisa en el rostro. Luego lo condujo desde la distancia hasta un lugar un poco apartado para tener una charla privada.
—Ho~, hola Momon-san~
—Es bueno verte también Pero-san.
—Lo mismo digo hombre, justo acabo de terminar con un stock de Ítems. Tengo hasta la noche libre ya que al dueño le gustó mi desempeño laboral.
—Eso es fantástico, ¿qué fue lo que valoraste?
—Nada especial sabes, son de muy bajo nivel pero interesantes, algunos de ellos no existían en ya sabes donde.
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Overlord: Never Alone
FanfictionLa Compañía que había creado el DMMORPG más famoso llamado Yggdrasil invitó después de 2 semanas del cierre al Gremio de Ainz Ooal Gown para que probaran la secuela: Yggdrasil II Ellos aceptaron, al menos 24 de los miembros. Después de todo, ¿cómo...